Cambios

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Lo observe desde mi ventana, él imitaba el sonido que hacían los caballos al galopar. Fue entonces que supe que estaba loco.

- Todos estamos locos, algunos más que otros- Respondió mi padre cuando se lo comenté.

El chico loco Había llegado hacia dos semanas atrás, junto a su padre y un hermano. Vivian al frente de nosotros. En una humilde casa de madera. En mi barrio todas las casas eran humildes. Aun que supongo que "barrio" no es la palabra indicada, ya que vivíamos en el campo. Detrás de mi casa solo había hectáreas gigantescas de maizales. Kilómetros completos, en los cuales yo había trabajado en veranos pasados.

En nuestro terreno teníamos un establo, gallineros, incluso una vaca llamada Natacha.

Vivíamos en una granja, aun que no me gustase admitirlo.

-Yo solo veo a un chico feliz- Comentó luego, mi padre.

-Deberías haberlo visto, ayer, cuando fuiste al pueblo con Tom-Dije. Tom era nuestro caballo, el que ocupábamos para hacer largos viajes- Corrió tras de ti imitándolo mientras reía.

-¿Lo ves? Solo es un crio feliz, deberías imitarlo un poco- Dijo mientras le ayudaba a partir la leña- Y no vuelvas a mencionar la palabra "loco", no me parece la manera adecuada para referirse a alguien, Yongguk.

-Entonces ¿Cómo debería llamarlo ¿el cuerdo?

Mi padre bufó.

-Deberías llamarlo por su nombre. De seguro tendrás tiempo para conocerlo. Es nuestro vecino ahora. Podrías ser su amigo, ahora que Minah se fue de vacaciones a la ciudad, no te vendría mal algo de compañía.

Minah era mi novia desde hacía dos años. Me quería. La quería. Pero ahora estaba lejos, en la ciudad, como todos los veranos. Se iba por dos meses hasta el fin de las vacaciones. Era un martirio para mí, y para ella también, pero tenía que ir obligada. Por eso aquel verano no tenía nada de atractivo para mí.

-Si claro, papá. Seré su amigo, y le pediré una clase completa de cómo imitar caballos, quizás también sepa imitar otras especies. Eso sería interesante.

-Bueno, como quieras- Dijo mi padre- Eres tu el que estará con esa cara de afligido todo el verano, no yo- Luego de eso se quito los guantes y entro en la casa.

Yo me quede ahí un rato, sentado sobre el tronco en donde partíamos la leña. El sol se escondía y el cielo tenía un tono color naranja. Me quede pensando en que estaría haciendo Minah en ese momento. ¿Pensando en mí, como yo en ella? Eso era lo más probable... aun que en la ciudad habían muchas distracciones.

Me quede pensando en cómo seria vivir en la ciudad, me empezaba cansar de tanta naturaleza, cuando de pronto sentí la extraña sensación que alguien me observaba.

Y efectivamente así era. Tras el peral, que estaba en medio de todas las casas de mi "vecindario", se encontraba mi nuevo vecino. Asomaba solo su cabeza y me observaba. ¿Qué pretendía?

Lo observé fijamente, pero al parecer aun creía pasar desapercibido ya que no se movía. Aquello era algo incomodo. ¿Qué miras? Me hubiera gustado preguntarle. En vez de eso solo alcé una mano en señal de saludo.

Entonces él sonrió, y agitó su mano, saliendo por fin de su escondite.

-¿Qué haces por aquí?-Pregunte una vez se hubo acercado un poco-¿Cómo te llamas?

-Yo soy Zelo- Dijo. Su voz era algo rara. Hablaba como si le costara un poco- ¿y tú... quien eres?

-Me llamo Bang Yongguk ¿Cuántos años tienes, Zelo? -Pregunté, no porque me importara demasiado, si no porque me llamaba la atención ver a alguien tan grande actuar como un mocoso. Le calculaba al menos unos dieciséis o diecisiete.

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⏰ Last updated: Oct 04, 2015 ⏰

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Campos de MedianocheWhere stories live. Discover now