Ser Logan No Es Fácil

Capítulo Tres

           

Me lanzo sobre la cama de mi primo. Hoy ha sido un día muy largo, y nada ha cambiado, sigo siendo Logan para mi desgracia.

Mis tíos se tomaron muy bien, que el sistema del instituto de mi primo hubiese fallado y que alguien extraño viniese a casa de intercambio. Me aceptaron con los brazos abiertos. Ya por segunda vez en mi vida, pero no es nada extraño, mis tíos son unas personas encantadoras.

Miro un rato la televisión un rato antes de echar me a dormir y esperar que todo esto haya sido un sueño y despertar siendo yo misma, porque no es nada normal, ¿Cómo de la noche a la mañana, puedo levantarme con otra cara y otro cuerpo?

Abro los ojos algo adormilada, me echo la sabana encima de la cabeza, no quiero que nadie me despierte, esta cama es una de las mejores creaciones que ha hecho el ser humano, es comodísima. Vuelven a tocar la puerta esta vez más fuerte que antes.

—Muchacho, despierta, hoy tienes muchas cosas que hacer.

De un salto me levanto de la cama, y salgo corriendo hacia el baño. No antes de contestarle a mi tío un "ahorra voy a bajo señor".

Me coloco ante el espejo. La tensión es palpable, cruzo los dedos y levanto la cabeza como ayer lo hice.

Suelto un chillido.

De indignación.

De mucha indignación.

Para mí desgracia nada ha cambiado. Sigo siendo un espécimen masculino, y teniendo esa cosa levantada otra vez, haciendo una especie de montaña entre los pantalones grises de cuadritos, tan monos, y tan a la moda que tenía mi primo en el armario.

Pataleo el suelo con inercia, como una queja ante este castigo que tengo que cumplir. ¿Qué he hecho para merecer esto dios?

Ahora mismo siento tantas emociones que ni las sabría describir, siento inercia, nerviosismo, asco y muchas emociones más.  Pero sobretodo miedo, miedo como el que sienten los protagonistas de una película de terror.  Porque no sé lo que me espera de todo esta locura.

Una locura cojonuda.

Vuelvo a la habitación de mi primo para vestirme, y buscar una solución lo más rápido posible.

Saco lo primero que veo en el armario de Adam, no quiero enfocarme bastante en esto, aunque a la vez no quiero que pase como ayer.  Por ello me pongo unos vaqueros negros, que se adiaren a la perfección a este sexy cuerpo. Si, lo admito, todo es malo, pero ¿Quién soy yo para negar algo que es verdad?

Me pongo la primera camisa blanca que veo y Bajo a la cocina para empezar mi segundo día como Logan, no muy entusiasmada la verdad.

Mi tía está en la cocina preparando un intento de desayuno, digo intento ya que ella no sabe cocinar muy bien, es como si le dieras un huevo una sartén y una espátula a un niño de seis años, o te quema la cocina o te quema la comida. Además el olor que llega desde la cocina no es muy agradable. 

Cambio la cara de indignación que tengo, y entro a la cocina.

—Buenos días señora McGuire. — le sonrió, antes de sentarme en la silla a la espera de mí no tan agradable desayuno, un desayuno, con solo olerlo te revuelve las tripas, por muy vacías que estén.

—Buenos días Logan, ¿Qué tal has dormido?— camina hacia mí, y deja un plato, con un desayuno completo, para mi sorpresa esta impecable.

—Bastante bien señora, gracias por preguntar.

Me tomo el desayuno, mientras ella me habla de mi misma, me esta "poniendo al día" cuando la única aquí que deber aponer al día a alguien debería ser yo.

En ese momento caigo en la cuenta de algo, ¿Qué hacemos con Lana? ¿Cómo se supone que debería explicar mi propia desaparición? No puedo darles un susto así a mis tíos, me han criado como si fuera su hija propia.

Quiero muchísimo a mis tíos, no tanto a la comida de mi tía, pero sí que les quiero. Planteo buscar en internet una solución rápida y eficaz aunque algo me da que las soluciones no van a ser tan eficaces. Además seguramente Vanesa no me va a ayudar por haberla dejado plantada y mi primo, no tengo ni idea de lo que está haciendo ahora mismo, pero seguro que no me podría ayudar, pero pensándolo mejor, me encuentro en esta situación por su maldita culpa.

—Te presentaría a Lana, pero se ha ido a casa de sus abuelos a pasar un tiempo, ya que no quería estar sin su primo aquí. — frunzo el ceño, ¿Cómo? Yo no les he dicho nada, no será...

Ella me mira feliz, alentándome a tomar el desayuno, uno que no me apetece mucho la verdad, aunque tenga la pinta más exquisita del mundo no hay que fiarse. Mildred McGuire no sabe cocinar y todos lo sabemos. 

—La verdad es que no tengo tantas ganas de desayunar, ya sabe...—me rasco la nuca, como solía hacer mi primo en algunas de las situaciones incomodas— estoy algo... nervioso de empezar aquí, en este desconocido lugar para mí.

—No te preocupes pichoncito, aquí todo el mundo es muy amable, acogen a todos con los brazos abiertos.

Me encantaría gritar un ¡claro que si tía!, pero no puedo. La gente en Marshall, no es como aparenta. Son como serpientes, estudian la presa, para después atacarla.

Intento sonreír a mi tía, pero más que sonrisa, hago una mueca. Solo el pensar que voy a empezar desde cero en Marshall me da escalofríos. ¿Se nota que estoy bastante animado a que si?

Hago una mueca y me levanto son ganas en el cuerpo, esto no puede ir peor ¿o sí?

El camino hacia Marshall se hace ameno, aun que mis manos no dejen de sudar.

Miro hacia la puerta del instituto, y maldigo entre dientes. Ni siendo un maldito chico puedo librarme de esta tortura. Con suerte podría, quitarme todas las miradas que se dirigían hacia mí. Unas miradas de admiración, otras de asco y muchas más emociones reflejadas en las caras de la mayoría de la gente.

¿Qué narices...?

Un jadeo seco escapa de mi boca, cuando alguien se abalanza hacia mí, y allí es cuando mi pesadilla se hace real. Todo el mundo está a mí alrededor gritando, chillando, hasta ¿sollozando?, todo está fuera de control. Miro a mi tía con un miedo descomunal en los ojos, pero no ayuda nada que ella esta tan perdida como yo.

           

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Holaa mis amores!
Hace muchísimo que no nos vemos por aquí, y se que todo es mi culpa, ya que nunca cumplo mis compromisos 😭.
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Espero que estáis teniendo un día noche, tarde súper súper genial!
Gracias a todos aquellos que me apoyáis por qué valéis millones 😘