Capitulo 1: Rutina

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Amanda Bachmann

El cansancio parece querer vencerme. Pero no puedo permitirlo. Aún me quedan unas horas de trabajo. Soy una más en esta fila de producción y sin embargo algo que haga mal por más mínimo que se me corren. Sigo empacando las píldoras y miro de reojo el reloj, aún son las siete. ¡Maldición! Después del trabajo Kate me ha invitado a tomarnos algo en el bar que queda cerca de la farmacéutica pero la realidad es que el alcohol me sienta fatal. Lo he dejado para otro día. Así tengo más tiempo para estudiar y leer en casa.

— ¡Bachmann! — Llama mi supervisor

Con temor voy a ver que quiere y camino rápidamente hacia él.

— Digame señor

— Entraste tarde a la línea de producción

— Lo sé, el tráfico estaba horrible y...

— Amanda, tienes que reponer el tiempo y se te descontara la tardanza del sueldo

Trago saliva y asiento con la cabeza muriéndome por dentro. Como si cada euro que gano fuera para malgastarlo. Regreso a mi área de trabajo y sigo con mi monotonía hasta que me llega la hora de irme, ¡si al fin! Salgo corriendo de la jodida farmacéutica hecha un asco. Tengo hambre, también sueño. Tengo de todo un poco. Es tarde y como otro día más me regreso a la casa, bueno a mi estudio y Caramelo me recibe. Es el único que lo hace. Nadie más me extraña más que él. Mueve la colita y lo lleno de mimos dándole de comer en su platito. Dejo mi bandolera sobre la cama y de momento me miro al espejo y al hacerlo me doy cuenta que quizá tienen razón muchos en la farmacéutica; soy una andrajosa por usar converse y mahones desgastados y el cabello oculto en una gorra. Pero me da igual, no soy de otra forma más que esto que se refleja en el espejo. Abro el frigorífico y saco la jarra de jugo de naranja y tomo un poco mientras escucho los mensajes de la contestadora. Unos son de Kate, otros de Sarah la supervisora de la librería donde trabajo a medio tiempo unos días específicos en la semana. Me quito la playera y la tiro sobre el sofá seguido las converse. Camino hasta mi habitación y me desplomo en la cama exhausta.

— Caramelo, que asco de vida, hasta en el trabajo me joden. Pero bueno, ya paso de ellos.

Caramelo me mira y mueve la colita jadeando. Ojalá me entendiera. Pero me conformo con contarle todo lo que hago en el día aunque no me entienda. Recibo un mensaje de Kate y al verlo sonrio

Kate a las 8:00pm

Mandy, hubieras venido. ¿A que no sabes quien está aquí?

Amanda a las 8:01pm

¿Quien?

Kate a las 8:10pm

Está Axel, si estuvieras aquí podias hablarle y quizá se intercambiaban números y salían

Amanda a las 8:11pm

Kate, jamás se fijaría en mi. No haré el ridículo. Me alegro que la estés pasando bien. Yo sigo estudiando para un examen. Nos vemos mañana :)

Enciendo la laptop para estudiar y trato de no pensar en Axel. Llevo año y medio tratando de buscar la manera de decirle aunque sea un «hola» pero no me ánimo. Me pongo los espejuelos y trato de estudiar lo más posible para el examen de pasado mañana.

— Caramelo, dime, ¿Crees que Axel me mire si me maquillo un poco? No, no creo. Además odio maquillarme.

Caramelo se recuesta a mi lado y se queda dormido. Lo miro y sonrio. Es el único que me escucha aunque no pueda contestarme. Entre pequeños segundos me quedo pensativa. Nunca he podido ser como Kate, ella es linda, atractiva y bueno es mejor que yo en muchos sentidos. Yo en cambio soy delgada e insipida. Pero no me molesta mucho, pues no me importa. Termino de estudiar tarde en la madrugada y recibo una imagen de Kate en el bar con los amigos. Sonrio al ver a Axel en la imagen. Soy una estupida sueña rosa. Ya no puedo hablar con Caramelo, está dormido y lo mismo debo hacer yo. Me cepillo los dientes y me acuesto en la cama pensando y pensando, en Axel y en la idea de que nunca miraria a la insignificante Amanda Bachmann. Al menos me gustaría ser su amiga. Pero ni para eso me voltea a ver. Regreso a la cama y antes de dormir recibo otro mensaje de Kate

Rétame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora