Capítulo 3.

170 31 11
                                    

El resto de las horas las pasamos despiertos en el sillón hablando y tratando de olvidarnos de lo sucedido. Esperando a que un rayo de luz entre por la ventana, para poder ir a buscar al viejo misterioso.
Y así fue, a las siete de la mañana creímos que ya era un horario razonable para que un anciano esté despierto.

-Ya, cepillate los dientes y vamos - me dijo Thomas tomando su abrigo.

-Voy.

Fui rápido al baño, hay que admitir que el miedo seguía, fue muy fuerte para mi lo que pasó anoche. Nunca vi nada paranormal en mi vida, ni tampoco lo creía. Pero ahora ya no se puede negar, lo vi con mis propios ojos.

Salimos de la casa y nos adentramos en el bosque, solo dejé que Thomas me guiara. Después de caminar algunos largos minutos llegamos a una precaria choza que casi ni se veía de lo cubierta de árboles que estaba.

-Esta es - señaló el rubio a mi lado.

-Entremos - dije sin más tiempo que perder.

Tratamos de abrir la puerta pero claramente estaba cerrada. Golpeamos la ventana y pudimos ver a un hombre de aproximadamente setenta años, con cabellera blanca y ojos extremadamente claros. En su rostro se podía notar cierto cansancio.
Nos hizo señas con su mano para que nos fuéramos y se dio la vuelta. Volví a golpear el vidrio y este gritó tan fuerte que nos larguemos que lo pudimos oír.

-Señor, por favor, necesitamos hablar con usted - se acercó Thomas e inmediatamente el hombre lo reconoció, aunque trató de demostrar lo contrario - Soy Thomas, yo fui al que le rentó la casa del bosque, hace tan solo dos días me entregó las llaves.

-¿De qué casa hablas? ¿Thomas? - su rostro mostraba confusión, pero sabíamos que mentía. Abrió los ojos como plato al verlo, ¿por qué, entonces?

-Señor, por favor no finja que no lo conoce - levanté el tono de voz.

-No sé quién es él y no caeré en su trampa para robarme - negó con la cabeza.

Tras algunos minutos tratando de lidiar con el viejo, nos dimos cuenta de que no iba a cambiar su postura. Empiezo a pegarle patadas a la puerta para que se rompiera, y debido a la mala calidad se rompería en una sola patada más.

-Aaaaaa, ladrones, ayuda ayuda policía - comenzó a gritar mientras se escondía debajo de una pequeña mesa en la cual reposaba una taza de café.

-No romperemos nada si sale a hablar con nosotros.

-Ustedes quieren entrar.

-Mire - caminé unos cuantos pasos hacia atrás y Thomas me copió - nos correremos, pero por favor salga.

-De acuerdo, pero alejense - abrió la puerta y salió con un palo de escoba cerrándola inmediatamente.

-Tranquilo, solo quiero que me diga qué secreto esconde la casa, han estado ocurriendo cosas paranormales.

-Niño ¿puedes decirme de qué casa hablas? - pone los ojos en blanco.

-LA QUE USTED ME ALQUILÓ, POR DIOS DEJE DE FINGIR - se desesperó mi amigo.

Mientras trataba de calmarlo le susurraba en la oreja "no le grites, así no nos va a ayudar"

-No sé de qué hablas, me estás haciendo perder el tiempo.

-Señor por favor...

-Aquí la única casa que conozco es la mía, para encontrar más casas debes caminar por lo menos media hora.

-¿Estás seguro que es este viejo? - susurro demasiado bajo para que este no oyera. A lo que me responde con certeza que sí.

-Señor, la casa del bosque está a unos diez minutos a pie de aquí. No me va a decir que la conoce, porque no solo se la rentó a mi amigo, si no que está en este mismo bosque - traté de mantener la calma - Y no me importa cuanto más quiera seguir con esto de que no sabe de qué le hablamos.

-Esperen... Sí, hay una casa en este mismo bosque, es pequeña a simple vista, pero los que la han habitado aseguran que es espaciosa.

Le hago una seña para que continúe.

-No he oído hablar de ella en años, han habitado muchas familias. Algunas pudieron salir antes de que las puertas se cerraran.

-¿De qué habla? - dije pensando que seguramente se olvidó de tomar la medicación.

-Sí, esas que salieron son como las "elegidas". Se dice que una vez que ellos entran y notan la presencia de alguien no humano ya no podrán salir. Las que pudieron fueron muy pocas y todas tenían por lo menos un integrante que sabía sobre sucesos paranormales.

Sus palabras eran muy confusas.

-¿Y qué se supone que debemos hacer? - pregunté

-Oh no, moriremos, no podremos salir - comenzó a chillar el rubio.

-Tranquilo, Clara sabe sobre estos temas... - puse mi mano en su hombro.

-Pero no es cuestión de salir por la puerta así nomas - agregó el señor que aún nos debía algunas respuestas.

-Vamos Peter, debemos irnos - jaló de mi playera.

-No, tengo un montón de preguntas - me solté del agarre.

-No hay tiempo para esto. Corre, debemos irnos.

-Pero, él dijo que no sería tan fácil.

-Al diablo con lo que dijo, vamos Ben, está loco.

-Esta historia no me cierra, cómo puede ser que el viejo nos rente una casa, se haga el descomprendido y luego nos de información sobre la misma... Es muy misterioso. - suspiré apurando el paso - Además si esto salió en el diario se supone que la policía debe estar al tanto. ¿Cómo puede ser que siga en venta?.

-No lo sé, tranquilo, seguro nos quiso hacer enloquecer. Ahora lo importante es llegar a la casa, avisarles a todos y huir.

Al llegar al lugar nos mataron a preguntas pero lo único que dijimos fue "No hay tiempo para eso, o no podremos salir nunca, apurense, vamos ya, salgamos de aquí".
Cogimos las cosas lo más rápido posible, pero el problema comenzó al tratar de abrir la puerta.

Dark Summer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora