Perdón por no ser lo que querías.

Odio ser esto en lo que me convertí ahora.
Odio ser la chica que soy ahora.

–¡DESPIERTA!–Abrí mis ojos encontrándome en una habitación.

–¿Que hago aquí?–Pregunte con mi garganta seca.

El tipo grande empezó a reír. Su apariencia me daba asco, era gordo y feo.

–Tu ex novio tiene que hacer un trabajo pequeña.–Fue lo único que dijo después de salir de la habitación.

Estaba amarrada a un tubo de metal. Forcejee para soltarme pero todos mis intentos fallaron.

El mismo hombre gordo entro pero con un cigarro en la mano.

–¿Quieres?—Me ofreció un cigarro.

Yo negué.

–¡MIERDA!–Grito el hombre gordo caminando hacía mi y poniéndome el cigarro caliente en la mejilla.

Grité y mis lagrimas salieron enseguida.

–Antes de morir necesitas sufrir cariño–Sonrío.

Sus dientes eran amarillos y uno era de oro. Que repugnante.

–Chiquilla, ¿Te comió la lengua el ratón?–Dijo con ironía.

Se acercó de nuevo a mi y me soltó una cachetada que resonó en toda la habitación.

Grite de nuevo y escupí la sangre que salía de mi mejilla al haberme encajado un diente.
Otra cachetada y un golpe en la nariz que hizo que sangrara.
El hombre empezó a patear mis costillas. Sentí como se rompía una y grité a no mas poder. Mi garganta estaba ronca y dolía.
Era algo desgarrador saber que el hombre que amas aunque te haya traicionado te trajo aquí.

–¡Justin!–Grito el hombre espeluznante.

Justin entro a la habitación. Estaba pálido y sus ojos estaban rojos. Mis ojos lo miraron fijamente con rencor.
El solo aparto la miraba de mi y miro a aquel hombre.
Yo quería levantarme y pegarle a Justin preguntándole por que estaba haciendo esto.

–Querido Justin, ¿Por que no le das una prueba de tu amor?–Sonrío hacía el.

Justin se acerco y me dio una patada en los muslos.
Me quejé tratando de no gritar de nuevo.
Me tomo de los cabellos y me dio un beso en la mejilla y chille alejándome de el por que me lastimaba.

–Querida, tú Justin hace esto por que tú sabías mucho de nuestra organización, nadie puede saberlo y el castigo es matar a la persona.
Justin ya recibió la lección pero ahora falta la tuya.–Sonrío el tipo–. Listo Justin, ya puedes hacer tu trabajo.

Justin me miro con lágrimas en los ojos y saco una pistola apuntándome en la frente.
Mi corazón se detuvo y sabía que me había puesto pálida.
¿Iba a matarme? Posiblemente sí.
¿Que si me arrepentía de amarlo? No, fui feliz a su lado por un año, así que no.
¿Que si me arrepentía salir tarde del trabajo? Si.
Cuándo amas a una persona con la intensidad de un huracán, por mucho daño que te haga jamás dejas de amarla.
Si el me iba a matar lo perdonaba, por qué sabía que lo haría por obligación. Sus ojos mostraban arrepentimiento y dolor.
Lo único que hice al ver esa pistola fue cerrar los ojos esperando mi muerte segura.

Justin le quito el seguro a la pistola y trago saliva. Su mano temblaba y su pecho subía y bajaba.
Su dedo estaba en él gatillo, en sus ojos se veía el temor de hacerlo, pero eso no lo impidió.
Su dedo presionó el gatillo y la bala dio justamente en mi rostro.

Justin lloraba a mares después de lo sucedido. No dormida, no comía.
Recordaba esa escena en su mente todos los días y él pensó que sería infeliz toda su vida, que equivocado estaba, lo que no sabía era que el amor de su vida apenas estaba cruzando la puerta, Oh que lo estaba.

Acompáñame a descubrir los secretos de esta historia.
Acción, amor, sexo, traición y mucho más.

@xneverbiebs

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