Es gracioso cómo unos segundos pueden alterar la perspectiva. En un momento andas por ahí, disfrutando la dulce despreocupación de la juventud, y al siguiente cojeas de una pierna, tienes una placa metálica en la cabeza y todo lo que sabías hasta el momento está patas arriba. Supongo que la vida puede ser una verdadera puta.
Pag. 21Su voz se hizo más amable. Por un momento, lo odié por ello. Odié la manera en la que el doloroso sentimiento de culpa se arremolinó en mi frente; odié la forma en que retumbaron las palabras comunes de lastima, los murmullos de las condolencias, el sonido del metal rechinando y las disculpas arrastradas y ebrias.
Pag. 49Si, me miento a mí misma. Todo el tiempo, en realidad, pero voy a serte honesta: soy bastante mala para eso.
Pag. 91Tal vez estaba cansada de tener miedo.
Pag. 315Ojalá pudieras ver lo que yo veo cuando te miro.
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