- Yo... no sabía – Y sabía que Harry se estaba arrepintiendo de tocar el tema, pero ya no había ni siquiera un punto de retroceso.

- Crecí con mi hermana Charlotte y cuando ella se casó, me llevó a vivir con ella y su esposo con el que discutía constantemente – no pudo evitar fruncir el entrecejo ante el recuerdo de lo que ese maldito le decía y hacía a su hermana. – Creí que cuando Lux nació, ellos tendrían una mejor relación, pero las discusiones continuaron todo el tiempo. A veces la asustaban y ella despertaba llorando en la madrugada, cosa que yo realmente odiaba ya que en esos tiempos yo sólo era un estudiante de dieciocho años demasiado irresponsable como para ser real. Sólo quería tener tiempo con amigos y ese tipo de cosas antes de entrar a la universidad que sabía que sería completamente difícil para mi, pero todo fue peor de lo que imaginaba ya que el primer día de clases me anunciaron que mi hermana había fallecido precisamente de la misma manera en que mis padres se habían ido, todo por el hecho de que ella tuvo una discusión con ese idiota – según testigos – y me dejaron solo con mi sobrina a la que tuve que cuidar como una hija mientras estudiaba el doble para poder darle un futuro.


Le sorprendió la rapidez con la que había narrado los hechos, pero su sorpresa fue mayor al darse cuenta de que sus mejillas estaban empapadas de lágrimas gracias a que la mano de Harry se encargó de limpiar las pocas que estaban a su alcance.


- Eres un héroe – soltó, el rizado.

- Ella es mi hija, Harry – lo miró directamente – yo la cuidé y me he encargado de enseñarle la mayor parte de las cosas que sabe. Por ella me alejé de las citas y la vida fuera de lo que era nuestro hogar y me siento completamente orgulloso de eso – explicó – porque sé que cuando crezca, será la mejor persona del mundo.

- Estoy seguro de que así será – sonrió levemente.


La mano del rizado se trasladó de su mejilla a una de sus manos para después entrelazar sus dedos, acercándose levemente para conseguir un cálido beso en los labios que logró que Louis olvidara la razón de su llanto y se concentrara únicamente en las mariposas que se habían alborotado en su interior.


Al separarse, ninguno de los dos pudo reprimir la sonrisa que se formó en sus rostros y a pesar de que hubieran deseado quedarse en ese instante por el resto de sus vidas, el ver la puerta principal de la escuela abrirse hizo ese deseo algo completamente imposible.


Louis se separó levemente del toque del rizado para poder salir del auto.


- Iré por Lux – sonrió como enamorado, tomando la manija de la puerta para poder salir, pero se detuvo cuando sintió un pequeño tirón en su mano.

- Lux no es tu hija – dijo, Harry, seguro, logrando que Louis lo mirara con una completa confusión pintada en el rostro. – Es nuestra hija. Estoy aquí ahora y no me pienso ir


¿Cómo podía detener esa sonrisa que simplemente estaba invadiendo su rostro cargada de sincera alegría? Aquello era absolutamente imposible ya que las emociones que lo invadían eran imposibles de ocultar ya que jamás había conocido a alguien que le tratara de aquella manera y le hiciera sentir como si fuera la persona más importante en su vida. Él sabía lo que era preocuparse por alguien, más antes no tenía idea de lo que se trataba el recibir ese sentimiento, pero Harry estaba cambiando todo en él. Cuando se encontraba a su lado el miedo no existía y entre ellos todo era perfecto.

Stay |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora