Capítulo 1

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Imagino, que para que puedas saber que ocurrió, deberé empezar por el principio.

Como todo adolescente que se cree adulto, tuve una discusión de lo más desagradable con mis padres. Ellos decían que estaba obsesionado con los videojuegos... y que eso acabaría acarreándome problemas en un futuro.

Siempre he pensado que eran demasiado sobreprotectores, y bien sabe Dios, que en estos momentos me arrepiento de cada una de las palabras que les dije y desearía poder volver atrás y poder remediarlo. Pero bueno, de nada sirve lamentarse...

Después de la acalorada pelea que mantuvimos, hice lo que hubiese hecho cualquier chico de mi edad. Fui a mi cuarto y me puse la música a todo volumen, ignorando los gritos que mis padres me dirigían, navegando por páginas sin sentido. Ellos nunca llegaron a entender lo que los juegos representaban para mí. Era mi forma de escapar de los problemas, de evadirme del mundo e ignorar la vida que paso a paso se hacía más real.

Estaba tan enfadado, que decidí descargarme el juego más violento que pudiese encontrar por Internet. Últimamente, por el tema de la protección de datos y copyright me estaba resultando mucho más complicado encontrar cosas decentes, incluso para un informático casi titulado... Siempre encontraba páginas, pero los enlaces se encontraban caídos o eran juegos que no merecían la pena ni jugar.

Ya estaba a punto de rendirme, cuando me llamó la atención un pequeño mensaje emergente que asomaba en el lado derecho inferior de mi pantalla del ordenador. Normalmente esos mensajes los tenía bloqueados ya que solía ser pornografía que era más molesta que otra cosa... Pero el filtro lo había dejado pasar, y solo había un mensaje.

"Atrévete a jugar la aventura de tu vida"

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