CAPITULO 1

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Las cosas pasan ligeras cuando te diviertes, así como temo que suceda con este viaje a Gravity Falls.
Hace seis años llegamos por primera vez mi hermana gemela Mabel y yo a este pequeño poblado en Oregon. Claramente ninguno de los dos podía predecir la cantidad de cosas que nos pasarían aquel verano, mucho menos que terminaríamos por salvar el mundo de su destrucción a manos de un demonio demente.

Aunque aquel fue un hecho perturbador para casi todos y se juró que nunca nadie mencionaría algo al respecto, he escuchado que las cosas van bien para el pueblo, sobre todo para nuestro querido amigo Soos que cada día tiene más y más turistas en la Cabaña del Misterio queriendo averiguar si lo que se dice sobre la familia que salvo al mundo del "raromagedon", como mi Tío Ford lo llamaba, es cierto.

Hoy por fin, luego de tanto tiempo, volveremos al pueblo donde pasamos las mejores vacaciones de nuestra vida.

Pensaba en todo esto, sumido en la belleza natural del paisaje cuando el autobús frena de forma brusca y me hace salir, literalmente, a golpe de mis pensamientos pues me había golpeado fuertemente contra el asiento de adelante, maldigo entonces por lo bajo mientras froto mi frente en un intento de mitigar el dolor. Miro de reojo a Mabel para corroborar que ella está bien, pero me llevo la increíble sorpresa de que ella sigue profundamente dormida, solo yo me golpe.

"¡Santo cielo! Tiene el sueño más pesado que un león luego de comer..."

Devuelvo mi vista a la ventana y, a lo lejos, alcanzo a divisar la torre de agua en la cual se resalta el nombre del pueblo. ¡Finalmente hemos llegado!

Emocionado sacudo a Mabel para despertarla. - ¡Llegamos, Mabel! ¡Por fin llegamos!- Cuando lo dije Mabel se levantó de golpe y miro a todos lados alarmada, su cabello estaba revuelto por ir recostada en el asiento del autobús.

- ¡¿Ya?! ¡¿Al fin?! - Mabel se apresuró a mirar por la ventana pasando por encima mío en el camino con los ojos más alegres que le he visto jamás. - ¡Ay Dios! ¡Llegamos! - En la euforia, mi hermana me tomo por los hombros y comenzó a sacudirme con energía mientras gritaba de una forma tal que creí que los vidrios del autobús se romperían.

- ¡Alto! - le rogué a Mabel para que se detuviera antes de que terminara mareado, pero para mí horror ella no se detuvo. - ¡Por favor! ¡Sabes que me mareo si haces...! Eso. - gemí medio histérico, no pude más que cerrar los ojos y detenerme un poco del asiento para reducir mi terrible agonía.

El autobús se detuvo de forma repentina, a lo cual tanto mi hermana como yo llevamos la vista al frente del camión. El chofer se levantó de su lugar y abrió las puertas del autobús.

-Hemos llegado a Gravity Falls. Les pido de la manera más atenta que se bajen, los gritos de esa niña me tienen harto. - dijo el hombre colocando el pulgar y el anular de su mano derecha sobre las sienes y la mano izquierda sobre la cintura, dando una imagen verdaderamente irritada.

Mabel se quitó de encima de mí y corrió a tomar sus cosas del asiento de enfrente y se dirigió con paso alegre fuera del camión, no sin antes dedicarle una enorme sonrisa al conductor. No supe descifrar si esa sonrisa tenía una pizca de malicia y arrogancia o solo fueron alucinaciones mías.

- ¡Muchas gracias! - dijo Mabel corriendo de forma apresurada fuera del camión conmigo siguiéndola de cerca. - ¡Tío Stan!

Mi hermana lanzo las cosas al suelo y se abalanzo sobre un hombre ya de edad avanzada ataviado con un traje negro algo gastado que, entre las manos, sostenía un cartel que decía "Bienvenidos". Se trataba nada más ni nada menos que del tío Stan, que sin dudarlo estrecho a Mabel entre sus brazos con mucha fuerza.

El tío Ford se encontraba a lado de su gemelo, también con un cartel en las manos, este decía "Dipper y Mabel" el cual soltó para sostener a su hermano y que no cayera mientras abrazaba a Mabel.

Si No Esta Prohibido No Es Divertido (Bill X Dipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora