3. Señor, dame paciencia

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—Y por eso yo soy más fan de The Flash aunque el prota me recuerda a Kyle, empiezo a tomarle manía —indicó mientras se rascaba la barbilla.

—¡Matt! —gritó Ann furiosa, él rió y su hermana agitó la red con fuerza comenzando a balancearse de un lado a otro.

—Oye, oye... así que era verdad.

¡Mierda!

Se dio la vuelta y se encontró con las hermanas Castillo aún en pijama y con pinta de haberse levantado hacía unos segundos. Nora lo reprendió con la mirada mientras Dafne tomaba fotos de Ann.

—¡Deja de echar fotos y ayúdame! —gritó Ann a Dafne que guardó el móvil y comenzó a mirar a los alrededores.

—¿En serio? —preguntó Nora acercándose a él luciendo unas chanclas y un pijama que consistía en unos shorts blancos y una camiseta roja que tenía toda la pinta de ser de José—. Son las cinco y media de la mañana.

—Bonito pijama —saludó divertido mirándola de arriba abajo, ella lo miró unos segundos mal antes de sonrojarse por lo que empezó a reírse; luego molestaría a José con esto—. ¿Qué puedo decir? Nos gusta madrugar.

—¿Más pesadillas? —inquirió Nora con preocupación, él asintió con pesadez y Nora colocó la mano en su hombro para consolarlo.

Agradeció enormemente ese gesto y que se mantuviese en silencio, estaba cansado de escuchar a todo el mundo decirle que debía ir a un psicólogo, incluso hasta Ann le había ofrecido una sesión gratis en su diván. Estaba bien. Tenía pesadillas, sí; pero estaba bien y las pesadillas irían desapareciendo con el tiempo.

—Ten cuida... ¡ay! —escuchó un fuerte golpe y tanto Nora como él voltearon hacia donde Ann había caído al suelo—. ¡Pedazo animal que me matas!

—Vine a rescatarte, nunca dijiste nada de que te dejase de una pieza —protestó Dafne mientras ayudaba a Ann a salir de la red.

—Obvio que me tienes que dejar de una pieza —dijo Ann mientras tomaba la mano de Dafne y entre las dos desenredaban la pierna de su hermana.

—Buenos días —saludó Kyle con timidez por lo que su hermana gritó emocionada y trató de salir corriendo hacia él pero como aún estaba enredada en la red cayó al suelo llevándose a Dafne con ella.

Puso los ojos en blanco e irritado vio como un Kyle sin capucha se acercaba a Ann y la ayudaba a ponerse en pie. Aún no podía creer que su amigo hubiera decidido enamorarse de su hermana, se sentía tan traicionado.

—Deja de intentar matarlo con la mirada —comentó Nora con diversión.

—¿Por qué? —preguntó molesto.

—Es tu amigo.

—Dejó de ser mi amigo cuando decidió enamorarse de mi hermana pequeña —indicó de mal humor al ver cómo Kyle miraba a Ann.

—Claro, porque tú puedes elegir de quién te enamoras —respondió Nora con sarcasmo, él asintió y ella puso los ojos en blanco—. Es demasiado temprano como para discutir contigo sobre esto.

—Lo que quiere decir que tengo razón —dijo con orgullo, luego vio como Kyle tomaba la mano de Ann e hizo una mueca de asco—. ¡Kyle te estoy viendo!

—No hice nada —se defendió Kyle, él entrecerró los ojos y Kyle soltó la mano de Ann con frustración pero segundos después su hermana lo tomaba del brazo y lo arrastraba en dirección a su casa.

¿El mejor sabor de helado? Tú (TQST Libro #3)©  [EN LIBRERIAS]Where stories live. Discover now