Noche de...

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La tenue luz de la luna se filtraba por la ventana a través de las delicadas cortinas color beige de aquella gran habitación, donde, recostado sobre la gran cama matrimonial yacía Kirigaya Kazuto a la espera de su mujer que había entrado momentos antes al baño, tomándose un merecido y relajante baño (después de un largo día) como era su costumbre antes de ir a dormir y mas en los días calurosos como ese.

Daban las once de la noche cuando Yuuki Asuna salió del cuarto de aseo, vestida solamente y para su comodidad con una pequeña y ligera bata de seda rosa que solo se encargaba de cubrir lo necesario, se amoldaba perfectamente a su silueta y que se ataba al frente con un nudo de la pequeña y delicada cinta negra que esta tenía, mientras que Kazuto llevaba una camiseta negra de algodón y unos pantaloncillos de idéntico color, pero que sin embargo y pese al calor del verano que empezaba a hacerse notorio incluso durante las noches, aún así él podía sentirse fresco con aquella pijama de peculiar color.

Asuna se acercó al lecho y se sentó en la orilla con la espalda recta y bien erguida, sus largos cabellos castaños caían sin remordimiento sobre el largo de su espalda, su pequeña bata delineaba deliciosamente sus perfectas curvas desde atrás, donde Kazuto podía observarla completamente embelazado por la hermosura de su amada.

Asuna giró levemente su cabeza hacía donde el pelinegro se encontraba acostado, mientras apoyaba su cabeza en una de las almohadas y la miraba con una tierna sonrisa asomandose en sus labios - kazuto kun - susurró la joven Yuuki a lo que el se incorporó lentamente hasta quedar casi frente a ella.

- Quiero una niña...

El pelinegro abrió completamente los ojos en sorpresa para luego volver a esa expresión de calma en su rostro, levantó su mano y tímidamente la dirigió hasta la mejilla femenina en un toque sutil y casi imperceptible - Asuna - murmuró su nombre con emoción notoria en su voz.

- Llevamos casados cinco años... - Asuna cerró los ojos unos segundos para luego posar su mano sobre la de él que aún seguía en su rostro, permitiéndose disfrutar de aquel contacto - y ahora quiero una niña - volvió a repetir con aquella voz tan dulce y delicada que enloquecía a Kazuto.

Él por su parte, adoptó una expresión traviesa en su rostro y de un pequeño jalón la atrajo hacia sí en un segundo para luego sujetarla de la cintura y pegar su boca cerca de los oídos de la muchacha y con una voz seductora murmuró suavemente - si quieres... podemos empezar ahora mismo - dicho esto, la tomó de la nuca con una mano mientras la otra seguía ceñida a su cintura y la besó lentamente, sin prisa y con todo el amor que podía transmitir con esa caricia.

Entre el beso Asuna rió divertida y una vez hubo terminado, le dió un leve golpe en el hombro antes de decir risueña - tonto... - tras esto fue ella la que esta vez atrapó los labios masculinos en un beso un poco mas apasionado que el que le hubo dado kazuto.

El beso terminaba solo para volver a renacer con aún mas pasión y mas intensidad que el anterior. Ambos se encontraban sumidos en la sensación que les producía sentirse cerca, tanto que en un momento dado mientras Asuna se sujetaba del cuello del pelinegro, éste la recostaba sobre aquel gran colchón, dejando a su paso un camino de besos por todo el recorrido desde sus labios hacia el cuello femenino, marcando y reclamando toda esa blanca, suave y delicada piel como suya.

Asuna recorría toda la espalda de Kazuto con sus pequeñas manos, tocando aún por encima de la tela de aquella camiseta negra mientras recibía gustosa todas las caricias que él le proporcionaba.

Una vez, realizado el recorrido a lo largo del níveo cuello de la muchacha varias veces, Kazuto emprendió su camino de vuelta hasta su dulce boca para volver a unir sus labios con los suyos una vez más y mientras la besaba con tal devoción y convicción, sus manos descendían lentamente por el cuerpo femenino hasta alcanzar la cinta de la prenda de dormir de la joven.

Noche deWhere stories live. Discover now