Capítulo 17.

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Harry se mantuvo quieto en su sitio, sin mover ni un solo musculo, en su mente reproduciéndose escenas una tras otras. Jay mantenía sus ojos cerrados, dejando que el chico lo supiera todo.

–No –susurro después de un rato, queriendo llorar.

¿Hace cuánto tiempo no lloraba? La verdad, ni siquiera se acuerda cuando fue la primera vez que lloro.

–Lamento que te enteres de esta manera –Jay suspiro, acomodándose mejor en la camilla–. La verdad pensé que nunca te enterarías.

–¿Por qué? –fue lo único que salió de sus labios.

Ella le sonrió, respirando pesadamente gracias a la mascarilla de oxígeno que tenía.

–Depende a lo que te refieras.

Harry gruño, no podía saber lo que ella en ese momento pensaba, era como que Secretos lo fuera abandonado.

–No lo intentes –hablo pesadamente–, no valdrá que intentes que Secretos lea mi mente, es mejor que yo te lo diga.

–Hace un momento pude hacerlo –contesto frustrado.

–Porque yo te lo permití.

Harry se agarró de los rizos.

–No entiendo nada.

Jay como pudo se inclinó, quedando casi que sentada, un dolor atravesando todo su cuerpo.

–Sé que voy a morir –comenzó–, no necesito que un doctor me lo diga.

–Louis...

–Louis está en muy buenas manos contigo –ella le sonrió–. Sé que tú lo cuidaras.

–No necesita de eso –respondió renuente–. Él es...

–Un Typhon –contesto ella por él–. Lo sé.

–¿Cómo? –pregunto con la boca abierta.

–Hace mucho tiempo, cuando apenas era una adolescente, conocí a un grupo que se hacían llamar mis amigos, éramos cuatro, a ellos les gustaba convocar cosas, como demonios, hasta que un día...

Jay miraba con recelo a Tony, quien solo le sonreía de manera diabólica, sosteniendo una vela en su mano.

–Vamos, Jay –ánimo–. No es nada del otro mundo, ¿no te gustaría saber qué es lo que te prepara el futuro?

Ella arrugo el entrecejo, no muy segura.

–No quiero hacerlo, Tony –negó–. Eso no me gusta.

–Oh, vamos –Lesly la agarro por los hombros–. Sera divertido.

Los miro indeciso, hasta que una tercera voz se escuchó.

–No seas gallina.

Volteo a ver a Anne que traía a su hijo en brazos, meciéndolo para que no se despertara.

–¿Por qué traes a tu hijo?

Ella soltó una carcajada.

–Haremos el ritual con él.

Jay ahogo un grito, mirándola asustada.

–No –negó.

Pero ya era tarde, antes de que se diera cuenta, todos estaban tomados de la mano en un círculo, el pequeño bebé en medio de ellos, velas por todos lados, las luces apagadas.

–Te presentamos al pequeño Harry –Tony comenzó.

Pero sus oídos se desconectaron, viendo al pobre bebé que movía sus manitos intentando agarrar algo.

Un grito ahogado se escuchó en todo el sitio, miro asustada a Anne, quien solo sonreía diabólicamente.

–Él es todo tuyo –la escucho decir.

Sus ojos presenciaron la escena, como un demonio agarraba al pequeño bebé y el cuerpo de sus amigos caían inertes al piso, ella también cayo, solo que con conciencia, sintiéndose mal de repente.

–Después fue que me entere que estaba embarazada de Louis –susurro, con sus ojos llenos de lágrimas–. Eso fue hace 24 años, tú debes de tener...

–25 –susurro con la voz ronca, mirándola con sus ojos abiertos.

Ella asintió.

–Recuerdo como tu desaparecías ante mis ojos, y como todo se volvía negro, luego tiempo después, me entere que yo no morí porque un demonio entro en mi cuerpo y al estar embarazada lo absorbió fue Louis.

–Por eso que él es... –Harry murmuro, entendiendo todo.

Por eso era que Louis era un Typhon, por eso era que era el descendiente de satanás, por eso era que tenía el aspecto de humano.

–Siempre sentía tu presencia –ella continuo–¸ sabía que algo andaba con mi hijo, un día lo escuche en su habitación hablando con alguien, fue cuando te vi y te reconocí.

Harry negó, demasiado aturdido.

–Pero soy el demonio de los Secretos –gruño–, es para que me fuera dado de cuenta.

Ella solo sonrió.

–Tal vez –asintió–. Pero después de eso me quedaron ciertas habilidades, tal vez fue por eso que tu demonio no podía presentir todo, o no podía reconocerme.

La habitación quedo en silencio, escuchándose solamente los pitidos de las maquinas. Hasta que una voz dulce rasgo todo.

–¿Mamá?

Harry volteo, viendo a Louis allí parado, con sus ojos cristalinos.

Había escuchado todo.

–Ustedes merecen estar juntos –Jay dio un suspiro, haciendo que el aire llegara a sus pulmones–. Harry sabe cómo deshacerse de esa parte de ustedes.

Se estaba despidiendo.

–Mamá, no –Louis ahogo un sollozo–. No te vayas tú también, por favor. No me dejes solo.

Ella le sonrió con cariño.

–No te dejo solo, mi amor, estarás con Harry, él te cuidara, yo lo sé.

Su respiración se hizo más lenta. Los sollozos de Louis más fuerte.

–Y no importa lo que pase –dijo en un susurro–. Las personas siempre cometemos errores, y más si son demonios.

–¡No, no, no!

Louis comenzó a gritar, moviendo el cuerpo de su madre, pero ya era tarde, había muerto.



¿Alguien se esperaba esto? Lo sé, nadie. 

No mires tres veces hacía atrás {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora