Capítulo 4.1 "Hogar"

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—¿Dónde está tu familia Alice? —preguntó Abbey, mientras regresaba de la caravana con los pequeños vasos.

—Sinceramente no sé, ellos vivían en Belladova, la última vez que hablé con mis padres estaban ahí, pero confío en que pudieron huir de la ciudad, deben estar esperándome en mi departamento en Lockview.

Scarleth, quien también se había unido a las mujeres, sentándose cerca del fuego, escuchó atentamente a Alice cuando ésta nombró el lugar.

—Bueno, creo que el invierno no es la única razón por la cual deberíamos movernos de este lado de Adrussia —afirmó Scarleth, mirando con cierta esperanza a todas, en especial a Alice.

—¿A, no? —preguntó Abbey.

—No, Alice tiene su familia en otra ciudad y yo también, mi familia está en Korifena, eso está relativamente cerca de "Vid na ozero", en el mismo estado de hecho.

—Bueno, sería conveniente que pronto pudiéramos coordinar eso, con Jake estamos sin vehículo, por eso no nos hemos marchado, además cada vez hay más infectados allá afuera. —Alice explicaba todo con suma preocupación.

—Tienes razón, pero ya no tienen que viajar solos, además no son los únicos, Aarón también tiene que viajar hacia allá, su familia vive en "Bol'shaya gora", cerca de las nuestras.

—Me alegro por eso, espero que todo salga bien —dijo Alice, con mucha esperanza en su voz y su mirada.

...

A unos kilómetros del campamento, Chris caminaba junto con Alex y Elijah, este último iluminaba con la linterna los árboles y arbustos que se presentaban. Poco a poco fueron escuchando algunos gemidos; se notaba a leguas que eran sonidos que provenían de infectados que pasaban cerca.

—Creo que no hay nada más que podridos, merodeando por ahí —manifestó Chris con extrema cautela.

—Tienes razón, quizás deberíamos volver, está muy oscuro y puede ser peligroso seguir aquí afuera —afirmó Elijah, apoyando el comentario de su cuñado.

—Por favor muchachos, sigamos buscando un rato más —insistió Alex, sin querer rendirse respecto a la búsqueda de su hermana.

—Es peligroso, aún tienes otra hermana y una novia que te necesitan —argumentó Chris, sin medir que sus palabras no habían sido las más cordiales.

—Pero Elisa sigue siendo mi hermana, si te daba miedo venir quizás era mejor que nos lo hubieras dicho, no podemos detenernos ahora —Alex continuó caminando unos pasos más en evidente molestia.

—¡Alex! —La voz de Elijah detuvo en seco al hermano de Elisa. —Chris tiene razón, creo que será prudente que sigamos mañana, ya llevamos varios kilómetros de camino y no hemos visto nada, mañana podremos continuar más seguros con la luz del sol.

—Oh, está bien —La expresión del hombre notó cansancio y frustración extrema. —No puedo pedirles que arriesguen su vida por mi familia, ustedes tienen sus propios deberes y problemas —manifestó Alex cediendo ante las palabras de sus acompañantes.

—Estamos juntos en esto, si perdemos más gente, pronto estaremos muertos, pero si nos mantenemos juntos somos más fuertes y podremos seguir buscando a tu hermana. —dijo Elijah reconfortando a su amigo con un palmazo amistoso en su hombro.

—Gracias Elijah, a ti también Chris —respondió Alex.

—Ni lo agradezcas hombre, sabes que lamento lo de tu hermana. Te prometo que cuando aparezca ese hijo de puta que se la llevó, ¡le meteré unas balas por el trasero! —exclamó Chris.

...

El otro grupo que era liderado por Ferdinand estaba en la dirección opuesta, éste hablaba mientras Jake y Aarón lo seguían con precaución. La oscuridad había invadido todo el paisaje y al igual que el grupo de Elijah, se encontraban de vuelta hacia el territorio del campamento.

—¡Oye Jake! ¿Dónde conociste a tu novia? —preguntó Ferdinand, mientras caminaba esquivando ramas.

—Ella y yo somos de la misma iglesia, nos conocimos en actividades en común, su personalidad me deslumbró —explicó Jake.

—Me imagino, además es bonita —dijo Ferdinand.

—Sí, Alice es de esas mujeres que no encuentras en un buscador de internet, es de esas mujeres especiales que no puedes dejar ir —dijo algo orgulloso Jake.

—¿Qué hay de ti psicólogo? —preguntó Ferdinand.

—Conoces a Luisa, ella era mi ex hace unos meses, ahora somos algo extraño. —El joven terapeuta se incomodó al dar esa explicación, mentalmente se cuestionaba por haber contestado.

—¿Por qué? —preguntó Jake.

—Porque no estamos juntos, pero tampoco estamos separados, aquí y ahora ella es lo único que tengo y soy lo único que tiene, su madre se quedó en el centro de Marckova, estaba ahí cuando lo bombardearon —comentó Aarón.

—Lo lamento mucho —dijo Jake.

Aarón agradeció la condolencia del hombre asintiendo con su rostro. Inmediatamente Ferdinand se detuvo, al parecer se distrajo y no podía recordar el camino por el cual debían volver.

Un infectado salió de entre la oscuridad sin previo aviso tomado a Aarón por el hombro, éste se asustó y trató de evadir el ataque, pero Ferdinand se adelantó y golpeó al infectado con su fierro, provocando que el reanimado comenzara a sangrar. Un segundo golpe bien fuerte en la cabeza bastó para derribar al atacante. Aarón quedó impresionado en el suelo, agradeciendo la intervención.

—¡Será la última vez que suceda! ¡Mantén los ojos abiertos! —ordenó antipáticamente el hombre al mando.

—¡Si! —pronunció Aarón, levantándose del suelo, ayudado por Jake.

Ferdinand insistió en que Aarón rematase al infectado del cual él lo había salvado.

—¡No quiero hacerlo! ¡No hay necesidad, mejor continuemos el camino! —sugirió el hombre.

—¡El hijo de puta casi te muerde el cuello y tú ¿no quieres vengarte!?

—¡No se puede vengar de un muerto! —dijo Aarón.

Ferdinand entonces se dirigió hasta donde se encontraba el infectado, quien era una mujer reanimada; comenzó a hablarle de forma obscena mientras la golpeaba en el rostro. Jake estaba impresionado por la actitud del hombre líder y por si fuera poco éste le tocó los senos a la infectada.

—Hace tiempo que no le hacía eso a una mujer —señaló Ferdinand.

—Ferdinand, tenemos que irnos —Jake insistió temiendo que algún otro reanimado hiciese aparición por la profunda oscuridad del bosque.

—¡Vamos! —pronunció Ferdinand, dejando a la reanimada media viva y algo muerta. Desde ese momento el grupo y todos los demás comenzaron a buscar el camino de regreso al campamento.

LA ÚLTIMA PANDEMIA [Libro 1] [COMPLETA]Where stories live. Discover now