Desconocido

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Los ojos de Yixing están cristalinos, sus pies se andan pesados por la acera, su mejilla aun duele por el golpe que recibió hace tan solo una hora y sus manos tiemblan entre los bolsillos de su abrigo porque ese ha sido un día bastante frío además de que aun se siente nervioso por lo sucedido, sus dientes aprisionan el interior de su mejilla en un inútil intento por reprimir sus gimoteos.

Yixing se siente mal, desea llorar pero principalmente el abrazo de alguien, que mal que tan sólo lleva un par de días en Corea y habla nada del idioma y mucho menos conoce a alguien así que no le queda nada más que seguir caminando por las aglomeradas calles de Seúl; chocando su hombro con otras personas, tropezando por lo que le obstaculizan sus lagrimas a la hora de andar.

Anda, con tristeza y pesadez, con miedo y nerviosismo, anda sin saber realmente a donde va, sólo quiere andar, perderse entre todos y tratar de olvidar al tipo que lo asaltó, tratar de borrar la escena donde su espalda choca contra una pared de un callejón, borrar como con manos rasposas y uñas mal cortadas sus pertenencias fueron arrebatadas con fuerza, borrar como sus ruegos y llanto fueron ignorados por los demás.

Un pequeño tintineo resuena entre sus dedos, saca su mano del bolsillo y tal vez la suerte le sonríe un poco, le sonríe más o menos como para una taza de chocolate caliente entre tanto frío.

Suspira al entrar al local, todos se ven serios, metidos en sus asuntos ignorando los gimoteos que se escapan de sus labios. Anda hasta una mesa lejos del montón y se sienta ahí, sólo, ve acercarse a una mesera y, con el menú sobre la mesa, señala la taza que cree que es de chocolate, ella comprende y con desinterés va a traer la orden.

Se hunde entre sus brazos y suelta gimoteos inaudibles para el resto de personas, murmura con inocencia que quiere volver a casa mientras su zurda viaja a cubrir sus sollozos.

La chica deja la taza sobre la mesa y vuelve a atender a los demás, no importa que el pelinegro esté sumido en sus lloriqueos y miedos.

-¿Estás bien?

Yixing levanta la cabeza asustado ante el tacto que ha recibido, la caricia en su cabeza le ha sorprendido y aumentado su nerviosismo.

-¿Qué sucede? –pregunta el rubio inclinándose hacia el asustadizo chino.

Yixing niega en respuesta a la pregunta que no entendió; sus manos aprietan la servilleta y se encoge sobre la silla realmente sin saber que contestar.

El desconocido sonríe de una forma que le resulta muy dulce mas aun siente el nerviosismo por acercarse a alguien.

-¿Me entiendes? –el rubio se sienta y habla con más lentitud, procurando separar lo suficiente cada sílaba entre si.

Pero Yixing sigue sin comprender, sigue con algo de miedo y tan sólo niega haciendo una cómica mueca ante los ojos del rubio quien sonríe ladeando su cabeza algo enternecido por la reacción del pelinegro.

Entonces toma una de las servilletas que están abandonadas en la mesa del chino y sacando un bolígrafo de su saco y dibuja dos puntos y una curva, una carita feliz, simple y aun así capaz de sacarle una sonrisa aun más bella y adornada por un tímido hoyuelo al chino.

-Kim Junmyeon –se señala a si mismo el desconocido.

-Zhang Yixing –murmura al fin comprendiendo algo.

El rubio sonríe con ternura y su mano corre con lentitud y cuidado hacia la del pelinegro, Yixing no reniega ese contacto porque no tiene nada más que perder en ese instante además de que ese desconocido ha sido el único que lo ha tratado bien desde que llegó e igualmente le sonríe con tanta ternura que se pierde con cierta inocencia en los brillantes ojos del otro.

Junmyeon aprieta con ligereza los dedos de Yixing haciendo que este suelte una risita por lo bajo ante las cosquillas que siente.

-Tienes una hermosa sonrisa –dice el rubio aún consiente de que el pelinegro no le comprenderá. Yixing niega sonriente –¿quieres algo de comer? –suelta los dedos del chino para señalar varias cosas del menú.

Yixing se sonroja con fuerza al entender a lo que se refiere el otro y niega con rapidez, el rubio aun así pide un trozo de pastel de chocolate porque a todos les gusta el chocolate ¿no?

-N-no –balbucea al fin el chino.

Junmyeon coloca el platito y la cuchara frente al pelinegro y hace una seña con la mano indicándole que puede comer.

Son más de cinco minutos de negaciones e insistencias contra sonrisas por parte de ambos, pero Yixing acepta con timidez y come con nerviosismo al igual que torpeza.

-Chocolate –murmura señalando el rostro de Yixing mas este no entiende y ladea el rostro con inocencia en cada mohín.

Su diestra va hasta la comisura del pelinegro, limpiando el pequeño rastro de dulce que ha dejado por ser descuidado al comer. El chino ha adquirido un fuerte color carmín en sus mejillas.

-¿No sabes ni un poco de coreano? –pregunta con cuidado. Yixing lo mira sin comprender –eres adorable –prosigue soltando un suspiro y recargándose con más tranquilidad en la silla.

Yixing ya ha terminado de comer y la sonrisa no puede desaparecer de su rostro. Junmyeon es alguien bueno, alguien dulce, alguien que no lo ha ignorado, alguien que se ha preocupado por su bienestar.

-Gracias –susurra en chino y el otro sonríe, esa palabra sí la conoce.

Junmyeon se levanta de la silla y Yixing se preocupa ante la ida de la única persona que le ha tratado con bondad en su corta estadía en ese país así que, preocupado, se levanta con rapidez también y sujeta la mano del rubio.

Junmyeon sonríe soltándose y sujetando su muñeca.

Entonces Yixing se siente enamorado de un desconocido, de linda voz y dulce mirada.

Junmyeon no tiene porque sentirse enamorado en ese instante, si ya le había resultado hermoso el pelinegro desde que entró soltando pequeños gimoteos en el café.






Desconocido (OneShot SuLay)Where stories live. Discover now