Capitulo 46

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Misma noche del miércoles.

Se acostó. Tini estaba de espaldas y tenía las sábanas subidas hasta la nuca. Su espalda subía ý bajaba al ritmo de sus respiraciones. Que bonita era... le entraron muchísimas ganas de acostarse con ella, despertarla, oírla protestar por a verla despertado... tal vez hacer el amor entonces, quitarle la ropa, escucharla excitarse en medio de la noche mientras se subía encima de él, o tal vez escucharla gemir suavemente mientras él la llenaba con todas sus fuerzas. Sentía tantas cosas cuando la veía. Tantas. Tantas e innumerables cosas. Deseaba besarla, hacerle el amor brutalmente. Pero a la vez... también le gustaba verla dormirse y acurrucarse en su cuello, que se lo besara, que lo llenara de su tibio aliento. Sacó las sábanas y se arropó junto a ella. Al parecer no lo había sentido todavía. Estaba completamente envuelta en ese sueño. Entonces, bajo las sábanas, pasó sus dedos por su cintura descubierta. Su piel estaba caliente. Se relamió los labios. Deseaba tocarla. Tocarla más. Y no lo pensó mucho para hacerlo. Metió sus manos bajo la blusa de su pijama. Erizándole la piel en medio de los sueños que en ese entonces estaba teniendo... logró llegar hasta su cuello y volvió a bajar con la misma lentitud.

-Mnh... - La escuchó decir. Él soltó una bonita sonrisa. ¿Qué pasaría si en vez de sus dedos, fuera su boca la que la hiciera sentir todo eso? Se inclinó y mojó sus labios con su lengua húmeda. Suavemente estampó sus labios sobre la espalda descubierta de Martina, moviéndola tan deseoso, tan sensual, tan excitante. Pero no quiso subir a tocar su cuello, si no más bien bajar y tocar la cobertura de sus caderas. Se las besó, esta vez cogiendo los bordes de sus shorts y bajándoselos silenciosamente.- Oh... - Murmuró ella ahora. Se los había bajado lo suficiente como para besarle el cu.lo bajo la oscuridad. - Jorge, para... - Dijo riendo.

-Pensé que dirías otra cosa - Le contestó él. Sus voces eran las únicas que sobre salían a esas horas dela noche.

-¿Qué haces ahí? - Murmuró ella, ahora abriendo los ojos.

-Me dieron ganas de... - Quiso seguir hablando, pero el cuerpo de Tini aplastó el suyo sigilosamente, cubriendo su boca con la de ella.

-¿De qué? - Dijo mientras lo besaba. Un beso con lengua. Húmedo. Delicioso. Jorge no dudó en empalmarse de un momento a otro.

-Nada, solo me gusta molestarte. - Me acarició las piernas desnudas.- Te vez genial durmiendo, provoca fo.llarte ahí mismo...

-Podrías ser un poco más romántico...- Martina le jaló una mejilla.

-Es que contigo no se puede. - Admitió él. - Me pones tanto, te lo juro.

-Siempre me lo dices.

-No me gusta mentir.

-Seguro muchas te ponían así antes de conocerme...

-No es eso. - Aclaró él. - Tu me pones, me excitas, me gustas, me encantas, me fascinas, te amo... todo lo que me haces sentir lo tengo impregnado en la piel desde que te conocí. - Le dio un besito pequeño en los labios.- Eres especial.

Tini se acurrucó sobre él. Se quedaron en silencio por varios minutos. Jorge le acarició el cabello sobre la espalda... Estaba viendo la manera de decírselo de una vez por todas. Martina debía enterarse. Debía saber que su propia familia le estaba haciendo daño. Que su propio padre... también estaba detrás de todo lo que había pasado la otra noche con ella.

-Tengo algo que decirte.- Empezó él. Rogaba con todas sus fuerzas que Tini no derramara una sola lágrima más. Simplemente había llorado mucho desde que lo conocía. No lo merecía.

-¿El qué? - Preguntó ella, aún sin levantar la mirada.

-Solo no quiero que te afecte... - Murmuró.- No quiero que llores más por lo que te voy a decir. No vale la pena Tini. - Le dijo, acariciando su espalda. Ella lo dejó hablar sin interrumpir.

-Vamos, solo dímelo...

El asintió con la cabeza, dándose fuerzas a sí mismo. Solo tenía que tenerlas agallas suficientes como para contárselo y todo habría pasado...

-Peter Lanzani te ha tendido una trampa.

Martina abrió los ojos. ¿Peter? Jo.der, muchísimo recuerdos se le vinieron a la mente. Recuerdos que jamás quisiera volver a vivir. El encierro de su padre, las veces que discutían y Peter... que insistía en casarse con ella, aunque Martina no lo quisiera. Y su padre, que deseaba que se casara con cualquiera, si eso era suficiente como para que Tini olvidara a su secuestrador. Las peleas. Ella no aguantaba ni un día más encerrada. Y Peter, que no hacía nada al respecto.

-Él es que el que está detrás de todo lo que te pasó en la fiesta. - Le dijo sin más rodeos. - Y no solo él, si no también tu padre.

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¿Matamos ya a Peter? ¡Siiiiiiii!
¡Se acerca el fiiinaaal!

Seduceme *Jortini* ~HOT~ «TERMINADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora