Mi cupido es un fantasma

¿Ricardo?

Desperté a las 6:00 p.m no me había dado cuenta de la horas que dormí, así que me levanté de un salto, mi habitación era amplía y lo que más en encantaba era que yo tenía la ventana hacia la calle, en las noches de luna llena yo siempre suelo quedarme viendo la luna hasta quedarme dormida pero en mi otra y habitación no podía porque solo tenia la ventana hacia el pasadizo, lo que solía hacer era subir a la azotea y quedarme cierto y tiempo pero no mucho porque me resfriaria, en esa habitación si podía quedarme observándola hasta el día siguiente si yo quisiera.
Estaba algo oscuro así que encendí la luz y se suponía que encontraría mi teléfono en mi cama pero no estaba ahí, comencé a buscarlo por todas partes y pensé que Nicolás lo había tomado mientras yo dormía así que fui furiosa a su habitación.
-Dame mi teléfono - dije.
-Yo no lo tengo Micaela, ¿Por qué me culpas siempre a mi? -dijo él casi llorando.
- Lo siento Nicolás es que creí que lo habías tomado pero me equivoque, mejor me voy -dije.
La habitación de Nicolás era enorme y tenia el color del tapiz de un verde limón claro, era hermoso pero debía preocuparme en buscar mi teléfono y para mi buena suerte mi teléfono sonó debajo del escritorio, cuando lo cogí tenia un mensaje:
"Hola, ¿Eres nueva verdad?, mi nombre es Ricardo pero en puedes decir Richi, nos llevaremos muy bien, de eso estoy seguro pequeña pero te pediré un favor, cuando me conozcas no tres asustes, no te haré daño, yo quiero ser una especie de cupido para ti, pronto me conocerás.
Con cariño, Ricardo".
¡Por el santo Dios! - dije asustada.
No sabía que demonios estaba pasando o es que ¿Estaba enloqueciendo? ¿Quién era ese tipo? mas bien ¿Qué es?, estaba realmente aterrada así que me giré en torno a mi habitación pero no encontré a nadie.
Ya era la hora de cenar así que salí despavorida de ahí quería gritarle a los 4 vientos lo que me había pasado pero ni ellos en creerían y decidí guardarmelo hasta tener prueba alguna, por un momento creí que había sido Nicolás pero cómo si yo había estado con Nicolás en ese momento, además Nicolás no tenía celular.
Terminamos de cenar y me di cuenta de que mis padres estaban muy cansados y la conciencia y la culpa de no haber ayudado en nada y en vez de eso haber dormido quien sabe cuantas horas me carcomía el alma así que dije - Mama, Papá vayan a descansar yo me encargaré de lavar los trastes .
-Bueno, gracias Mica, hasta mañana, Nico, vamos a dormir - dijo mamá.
La única luz encendida era la de la cocina y yo escuché una voz que decía - ¡Oye!- en un tono tan bajo que casi no logro escuchar así que no le doy importancia pero si estaba poniéndome algo nerviosa en ese momento solo quería terminar rápido e irme a la cama pero oí otra vez ese sonido así que me gire y un chico alto, rubio de ojos azules estaba parado de una forma tan coqueta y dulce a la vez, él estaba con una gran sonrisa en el rostro como si hubiera encontrado lo que siempre buscó, él no apartaba la mirada de mis ojos y dijo - ¿Me recuerdas? , soy Ricardo, el chico del mensaje exactamente - con una sonrisa pícara.
Yo solo moví la cabeza en forma de acierto y el me dijo - Vamos nena te dije que no te asustaras, no te lastimare seria incapaz de hacerle eso a una chica tan especial como tú - dijo tan coqueto que hasta por un momento creí que yo le gustaba a ... ¿Un fantasma?.
-¿Qué quieres de mi? - dije algo molesta.
- Empecemos con ser amigos ¿Te parece? - dijo él.
-¿Empecemos?, de acuerdo pero ¿Que eres tú? Un fantas... - dije y me cortó.
-¿Fantasma?, si nena lo soy pero soy uno de los buenos -dijo Ricardo riéndose.
-¿Y qué te pasó? - dije terminando de lavar los platos.
Él dijo - Prefiero no hablar de eso ahora, poco a poco te lo iré diciendo, ya es tarde nena ve a dormir, yo terminaré de arreglar la cocina por ti.
Sin tiempo para responderle Ricardo tronó los dedos y la cocina estaba completamente impecable como en uno de los episodios de "Los padrinos mágicos" cuando Timmy desea tener limpia su cocina.
Yo le dije en un tono burlón - ¿Eres mi hada madrina o un descendiente de Aladín?
- Eso dolió nena pero yo soy una especie de cupido inexperto- dijo Ricardo.
-¿Cupido? bueno te informo que yo no soy buena en cosas del amor -dije
-Por eso llegué a tu vida nena, pero venga es hora de dormir, te veo mañana -dijo Ricardo.
Y en un abrir y cerrar de ojos Ricardo ya no estaba así que yo me fui a la cama. Esa noche lo único que podía hacer era pensar en el porqué de la aparición de Ricardo, ¿Podía confiar en él? ¿Me podía enamorar de un fantasma?, era una locura, por supuesto que no.
Al día siguiente era el "Gran día", mi primer día de escuela, estaba muy pero muy nerviosa, pero con fe, con fe.