Llego la hora de volver

19. Disfrútala antes que sea demasiado tarde.

Me dirigí al salón mientras que Felipe iba hacia la puerta.  Apenas Felipe abrió la puerta se escucharon los gritos de Alex, no era necesario estar ahí para escucharlos los gritos eran tal alto que estoy segura que todo el vecindario se enteró.

Me quede como estatua en el sillón, mirando hacia la entrada del salón y escuchando la conversación de Alex con Felipe.

- ¿DONDE ESTA ANTONELLA? – Gritando

- Primero te tranquilizas.

- ¡NO ME TRANQUILIZO NADA! ¿DONDE ESTA?

- Si no te tranquilizas no te dejo pasar.

- NO ME PIENSO TRANQUILIZAR Y LA VOY A VER QUIERAS O NO –Lo amenazo, nunca había escuchado ese tono de voz en Alex

- Si no te tranquilizas sobre mi cadáver la vas a ver.

- ¡Ok! ¿Me podrías dejar ver a Antonella por favor? –Respondió Alex bajando la voz, estaba actuando, estoy segura una persona no puede cambiar su estado de animo de un minuto a otro.

- Así está mejor, pasa está en el salón - ¡NO FELI, NO LE CREAS!

- ¡Gracias! –dijo Alex sarcástico, no había que ser muy inteligente para ver que Alex había engañado a Feli a simple vista, o lo otro es que Feli se haya dejado engañar.

Alex al verme se enojó mucho más de lo que estaba, no fue necesario que gritara para notarlo, su ojos me lo decían demostraban rabia, enojo, rencor, sufrimiento pero lo que más me dolía era que podía ver un poco de odio, podría soportar que me gritara que estuviera enojadísimo conmigo pero que me odiara, eso era otra cosa.

- Alex –dije con un susurro

- ¿Cómo disfrutaste riéndote de mí?

- No –yo niego con la cabeza pero no me salen las palabras

- No mientas más, lo sé todo.

- Lo sé –baje la mirada

- ¿Cómo lo sabes? –Me miro extrañado, hasta que creo que se dio cuenta de cómo me entere -¿Fue Nicolás, cierto?

- Si -susurre

- ¿Porque él? ¿Dime porque él sabe todo y yo no?

- Es que... –El tono de voz que estaba empleando era peor que los gritos, no soy capaz de responderle.

- Sabes ya no me digas nada no vale la pena.

- Pero...

- Ya no te creo nada –No me dejaba hablar

- Ale... –Me volvió a interrumpir

- Eres una mentirosa –me fulmino con la mirada- Odio el día que me enamore de ti, no mejor dicho odio el día que te conocí - Lo decía con tanto odio, que era imposible no creerle

- Alex. – dije casi llorando, podía soportar cualquier cosa, que la insultara o gritara, pero no que hubiera deseado no conocerme, yo a pesar de todo lo que paso nunca desee no conocerlo porque gracias a eso tengo a la persona que más amo en el mundo, Lucy.

- Creí que te conocía pero me equivoque, eres una basura igual que el que se hace llamar mi hermano.

- No culpes a Nico –Fue lo único que fui capaz de decir

- ¿Que no lo culpe? –Se ríe sarcásticamente- Lo sabía todo y no me dijo nada ¿Cómo te hubieras puesto tú si hubiera sido al revés? ¿Si hubiese sido Alison o peor aún Amanda la que te lo ocultaba todo esto?

- Es distin... -me volvió a interrumpir, esto más que una conversación parecía un monologo.

- No digas que es distinto porque sabes que no lo es, Nico veía como sufría por ti, mientras que el sabia donde estabas y no solo eso sino que sabía que iba hacer papá.