Á N I M O S

240 18 0
                                    

(1)Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará.» Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde. (Salmos 3: 1-4)

Desde que decidimos entregarle todo a Dios, obviamente nuestro enemigo no va a estar contento, y es posible que ponga personas en nuestro camino para que nos hagan daño, ¡Personas que nos hagan daño!, porque lo único que él quiere es destruirnos, hacernos caer. El enemigo (y cuando digo enemigo me refiero a : diablo) quiere que fracasemos, que vayamos al mundo para que nos perdamos. 

Pero el Señor nuestro Dios nos protege, él es escudo alrededor de nosotros, porque nos ama y no quiere vernos sufrir. Siempre que necesitamos de Él, está ahí para ayudarnos a seguir. Aunque sean muchas las dificultades Él nos da las fuerzas para avanzar, nos ayuda a derribar cualquier obstáculo que nos impida seguir. Y sana todas las heridas que el enemigo intenta dejar en nuestra vida.
Debemos poner toda nuestra fe en Dios y confiarle todo de nosotros porque es nuestro Padre, nuestro mejor Amigo y es el único que no nos va a fallar, al contrario nosotros somos los que le fallamos.
Hay que tomar conciencia de que en Su Nombre podemos llegar a lograr todo lo que esté de acuerdo a Su voluntad, en Su Nombre tenemos la autoridad de atar y desatar.
Él nos fortalece día a día y levanta nuestra cabeza para que sigamos avanzando en el camino que el marcó para nosotros, camino por el cual llegamos a Él.

 ( 1)Texto bíblico tomado de LA SANTA BIBLIA, 

NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® 

©1999 por bíblica, Inc.™ 

Reservados todos los derechos en todo el mundo  


La dulzura de su vozWhere stories live. Discover now