Primera parte. Capitulo 1

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Annie's POV

Se que mis hermanos dicen que la practica hace a la perfeccion pero llevo muchos años con esto y sé, a ciencia cierta, que el tiro con arco no es lo mio. Todas mis flechas estan en el suelo o lejos de las diana. Mi hermano mayor, Will, trata de calmarme con una sonrisa.

—Odio esto—mascullo.

—Annie, tomate un descanso—me ordena Will. No lo dudo dos veces. Me acerco a cada flecha que he tirado, unas veinte, y las recojo. Las deposito en los carcajs, tirándolas con brusquedad.

Camino por el bosque, pegándole patadas a las piedras. Varias ninfas me gritan pero yo las evito. Desde que llegue a este sitio nunca he sentido que he encajado en el Campamento Mestizo. Me tiro al suelo junto a una gran masa de agua. A diferencia de mis hermanos no poseo habilidad para el arco, para la curación o para la adivinacion. ¿De qué me sirve la musica frente a un monstruo? Resoplo con fuerza.

Varios faunos me observan desde la orilla del lago. Me recuesto en el cesped. El cielo esta despejado a excepción de varias nubes pasajeras.

—¿Por qué papa?¿Por qué no soy como el resto?—murmuro. Se está tan bien aquí que me quedo dormida. 

A mi lado hay una mujer mayor que yo, de unos treinta, que me sostiene la mano. La mujer me mira, me sonrie y aprieta su agarre cuando vamos a cruzar por un paso de cebra. Miro la muchedumbre, la cual iban metidas en su propio mundo. En la otra acera, hay varias tiendas de lass cuales salían unas fragancias que me dieron ganas de entrar. Vuelvo a mira a la mujer que se habia detenido y miraba, con un semblante serio y lleno de preocupacion, el otro extremo de la calle.

—Annie, escondete—Su voz suena segura—.Huye, por mi.

—No, no te voy a dejar—digo con voz seria.

—Hija, vete—echo un vistazo donde estaba mirando y veo una figura enorme viniendo hacia nosotras con bastante fuerza. Mis piernas me responden y salgo corriendo hacia unos callejones.

Despierto de golpe, con la frente llena de sudor y con la respiración agitada. Me incorporo en mi sitio, no puedo evitar que las lágrimas fluyan por mis ojos. Me acerco a la orilla, me lavo la cara con el agua. A lo lejos oigo el cuerno que anuncia la comida.

Para estar a principios de junio, la temperatura es bastante suave. Es una de las cosas que me gustan del Campamento Mestizo, eso y la comida. El pabellon es una zona del campamento llena de mesas, una para cada cabaña. Muchos campistas estan llegando al mismo tiempo que yo. Una pequeña cola hay para quemar la comida. Hay un hueco entre dos de mis hermanos, agarro uno de esos platos y hago que magicamente aparezca una hamburguesa. En la hoguera quemo la mitad de mi comida.

Por favor, papá. Ayúdame a encontrar mi lugar

Nunca pierdo la oportunidad porque mi padre me ayude, aunque sé que en realidad no lo va a hacer. Apolo es un dios muy ocupado. Suspiro y me siento en mi mesa. Miro mi hamburguesa, agarro el pan y empiezo a jugar con ella. La desmonto y la vulevo a montar probando todo tipo de conmbinaciones.

—¿Estas bien?—Daniela me pregunta con la mirada.

—Si. Es solo que no tengo hambre—miento. Me levanto y camino a mi cabaña para tumbarme en mi cama. No se cuanto rato ha pasado pero alguien llama a la puerta. Me levanto y veo a Selena Beauregard en la puerta.

—Quiron me ha pedido que vayas a verlo a la Casa Grande—me dice con una sonrisa.

¿Para que querrá verme? Suelen llamar a los campistas a ese edificio si hay nuevas misiones, lo que me parece raro porque a mi nunca nadie me elige para una misión, ni siquiera los dioses.

La hija de Afrodita se marcha, me siento en la cama y me pongo una rebeca de color blanca. En el camino a la Casa Grande, mi cabeza comienza a hacer demasiadas preguntas sobre todo lo que conlleva ser yo.

—Señorita Gomez—me dice el centauro, su parte de animal es la de un caballo blanco—. Tenemos que hablar en privado.

Asiento y los dos entramos a la casa. Cuando me pongo comoda el centauro me da una carta.

—Creemos que usted ya esta preparada—me dice. ¿Preparada para que?

Agarro la carta. ¿Porque tengo la sensación de que este sobre me va a arruinar la vida?

En la direccion pone:

Anastasia E. Gomez, Cabaña de Apolo, cama junto a los servicios

Abro la carta:

El colegio de Magia y Hechiceria de Hogwarts le informa de que ha sido admitida un año más.

Paro de leer.

—No entiendo—le digo.

—Tanto tu madre como tu sois semidiosas, pero no cualquier tipo de semidioses, sois mucho más que eso. Ambas sois brujas—Pensando que es una broma me empiezo a reir, pero su expresion seria me hace dudar de mi misma—. Esto es serio.

—¿Por qué me lo habeis ocultado todos estos años?

—Tanto el señor D, como yo creíamos que no estabas preparada—me dice.

—¿Porque ahora?—le pregunto.

El rostro del centauro no muestra ninguna emocion.

—Necesito una respuesta.

—Y yo tambien. —Me cruzo de brazos. Quiero darle a entender con mi postura que no me marcharé de allí sin respuestas.

—Pensé que no estarias segura en un sitio lejos del campamento, pero estaba equivocado—me dice resignandose a mi forma de ser tan cabezota—. Respondeme cuanto antes.

Mi cabeza no para de pensar. ¿Esto es una señal de mi padre? Si así es, se ha tardado mucho en responder. ¿Eso significaba que ni hogar estaba en Hogwarts? No me lo pensé dos veces.

—Quiero ir—digo decidida. No sé porqué tenia tantas ganas de irme de ese sitio. Podria ser el hecho de que me sentía fuera de serie en el campamento, o simplemente es mi oportunida de descrubir quien es en realidad Anastasia Gomez.

—Entonces necesitarás una cosa— Está de espaldas a mi junto a una pintura, separa un lado del cuadro. Hay una caja fuerte de color azul oscuro. Teclea el numero y esta se abre con un zumbido. Me da una bolsa de cuero pequeña—. Ahí tienes dinero, mortal, dracmas y algunos galeones, también tienes la llave del banco de tu familia.

Nota de la autora:

Después de años sin subir nada de esta historia y he decidido re editarla. Cambiando algunas cosas de la trama pero espero que me quede tan bien como la primera. También espero que les guste.

Un saludo.

The Queen

Fred Weasley y la hija de ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora