Capítulo 9

8.2K 676 60
                                    

Sometimes Even The Right Is Wrong

Los sentimientos eran un estorbo, ahora que estaba consciente se daba cuenta de lo molesto que era caer por una persona. Especialmente si la persona en cuestión era su jefe, ojalá hubiese una manera de volver a la normalidad.

-Buenos días.- Saludó la secretaria de Rickford, desde hacía unos días habían empezado a hablar un poco más. Era una mujer agradable de unos 27, tenía una pequeña niña de dos años de la que hablaba muy seguido.
-Buenos días.- Como siempre Cherry llegaba temprano apurándose para esperar a su jefe, entró a la oficina de este y preparó todo. Unos minutos después el hombre ya estaba comiendo/devorando su desayuno.
Nada había cambiado entre ellos, él daba ordenes y ella obedecía. Como siempre, excepto que ahora la asistente se preocupaba un poco más por aquel hombre tan complejo.

El celular de Rickford sonó pero este no atendió, si hubiera sido el teléfono de la oficina Roberts se habría encargado o incluso ella pero se trataba al parecer de un asunto personal. La chica se inquietó un poco por el sonido.
-¿No va a contestar?- Su jefe negó con la cabeza, estaba muy ocupado comiendo. Cherry le trató de persuadirlo insinuando que podría ser su padre con noticias y de inmediato descolgó pero en cuanto escucho la voz de quien hablaba colgó.
-¿No hay noticias aun?- El hombre negó con la cabeza, terminó su desayuno y Cherry le leyó la lista de cosas en su agenda, eran demasiadas.
-Maldita sea... ¿Es qué el viejo no piensa volver?- Ella sintió pena por su jefe pero no respondió, esa pregunta no era para nadie más que para el gerente.
-Señor, se que es mucho trabajo pero no es la primera vez que esto pasa, seguiremos como siempre.- Era cierto, Alfred Rickford tenía la mala costumbre de desaparecer de vez en cuando y luego después de unos días volvía presumiendo de hermosos lugares, mujeres y comida. Sin embargo en está ocasión habían transcurrido semanas. El padre prodigo no regresaba y su hijo estaba al borde de la desesperación.
-Juro que cuando lo vea lo mataré.- La asistente suspiró, siempre decía lo mismo.
-¿Necesita algo más?- El hombre asintió y empezó a revolver entre sus papeles, al no encontrar lo que buscaba chasqueó la lengua.
-Como esperaba, tendrás que ir a mi casa por un folio amarillo que dice "I.F" que debe estar en mi estudio.- La chica obedeció y salió hacia el lugar.

Llegando a la casa la saludaron algunos empleados que allí se encontraban, probablemente pasaban más tiempo ahí que en su propia casa.
El ama de llaves le abrió y ella fue directo al estudio de su jefe, buscó entre sus cosas y encontró lo que le había pedido. Con la misma velocidad salió y en la sala encontró otra cosa que la dejó helada.
Ahí en el enorme y cómodo sofá de cuero había un ángel.

O al menos eso parecía.

No llevaba uniforme entonces no era una empleada ni mucho menos parecía ser familia, solo quedaba una opción.

-Disculpa pero ¿quién eres?- Cherry se animó a preguntar después de haber observado ese precioso ser que al oír su voz reparó en su presencia y alzando su rostro dejo ver sus ojos color esmeralda.
-¿Quién eres tu?- Preguntó de vuelta.
-Yo pregunté primero.- No quería ser ruda pero tampoco podía irse sin enterarse de la identidad de aquella desconocida, aunque no lo pareciera podría tratarse de una asesina serial.
-Me llamo Anne.- La joven se levantó y sonrió dulcemente, Cherry pudo verla mejor. Lucía de unos veinticinco. Tenía una cabellera larga y ondulada color rubio, no un rubio falso como el de Susan, si no uno naturalmente hermoso. Vestía bastante bien y llevaba su iPhone en una funda de piedras color rosa. Le sonaba de algún lado pero no lograba identificarla del todo.
-¿Qué haces aquí Anne?- Se acercó un poco más a ella y la otra la imitó de manera que quedaron frente a frente.
-Quería ver si se encontraba James.- Respondió con algo de decepción en sus palabras. -Pero parece que no...-
-El señor Rickford está en la agencia ¿para que lo necesitas?- La asistente se relajó un poco.
-Son demasiadas preguntas y todavía no me has dicho quién eres...-
-Mi nombre es Cherlynn Dogget, ahora respon...-
-¡Dogget!- Gritó enérgicamente interrumpiendo a Cherry aunque un segundo después se cubrió la boca como si hubiese dicho algo que no debía y se sonrojó, adorable.
-...¿Disculpa?-
-N-no es nada, tu eres la asistente de James ¿cierto?- La pelirroja asintió.
-¿Nos conocemos?- La chica sonrió de nuevo.
-Supongo que no me recuerdas por que solo nos vimos un par de veces, hace tiempo trabajé en la agencia para un comercial de autos.- Ahora la recordaba "Annelisse Novak", el comercial fue un éxito pues ella era una modelo reconocida, pero la duda permanecía.
-Ah, lo recuerdo. Entonces ¿Qué haces aquí?-
-Desde entonces James y yo empezamos a vernos y después de un tiempo a salir.-

La Mascota Del Jefe (1ra Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora