16vo. Capitulo

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Él lo quiso así, que se venga arrepentir ahora no era mi culpa, él aceptó estar en el horroroso plan de Pedro. Hace tres días había pasado todo aquello. Miré el dormitorio, un dormitorio económico, ya que fue lo único que pude hacer con el poco dinero que tenía, miré los pasajes de avión en mis manos. Hoy me iría para Monterrey, tranquila, con mi niña, sólo mía. Volví a mirar las noticias y negué con la cabeza ¿qué ahora se hacía el victima?, joder, gracias a él estaba recibiendo mucho más odio en twitter, por eso lo cerré. 

Suelta La Sopa.

Al parecer el actor y cantante mexicano lo está pasando terriblemente mal, con novia e hija lejos de él, así es, como lo oyeron, la niña: Aitana Jasleen, es la hija de Alfonso Herrera,así resultaron los exámenes de ADN, pero algo raro pasó que la chica: Anahi Puentedecidió dejar a "Poncho" como le dicen todos y llevarse a la niña, aún no sabemos que fue lo que pasó con ellos, pero se dice que es algo bastante grave como para que Anahi de a Alfonso.Y el cantante realmente lo está pasando mal, sus fansestán muy preocupados, el mexicano ni siquiera se ha dignado de salir de su casa y para más colmo, no se ha metido en twitter desde hace ya tres días, sus fans culpan a Anahi, pero, ¿qué lo que realmente pasó? Aun no lo sabemos, esperemos tener noticias de ellos pronto.

***

Mi corazón latió rápido ¿Alfonso mal? No lo podría imaginar, no de él. Aun así no hice caso, tenía un viaje hacía mi casa, mi familia, donde ahí estaría más bien, de eso estaba segura. En sí mi corazón estaba destrozado, pero no le haría caso, ya no más. He perdonado mucho en mí vida, pero esto, esto ni loca lo hago.  

"Alfonsono se merece tú amor, pero él es el padre de la niña, tienes que dejar que él la vea, la niña no se merece eso".

Las palabras de mí madre aún siguen ahí, joder, hablé con ella hoy, y tenía razón, por supuesto que si, miré a mi niña, pero, por Dios, somos mundos diferentes, él está aquí en el D.F y yo allá en Monterrey.Ese era el problema, sabía que Poncho es muy sensible con lo niños, y si yo le arrebato a Aitana, sería su perdición. Me sentía mal pensando en eso, no por Poncho, a él lo odio (bueno eso realmente es mentira, porque lo amo, pero algún día lo superaré) pero Aitana, ella no se merecía esto, ella es tan inocente de esto, que ella no se lo merece, crecer sin un padre. Joder estaba indecisa, pero de que me iba, me iba. Era la hora.

Tomé mis cosas, dos maletas, ahí llevaba lo necesario de mí ropa y la de Aitanay un pequeño bolso donde llevaba lo necesario para un viaje largo con un bebé. Tomé las cosas y salí del dormitorio, me despedí de una dulce señora que había aceptado el poco dinero para estos días y así quedarme con mi bebé, ella se despidió dulcemente con Aitanay amé que lo hiciera, tomé un taxi y le dije que se dirigiera al aeropuerto.

Miré el paisaje, sería mi último día en el Distrito Federal, la maravillosa ciudad del D.F. Tenía a Aitana en mis brazos, ella tenía sus ojos cerrados, la miré, ahora ella es mi todo y así será hasta que yo ya no exista. Era tan hermosa, hace ya tres semanas nació, sus ojos aún eran grises, sabría el color a los tres meses más o menos, su cabello estaba creciendo; negro como el de Poncho.

Al parar en la puerta de la entrada del aeropuerto, abrí mis ojos como platos, ahí estaban ellos, la prensa,  ¿cómo sabían que yo estarían ahí?, no, no debe de ser para mí, de seguro un famoso llegaba si eso era todo, el taxista se bajó y comenzó a bajarme las maletas, salí del auto, entonces los flashes estallaron hacía mí. Todo fue muy rápido de pronto estaba rodeada de periodistas,junto con guardias que me protegían, a mí y a mí bebé.

***:¡Apártense! -escuché decir, entonces mis pelos se pusieron de punta, lo sabía. Ellos estaban aquí, era Mario quien decía eso-

De pronto quitaron a la prensa de mi vista, unos guardias me ayudaban con las maletas, pero Mario no me soltaba, me tenía agarra del brazo, protegiéndome contra ellos, entonces entramos, suavemente para no lastimar a mi hija me solté de él y comencé a caminar rápidamente hacía la embarcación, donde dejé mis maletas, sentí como Aitanaomenzaba a llorar, oh no nena, ahora no. Me sentí desesperada, mis maletas ya estaban seguras, aun así tenía que esperar una hora para subirme al avión. Aitana aún seguía llorando mientras caminaba la movía suavemente para tratar de calmarla aun así no se callaba.

Anny: Aitana preciosa no llores, ¡ya mi amor ya! -rogué mientras la movía la puse de otra posición ahora ella miraba hacía atrás mientras su pequeña cabeza descansaba en mi hombro, aun así seguía llorando-.


bueno preciosas aqui un capitulo un poco corto pero es que llegue hace poco de una fiesta y como le prometí a una de ustedes que hoy subiría capitulo, aqui esta, las quiero😘☺✌


Un pequeño capricho, una gran consecuencia.Where stories live. Discover now