19 -maratón 1/2.

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— Si entiendes cuando te digo que no grites, ¿verdad?— Presionó de nuevo el cuchillo en la garganta del más bajo.

Louis asintió asustado. Lentamente fue bajando el cuchillo y con sigilo salió por el marco para caminar hasta la puerta principal.
El menor aún en la cocina tomó su brazo lastimado y gimió de dolor, asegurándose de tapar su boca con su propia mano.

No quería más problemas, estaba seguro que las amenazas del rizado no eran en vano.
El mayor antes de siquiera abrir, miró por la mirilla y suspiró al ver de quien se trataba.

— Estúpido, me has puesto nervioso.— Se quejó Harry abriendo la puerta.

— ¿Harry Styles nervioso? ¡Que novedad!— Exclamó su rubio amigo cerrado detrás de él.

— Sabes a lo que me refiero.— Rodó los ojos entrando de nuevo a la cocina.

— Si como sea.— Lo siguió por detrás.— ¡Oh! Hola muñeco.— Saludó con una media sonrisa al castaño, quien ahora se encontraba sentado en la barra.

Louis apretó sus labios y tras bajar la mirada se dedicó a ejercer presión en su herida. Le seguía doliendo.

— ¿Que le ocurrió?— Pregunto Niall apuntando con la cabeza al castaño.

- Me hizo enojar-. Explico Harry como si nada, volviendo a sus deberes de cocina

— Mala idea muñeco.— Niall hizo una mueca mientras negaba con la cabeza.— Al último que lo hizo enojar lo preparó en caldo.

— Y que buen caldo.— Carcajeó el rizado.

— Simplemente asombroso.— Niall le guiñó su ojo divertido.

— ¿Te quedarás a cenar?— Preguntó Harry girándose un poco.

— No, no podré.— Hizo una mueca más grande que la anterior.— Sólo vine por los cuerpos.

Louis se tensó al instante y con asombro levantó la mirada de su brazo, ¿cuerpos?
¿Acaso tendría algo que ver con lo que había visto en el sótano? Tragó saliva.

— Bien, uno esta en el baño y el otro esta en la entrada principal.— Señaló con el cuchillo.

— Voy por ellos.— Dijo y antes de siquiera cruzar el umbral frenó y se volteó a mirar a Louis.— ¿Me acompañas muñeco?

Louis mordió el interior de su mejilla y miró hacia Harry.

— Ve con él.— Asintió el más alto en señal de aprobación. Louis bufó pero siguió por detrás al rubio.

— Y dime muñeco, ¿te diviertes en este lugar?— Preguntó. Louis sabía que se estaba burlando, ¡todo el mundo le gustaba burlarse de él!

Ambos entraron al baño y se encontraron con la antes mencionada bolsa negra.
Louis tragó duro al recordar a la pobre chica que instantes atrás había visto. De sólo acordarse su cuerpo entero era atacado por unos estúpidos escalofríos.

— No te preocupes, no durarás mucho.— Susurró mientras analizaba la bolsa frente a él.

Si, claro rubio, sigue creyendo eso.

Al momento de oír eso Louis quiso salir corriendo, esos dos eran unos raros, con razón eran amigos.

Después de mucho pensar Niall alzó la bolsa a su hombro, dio media vuelta y se encontró a un Louis parado en el umbral.

— Eres muy pequeño muñeco.— Dijo pellizcando una de sus mejillas para así después salir del baño.

Louis sobó su rostro y se giró hacia la dirección en donde Niall había caminado. Arrugó su nariz mientras le seguía los pasos al rubio, el hombre dejaba un camino apestoso, la muerta ya olía mal.

— ¡Mierda! Esto huele de la verga.— Exclamó Niall bajando la bolsa al suelo y dejándola al lado de la otra.

El rubio entró de nuevo a la cocina con un Louis pisándole los talones.

— Estúpido, esa bolsa huele espantoso.— Le dijo al rizado, que al parecer ya iba un poco adelantado en la preparación de la comida, que rápido.

