Whatsapp |Rubius|

96.

Dan: ¿Donde estás?

Visto a las 13:01 pm.

Dan: ¿No es una broma?

Dan: Rubén, te juro que estoy en el aeropuerto esperandote. Y sé que ves mis mensajes, si es una maldita broma, te puedes ir olvidando de mí.

Rubén no llegaba. Habían muchas personas, y podría ser cualquiera. Podría llegar un hombre de 50 años y decirme que es él, podría llegar un niño, y hasta una mujer. Pero nadie se dignaba a aparecer.

Un grupo de personas estaban viendo a alguien, más personas se sumaron y murmuraban cosas, algunos hasta sacaron sus móviles. Y aunque no quería mirar, la curiosidad me venció y me di vuelta. Era Rubius. Era. Rubius. Aquel chico al que veía cada vez que subía un video en youtube. Y lo miré fijamente a los ojos, y por alguna razón el me miró de vuelta, me sonrió de lado y se acercó.

Esperen...

¡Se está acercando a mí!

Tranquilizate Danielle...no puede llegar tu momento fangirl ahora...

Y cuando estuvo frente a mí, me abrazó.

No sé como ni por qué, pero fue el mejor momento de mi vida. Las lágrimas no tardaron en llegar y correspondí su abrazo con toda mi fuerza suficiente.

Las personas nos miraban extraño, pero a mí no me importó nada en ese momento.

Rubius tomó mi mano y me guió por el aeropuerto hasta un lugar donde habían menos personas.

Y cuando llegamos, soltó mi mano y me volvió a sonreír.

-Hola, Danielle.

Estaba en shock. Esto era impresionante, no sabía que hacer.

-¿Tu...cómo sabes mi nombre?

-Soy yo. Rubén.

-¿Qué?

-Soy el que accidentalmente te envió un mensaje, el que te habla cada día y no puede vivir sin ti. Soy yo,Danielle.

No podía responder, solo miraba su rostro, cada centímetro de él. Él tomó su movil y escribió algo.

Mi móvil vibró, lo saqué de mi bolsillo y lo desbloqueé.

Rubén: ¿Vas a abrazarme o qué?

Rubén: Vamos, abrázame.

Sonreí y lo abracé tan fuerte como pude.

-Eres tú...Dios mio. Te amo tanto, Rubius.

-Dime Rubén.

Al separarnos, tomó mi mano y me dió un beso cerca de los labios.

-Vamos, creo que tenemos mucho por hacer.

No sé si estaba flotando, pero me sentía en las nubes y no quería que esto terminara.