2. Lugar seguro

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Capítulo 2. Lugar seguro.


Edeline Radetti.
Presente...

Todo el mundo quiere gobernar.

La Guardia Real comienza a matar a todos, Carson corre a mí y toma mi mano, se detiene al ver a Garnett, la pistola apunta a él, una chica rubia llega y se interpone entre la trayectoria de la bala.

Rebecca cae al suelo, el rostro de Garnett se descompone por la sorpresa y Carson usa esos segundos para jalarme lejos de aquí. Más disparos. Gritos. Sangre en el suelo.

Piso un cuerpo sin vida, cuando bajo la vista encuentro a mi padre. El rey ha muerto.

Busco entre los demás a mi madre, no la encuentro, ni a mi hermano. Carson no me deja detener por más, pero ya no se puede hacer mucho.

Estamos perdidos.


****

Carson Longrée.

Abro paso entre los invitados para que Edeline y yo podamos escabullirnos filtrando nuestra presencia entre las demás personas pero los Guardias Reales son más hábiles que todos nosotros en conjunto, se escurren entre nosotros como un grupo de hormigas venenosas, no se detienen ante nadie, disparan a matar, la habitación pronto se llena de humo impidiendo la vista, algunas personas comienzan a toser en su intento por respirar pero es algo prácticamente imposible.

La mejor idea que se les pudo ocurrir a los Anesi ha sido esta; aliarse con las personas que "protegen" a la familia real.

Si ya no hay quién los proteja, ¿qué los separará de morir?

Nada.

No suelto ni un instante de la mano a Edeline, puedo sentir el miedo de todos los que hay aquí, sus rostros los delatan, las miradas de ellos aceptan lo que sus cuerpos tratar de evitar. Así somos todos los seres humanos, aun cuando sabemos que moriremos luchamos hasta el último momento.

Guardias se apresuran para llegar a la salida y forman una barricada con sus propios cuerpos impidiendo nuestra huida, las personas pierden toda la clase y sensatez con la que han sido obligados a vivir y tomando sillas, trozos de vidrio o lo primero que encuentran comienzan a atacar a los soldados.

Que Dios me perdone. Aviento a un hombre contra los Guardias y éste lo derriba haciendo un hueco entre la barrera, las personas comienzan a aventarse con más fuerza, unos cuantos caen y los que siguen de pie pisan sin piedad a los que están bajo ellos. Vuelvo a aventar a otro hombre, otros me imitan haciendo lo mismo y listo, a gritos y golpes pasamos la salida.

El aire helado nos ahoga más de lo que lo hacía el humo adentro, dos mujeres caen de rodillas arrastrando consigo a sus parejas, Edeline se suelta de mi mano y se detiene con la intención de ayudar a los demás pero no se lo permito y la jalo de nueva vez conmigo.

―¡Suéltame! ―grita desesperada pero sus gritos son opacados por los disparos de los Guardias Reales saliendo del palacio.

Bajan las escaleras y se acomodan para disparar.

―¡Todos corran! ―soy capaz de decir antes de la nueva ronda de disparos comience.

Edeline se deshace de sus zapatillas y comienza a correr hacia el este no sin antes tomarme de la mano, yo la sigo, esta vez es en sus manos donde cuelgan nuestras vidas, una pequeña construcción llena de elegancia, madera blanca y altos arbustos bien acomodados se logra ver a unos diez metros de nosotros, hace años que no había visto este lugar pero sé qué es y a dónde vamos.

Sin luz © #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora