Capítulo 4.1 "Hogar"

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La noche era muy fría en el campamento, en apariencia más de lo que fue la noche anterior, quizás porque ya el otoño había comenzado a menguar, transportando a los sobrevivientes a las puertas del invierno, por lo tanto las temperaturas habían comenzado a descender durante el ocaso.

Pese al clima, en el campamento solo contaban con las carpas y algunas otras cosas que los sobrevivientes habían utilizado desde hace unos meses para protegerse. En algunas semanas más, quizás siete u ocho, comenzaría a llover y luego la nieve se presentaría como todos los años, cubriéndolo todo con el manto blanco de su frío, con estéril hielo, en ese momento, nadie más podría continuar viviendo bajo la intemperie.

Hablando del frío y de los esfuerzos que los campistas realizaban para afrontarle, se destacaba Viviane. La mujer tenía una cacerola gigante sobre el fogón, la mayoría de las mujeres estaban reunidas en aquél lugar, casi todas se mantenían calladas y solo los niños hablaban en una mesita que se encontraba de junto, ellos jugaban a un juego de mesa, siendo Tanya, la hermana de Elisa, quien lideraba los juegos en esta transición de ser jovencita.

Desde su sitio, Viviane miraba a todos, otros días se habían visto más enérgicos.

—¿Qué les pasa a todos que están tan callados? —preguntó la mujer mayor.

—Hace frío, hoy más que ayer —respondió Laura, una mujer de cabello rubio de unos treinta y cinco años, soplando aire tibio en sus palma.

—Tienes razón; pero confío en que un poco de café que estoy preparando en esta olla y estos champiñones sean útiles para el frío. —La mujer de años acomodó los hongos dorados y humeantes en la plancha, mientras esperabas darle un poco más de color.

—Yo tengo en mi carpa una botella de vodka, la traeré para que tomemos un poquito —dijo amablemente Abbey, la esposa de Colby y la madre de Isidora.

—¡Haces bien en guardarlo! Imagina si estuvieran acá los hombres, ya se lo habrían tomado —dijo Viviane de forma histriónica, elevando sus manos con la cuchara de palo en ellas.

—Tienes razón, por eso mismo lo mantuve oculta, Colby sabe que existe, pero él no toma alcohol por lo tanto no es peligroso, además ahora está ocupado, cuidando los alrededores del campamento —sostuvo la mujer, sonriendo a las demás.

—Traeré los vasos de tequila que tiene Vivi en su caravana —anunció Laura, levantándose del asiento.

—¡Si querida, adelante! —dijo Viviane muy entusiasta.

—¿Cuántos traigo? —preguntó Laura.

—Por mí no se preocupen, yo no quiero gracias, ustedes saben que no consumo Vodka ni nada que se le parezca —refirió Alice, poniéndose el parche antes de la herida y rechazando amablemente su porción de alcohol.

—Si querida, por eso estoy haciendo café, ¿te gusta el café, cierto? —preguntó Viviane, revolviendo el líquido oscuro en una olla.

—Si Vivi, desde joven que me gusta, él debe ser culpable de mi constante insomnio.

—Ah, ¡No querida! eso se llama preocupación, lo estás porque Jake salió a buscar a Elisa.

—Me preocupa un poco. —Alice miró al suelo con desvelo, un suspiro le delató—. Bueno en realidad estoy muy preocupada, Jake y yo hemos pasado por mucho para poder sobrevivir. Estamos en un estado que no es el nuestro, lejos de nuestras familias, solo nos tenemos el uno al otro —argumentó la joven Alice.

—¡Hacen muy linda pareja! —afirmó Viviane, halagando la relación de Alice con Jake.

—¡Gracias! —comentó Alice, en un tono serio pero cordial, en su interior solo ella sabía cuales problemas habían tenido que sortear como relación cristiana.

LA ÚLTIMA PANDEMIA [Libro 1] [COMPLETA]Where stories live. Discover now