— No exageres.— Dijo, estaba más que seguro que había rodado los ojos.

Louis por su parte tomó asiento en donde antes estaba y sólo se limitó a seguir cuidando que su herida no siguiera sangrando. Por un instante Harry lo miró de reojo, a decir verdad el chiquillo era bastante bonito, sin contar claro que tuviera un buen cuerpo.

— Me voy.— Avisó Niall, sacando antes de salir, una botella de agua de la nevera.— Vendré después.

— Bien.— Harry asintió y siguió haciendo lo suyo. Ignoró por completo el guiño de Niall hacia Louis y la pequeña lágrima rodar por la mejilla del más bajo.— Me avisas cuando

— Okey.— Y así sin más, salió de la cocina. Segundos después se escuchó un gruñido acompañado de un 'mierda' y luego la puerta abrir y cerrarse.

Louis alzó la mirada y observó como el Jeep Patriot del rubio se alejaba a toda velocidad, la noche no era tan larga y tenía poco tiempo.

(🐰)

Lo que uno hace por los amigos ¿no?
Niall quería demasiado al rizado, incluso cuando le contó su descabellado estilo de vida, no hizo más que guardar silencio, y aceptarlo tal cual, ¡por que vaya!, era su vida y él no era nadie para juzgarlo.

Se sentía culpable, en parte, por estar coludido con su extraño amigo, porque ¡vamos! sea cual sea su trauma, aquellas personas no eran culpables de lo sucedido.

Aunque, no iba negar, que los platillos que su amigo preparaba, estaban para chuparse los dedos.

— Dios.— Susurró mirando por el espejo retrovisor, la patrulla que se le venía acercando.

Estacionó un poco más adelante y encendió la luz de la jeep. Si lo descubrían estaba jodido.

— Buenas casi noches, señor.— Llegó el oficial con aquel tono engreído que los caracterizaban.

— Hola oficial.— Sonrió para aligerar el ambiente.

— Documentos del vehículo y suyos por favor.— Pidió estirando su mano.

— Claro.— Asintió hurgado en la guantera y sacando de esta unos papeles. Se lo entregó después de haber sacado de su cartera su licencia para conducir.

El hombre de mediana edad tomó los papeles y los comenzó a revisar, arrugó la nariz al oler algo desagradable.
Bien Niall, comienzate a preocupar.

— ¿Qué es ese aroma?— Preguntó tapándose la nariz.

— No sé.— Se hizo el desentendido.

— Viene de la cajuela, ¿qué lleva ahí?— Señaló hacia atrás.

— Vera oficial.— Comenzó nerviosamente.— Mi amigo y yo cazamos, y cazamos un venado hace unos días y me pidió que lo tirara por el bosque. Huele mal, lo sé, culpe a mi amigo por utilizar su carne y dejarlo olvidado en el cobertizo. Por cierto, el estofado que preparó fue espectacular, una obra de arte....

— Ya, ya, lo entiendo.— El hombre lo interrumpió.— Iba a exceso de velocidad, tendrá una pequeña multa gracias a eso.

— ¡Maldición!— Exclamó el rubio golpeando levemente el volante. Pero era eso, o que el policía descubriera los cuerpos en su cajuela.

El rubio dirigió su mirada al hombre, que sin ponerle atención, estaba escribiendo algo.

— Puede irse.— Le entregó de vuelta sus papeles y luego una pequeña nota, donde podía distinguirse 'multa'

— Gracias oficial.— Los tomó y los dejó en el asiento de copiloto.

— Y apresúrese a enterrar ese venado, que huele de la verga.— Exclamó sonriendo divertido.

— Eso mismo dije yo.— Sonrió.— De nuevo gracias.

Y el rubio encendió el auto para así poder desaparecer entre la fría noche.

Parece que después de todo, la suerte si estaba de su lado.

(🐰)

En unos minutos esta el otro

hannibal.→ larry. (editando.)Where stories live. Discover now