PARTE 1: LA LLEGADA DE UN NUEVO INTEGRANTE

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.-Cuando tenía 12 años les pedí a mis padres un hermano, era muy difícil obtener un hijo así que ellos adoptaron a un niño para que pudiera cumplir mi deseo.

El día que fueron a buscar a mi hermano yo me quede en casa de mi abuela, me divertí mucho, ella me hizo galletas y luego me explico por qué mis padres no tuvieron un hijo ellos mismos y se vieron en la obligación de adoptar. La razón era complicada pero para mí en ese entonces todo era simple.

Mis padres llegaron muy tarde, yo estaba dormida. Desperté en el auto y escuche que mamá estaba llorando, me hice la dormida e intente escuchar de lo que hablaban.

Mi padre mencionaba a mi madre a un niño en especial, decía que parecía muy triste y que tal vez no serviría para que sea mi hermano. Mi madre le contestaba que tal vez era así porque necesitaba una familia, eso es muy comprensivo, pero aun así mi padre insistía en que debíamos esperar a que yo fuera más grande y pudiera escoger a un hermano o simplemente madurar.

Al otro día me invadió la duda y le pregunte a mis padres donde estaba mi hermano, ellos dijeron que aún no escogían a la persona correcta por lo que me llene de valentía y les dije que yo quería acompañarlos la próxima vez. Ellos muy tristes aceptaron y me dijeron que sería duro pero que diera lo mejor de mí.

Así el día de escoger a mi hermano llego, salimos temprano en la mañana y cuando llegamos los niños estaban desayunando, mis padres me dijeron que me quedara sentada para que pudieran arreglar la visita con la tutora pero yo quería salir así que me permitieron ir a los columpios que estaban en el patio trasero. Muy feliz fui corriendo hasta que de repente me detuve de golpe porque vi a un niño sentado en el segundo columpio. Me acerque de manera calmada y me senté en el primer columpio, le pregunte su nombre y no me respondió, yo le dije mi nombre porque tal vez era muy tímido y comencé a mover mi columpio.

De repente él se levantó me miro y con una sonrisa y me dijo- hagamos una carrera hasta el manzano de por allá- y apunto hacia un gran y resplandeciente árbol. Íbamos corriendo cuando el viento comenzó a resoplar muy fuerte... él me dijo que no me detuviera, cuando estábamos por llegar me detuve porque me sorprendió que del gran árbol cayera una gran y brillante masa de energía. Le grité preguntándole qué era eso y advirtiéndole que se alejara pero él ni se inmuto y avanzo hacia la extraña energía cuando en un par de segundos y creo que no fueron muchos ya que no tuve tiempo de gritar la masa se expandió liberando luz cegadora.

En ese momento aprecié lo que puede ser el más allá, estaba todo oscuro no se veía realmente nada, buscaba y buscaba a el extraño niño pero no aparecía, solo había ausencia, sentí miedo y extrañeza, me invadía la curiosidad, me sentí demasiado sola y cuando ya no sentía nada más que ganas de gritar apareció un linda luz, era pequeña pero podía hacerme feliz aunque sea solo un poco, sentí seguridad y alegría y luego inexplicablemente esa luz se expandió creando un tipo de esfera en la que podía ver imágenes, lo primero que vi fue a un bebe en un hospital abandonado, sentí angustia pero en ese entonces no podía hacer nada, luego apareció la imagen del orfanato en el que estaba. Aparecían niños molestando a otro niño, ese otro niño a pesar de que no se apreciaba bien era el niño del columpio, en ese momento sentí impotencia y rabia. La última imagen fue de mi sentada en el columpio junto al niño, sentí felicidad, compañía, paz y sentí como si perteneciera a algo muy importante, una familia. Justo cuando iba a tocar la luz, esta se expandió de forma segadora. Aparecí sentada en el pasto del patio trasero del orfanato, el niño estaba apoyado en el árbol tirando piedras hacia un lago que estaba junto al árbol, le pregunte qué fue eso y me contestó - sólo un extracto de mi corazón-.

En ese momento sentí la obligación de decirle a mis padres que adoptaran a ese niño, por lo que le dije que se quedara allí un momento y corrí hacia la entrada del orfanato, cuando entré vi a mis padres, y les comente mi petición, ellos estaban felices, y corrieron junto a mi hacia donde se encontraba el que sería mi nuevo hermano, pero su sonrisa se borró cuando vieron al niño, me detuvieron sujetándome la mano y me dijeron que ese niño estaba lleno de malos sentimientos, me sentí apenada y les explique lo que sucedió, no me creyeron pero justo cuando quería empezar a llorar el niño se acercó y me dijo en la oreja, este solo será nuestro secreto.

Me sentí feliz y le dije a mis padres que tal vez hacer feliz a ese niño sería el nuevo reto que tenía nuestra familia, mis padres dudosos aceptaron mi petición y aquel extraño niño se volvió mi hermano.

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