Capitulo uno.

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—Deberías tener cuidado. Tu cabeza está llena de torposolos. —susurró con la voz soñadora que la caracterizaba.

El rubio la miró con desprecio. La niña estaba loca, eso lo sabía todo el colegio. La ignoro, y siguió caminando por el pasillo hacia el Gran Comedor.

—No sientas celos de Harry, ella lo quiere como su hermano. —dijo Luna.

— ¿De qué hablas lunática? Aléjate de mí. —respondió Draco, odioso.

—No intentes ocultarlo. —susurró la muchacha antes de marcharse dando pequeños saltitos.

El exceso de alegría que poseía irritaba a Draco, que se preguntaba cómo sabía Lovegood que él sentía celos del cara-rajada Potter.


No paso mucho antes de que fuera por Luna. Si bien no era de su agrado, la curiosidad lo había carcomido por dentro desde la mañana en que ella le habló. 

La encontró en uno de los pasillos, y tomándola del brazo, tiro de ella, empujándola contra la pared, quedando frente a frente.

— ¿Cómo lo sabías?—preguntó con una voz que intimidaba al cualquiera. Sin embargo, ella se mostraba indiferente.

—Los torposolos me lo han dicho. No hay lugar para otra cosa en tu cabeza. —rió bajito.

—Al demonio con esas criaturas. Dime cómo lo sabes o juro por Merlín que haré tu vida tan miserable que odiaras haberte cruzado conmigo. —espetó Draco, furioso.

—Yo no te temo —respondió Luna con dulzura—. Me he dado cuenta por la forma en que la miras, y cómo la tratas. Si me disculpas, necesito seguir buscando mis libros, alguien los saco de mi mochila y no los encuentro. Supongo que habrán sido los nargles. —confesó. Dio media vuelta, y se marchó, dando saltos y canturreando una canción.

Draco seguía furioso. Todo el día esperó a que le lleguen los rumores, estaba seguro que lunática le habría contado a la sangre sucia su reciente descubrimiento, y así todos se enterarían. Ya podía oír a Lavender y Parvatil diciéndole a todos: "¿Han oído que Malfoy está saliendo con Hermione? ¡Su padre lo matará!" "Draco Malfoy está enamorado de Hermione Granger ¡¿pueden creerlo?!". Oh, sí. Aquellas chicas serían capaces de inventar cualquier cosa con tal de tener un poco de atención. No podía permitirlo, tenía que volver a hablar con Lovegood y amenazarla, así no diría nada. Nadie jamás debía saber de sus sentimientos por Granger.

Sin embargo, conforme pasaban los días, y sin poder encontrar momento para hablar con ella, ningún rumor se había esparcido y aquello le parecía raro. Quizá la lunática no era una chismosa como él pensaba.

Unos días después de su última "charla" con Lovegood, Draco se encontró con ella en el lago negro por casualidad. Se acercó, con ese frío semblante que lo caracterizaba.

—Escúchame bien, lunática, en cuanto le digas a alguien lo que has descubierto, haré que las pagues caro. —dijo con firmeza.

—No tienes que amenazarme, Draco, no se lo conté ni contare a nadie—respondió risueña. Se acercó a su oído—. Puedes confiar en mí. —susurró.

Acto seguido, camino hacia el castillo, dejando tras de sí a un Draco muy confundido. Lejos de estar enojado, aquello lo había hecho reír. "Lunática está más demente que el Lord" pensó. Para su sorpresa, la joven comenzaba a agradarle.

Dos días después del encuentro en el lago, que le confirmó el nivel de locura que Lovegood poseía, tenía adivinación con Ravenclaw. No todos sus compañeros la cursaban, sólo Zabinni, Nott, Daphne Greengrass, Parkison, Bulstrode, Tracey David y algunos más. Los demás creían que la profesora Trelawney era irritante. Al entrar, divisó a las serpientes sentadas en mesas conjuntas, tomo asiento junto a Daphne y Theo, en la mesa de la derecha se sentaban Blaise y Pansy. Dos mesas más adelante se encontraba Luna, totalmente sola. Al verla, Draco se sintió raro, no supo descifrar qué emoción le recorría el cuerpo, pues nunca la había sentido antes. Daphne estaba teniendo una conversación muy chistosa con Nott, Zabinni y Parkinson. De repente, una idea llegó a su cabeza.

— ¿Les molestaría que traiga a lunática aquí? —le preguntó a sus amigos. Los cuatro giraron su cabeza para mirarlo, como si hubiese dicho que estaba saliendo con Batilda Bagshot.

—A mí no. De hecho, la encuentro encantadora. —respondió Daphne, ante la mirada de curiosidad de sus amigos, agregó: — ¿Qué? He hablado con ella en la biblioteca.

—No sabía que frecuentabas esos lugares querida Daphne, creía que lo tuyo no era el intelecto. —dijo Theo y los demás rieron.

—Lo que digas, Nott, al final tengo mejores calificaciones que tú, descerebrado. —respondió la muchacha entre risas.

Al ver que sus amigos no se molestarían, se levantó y camino hasta Luna.

—Lunática, las criaturas de mi cabeza me han pedido que te invite a nuestras mesas. Si es que eres capaz de pasar una clase junto a las serpientes. —dijo, con una sonrisa de lado en su rostro.

— ¿Tú también crees en ellos? —preguntó esperanzada, tomó sus cosas y se paró.



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Antes que nada, quiero agradecerte si has llegado hasta acá y estas leyendo esto. El primer capitulo es bastante corto, y algo aburrido debo admitir, pero es solo el principio. El jueves próximo subiré el segundo capitulo.

Muchísimas gracias. 


Amistades peligrosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora