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Esto es un terreno baldío, mi único refugio; con cielo sobre ti, hay infierno a mi alrededor.

- Hell Above.

Prólogo: La chica que arruinó mi corazón.

San Diego, California. 7:30 pm.

Lo sabía mucho antes de que mis pies tocaran el parque. Era irónico que en este mismo parque fue donde la conocí.

Sabía incluso antes de llegar aquí lo que mis ojos encontrarían. Y aun así vine. Es sorprendente el nivel de masoquismo que un ser humano puede poseer. Hinqué mis rodillas detrás del arbusto y seguí con mi vista le escena que frente a mí se proyectaba.

Su, tan familiar, boca (la misma que besé durante horas, días y días enteros) llena de mentiras susurró palabras anhelantes en ese desconocido oído como el ruego de un enfermo sobre su salvador. Era denigrante presenciar esto escondido detrás del extenso refugio de un arbusto frondoso, pero no me sentí mal por tener que ver su mano subir por el brazo bronceado de ese tipo mientras hablaba códigos para engatusar el corazón de otro jugador más que perdería en su juego.

Ella era una experta en este juego, sin compasión. Sin remordimientos. Aquel era solo una marioneta más en su teatro de mentiras.

Porque yo también fui lo suficientemente estúpido para creer una vez en sus falsas promesas que podrían enviarme directo al cielo o a una irremediable caída al infierno.

Nunca más.

Cerré los ojos un momento para asimilar todo lo que estaba ocurriendo frente a mí y luego volví a abrirlos, sintiendo la ira emanar de ellos. Apreté mis puños hasta que casi sentí mis nudillos volverse blancos. Ella besó su mandíbula mientras él soltaba una carcajada por algo particularmente gracioso que ella dijo.

- No hables - murmuré apretando los dientes al escuchar las mismas excusas baratas que usó conmigo una vez en el pasado -. Cállate.

Su voz ronca no paró, sus manos no dejaron de sentir el tacto de su brazo, su alma fría no comenzó a calentarse, su corazón podrido no logró latir.

No sé en qué momento creí que podría cambiar eso.

Tampoco sé por qué pensé que ella me elegiría por sobre sus demás amantes. Yo sólo era uno más.

Siempre me decía que para el amor no hay obstáculos que valgan, pero fui tan iluso al pensar que ella se conformaría conmigo. No me estoy haciendo menos de lo que soy, ni trato de sentir lástima por mí mismo porque sé cuánto valgo y sé que ella no era el mejor premio.

El tintineo de su risa seductora impactó en mis oídos como filosas agujas, me devolvió a la realidad. La misma risa que escuché durante horas mientras disfrutaba el momento en paz luego de satisfacerla. Recordé su cabello cayendo con elegancia en esa cama... esa cama que jamás fue la suya, esa habitación que nunca estuvo en su casa. Qué gran idiota.

Y ese fue el momento en que lo percibí. Pero ¿cómo iba a pensar que esto iba a pasar? Nadie tenía ninguna forma de saber que yo estaba aquí.

Escuché un sollozo detrás de mí que me hizo voltear abruptamente en su dirección. 

Joder.

No.

Maldita sea, me descubrió. Por más que prometí y prometí que no la volvería a ver, aquí estaba. De vuelta donde siempre. Y ella me descubrió.

Vic's theory ; vic fuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora