''SnowFire'' oneshot RusiaxLectora

La calidez del invierno.

Ya comenzaba la época de adviento, donde todos los fieles se preparaban para tener una bien recibida navidad, mientras tanto Iván, un chico de cabellos rubios casi platinados de ojos color morado vestía un gran abrigo y su siempre acompañante una bufanda larga color rosa pálido casi llegando al color blanco.
Se encerraba esos días en su casa, lo que más detestaba era la nieve, el invierno y todo lo que tenga que ver con el frío, incluso llegando a odiarse a él mismo por rumores que se podían escuchar de él diciendo que es una persona fría, mala y sin corazón. Tal vez no sepan los motivos, y para él es mejor nunca saberlos. Ivan siempre había querido limpiar al mundo de las trampas que aveces las personas jugaban a otras, trampas como asaltar, robar, matar... Eso último para Iván era algo normal, él solía matar animales cuando iba de caza en algún bosque invernal, incluso había matado a personas que según él, no servirían de nada en este mundo si sólo traían caos, y lo que Ivan anhelaba era la paz en el mundo.

Ya se oían los villancicos preparados para navidad, cantos siendo entonados por coristas que debían dar su servicio cada domingo de la semana como preparación de recibimiento del niñito Jesús. Por un lado le gustaba porque la gente se mantenía unida y pensaba humanamente, tanto que le dieron ganas de salir a saludar a sus vecinos. Pero fue una mala idea plantearse tal propósito... porque como siempre lo mirarían como un ser que no es de este mundo, aunque él aparenta que nada de eso le afecta ya que se la pasa diciendo ''Estoy acostumbrado''.

Para vacaciones de diciembre, (nombre) había planeado un viaje a Rusia para pasar un mejor invierno, había comprado ya su boleto para transportarse por medio de un avión que saldría esta tarde. emocionada alistó sus cosas y preparando prendas bochornosas así como sacos, suéteres, gorritos, bufandas, botas, guantes etc...Todo lo que ella creía necesario para pasar un mes completo en el frío de la ciudad rusa que ella anhelaba visitar.

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Saliendo por fin del areopuerto ya estando en Moscú, emocionada buscaba con la mirada a quién la estaría esperando para por fin conocer a la persona con la que había estado conversando por Internet los últimos meses antes de llegar a la capital de Rusia.

Y ahí estaba, un chico de gran estatura, 1.90 aproximadamente, tez blanca, cabello casi platinado que vestía un gran saco color gris con detalles blancos en las orillas y con una bufanda que cubría hasta su nariz, la estaba esperando, con un cartel en el que estaba escrito ¡(nombre) bienvenida! en tu idioma natal, para que lo pudieras identificar. Notaste que la gente que estaba cerca, lo miraba con cierto desprecio, incluso los oficiales parecían sentir miedo ante el que ahora es tu amigo Iván Branginski. Sin pensarlo corriste a abrazarlo, dejando perplejos a todo lo que estaban al rededor e incluso a él, nadie esperaba a que una mujer tan pequeña y frágil fuera a hacer un acto tan afectivo.

Todo el transcurso del camino hacía la casa del ruso no dejaron de tomarse de las manos, aunque ambos tuvieran guantes sentían la necesidad de estar así hasta haber llegado al lugar antes mencionado.

Te diste cuenta que la gente buscaba apartarse de todo lo que tenga que ver con Ivan, ahora tu acompañante, no querías preguntar, pues notabas en él algo de incomodidad cuando tratabas de platicar sobre ello.

  La noche cayó y ustedes seguían conversando cosas random mientras bebían algo de chocolate caliente, y algo que notaste es que Iván siempre cargaba consigo una pequeña botella llena de vodka, al parecer era fanático de éste, en su estantería tenía únicamente botellas con el vodka Stolichnaya, su favorito por lo que tú sabías.  

Durante los días que te estableciste en la capital, lo que lograste saber de él fue que tiene dos hermanas, una mayor y otra menor, que actualmente no se encuentran juntos por problemas familiares que Iván no se molestó en contarte que sus padres se habían separado y cada uno se quedó con una de sus hermanas, dejándolo a él sólo por pensar que es el único hombre y puede solucionarse por él mismo.

A venticinc da decembra! (un 25 de diciembre!) Ahora tu lo acompañabas, antes cuando se mensajeaban ya te gustaba aquel ruso por su forma tan infantil de ser pero tan tierna que en esos momentos te entraban unas enormes ganas de abrazarlo pero por la distancia eso no podía ser posible.  Pero tú y él ahora  están juntos, puedes abrazarlo sin problemas, puedes sentir esa confianza que te brinda, esa tranquilidad que transmite con sólo sonreírte de esa manera tan inocente...

Él no permitiría que sepas todo sobre él, pensaba que como todos, ibas a huir, ibas a alejarte de él, que lo dejarías como los demás lo hicieron. Por eso él debía protegerte, cuidarte y hacer todo lo posible para tú lo aceptes en tu vida tal cual es.

  Esa noche de navidad le obsequiaste una botella nueva de bolsillo para bebidas alcohólicas, ya que sabías que su vicio era el vodka, te abrazó y te plantó un efímero beso en los labios para luego verte a la cara y agradecerte

—спасибо мою любовь! (Gracias mi amor!)   [spasibo moyu lyubov!]

Le sonreíste y lo abrazaste lo más fuerte que pudiste, te encantaba estar con él de esta manera, sintiendo sus grandes brazos rodeándote de manera protectora.

Iván también había preparado un pequeño regalo, mostrándote una pequeña cajita (c/f) y abriéndola para hacerte ver un collar con un pequeño rubí que significaría la llama que ha de encender resplandores de amor en su frío corazón. Eso último él mismo te lo explico, abrochándote la hermosa piedra que ahora colgaba de tu cuello, aunque tú nunca pudiste conocer ése lado frío del que todos, hasta el mismo Iván mencionaban acerca de él ya que siempre lo conociste con una sonrisa y con los brazos extendidos hacia ti siendo los dos muy felices estando el uno con el otro.

—Я люблю тебя (Te amo) [YA lybyu tebya] 

Te abrazó para poderte besar con mayor afecto para después separarse y verse a los ojos.

— Я тоже тебя люблю (Yo también te amo) [YA tozhe tebya lyublyu ] 

Imitaste su idioma mientras le regalabas una tierna sonrisa que en tu rostro se dibujaba y él acercándose a ti besándote por mucho más tiempo y con más deseo que antes.