Una mano es enrollada por el extremo de una correa roja y nuestro perro se mantiene sentado a su lado. Al verme, hace un ademán por correr hacia mí, por lo que Matt tira de la correa, deteniéndolo.

Demonios, se supone que es mi responsabilidad. Todo este revuelco hizo que me olvidara de él.

-¿Enviaste a mi hermana a hablar conmigo?-el Sinclair que ya no me quiere aparta la vista de mí.

Abro la boca. Jane me roba la palabra.

-No lo hizo-suena firme-. Renuncia a esta actitud, Matt, no les hace bien a ninguno de los dos.

Él niega. Se lleva la mano libre al bolsillo y saca algo de él.

-Toma-se acerca para entregármelo-. Tu ex-novio te ha estado llamando.

¡Mi móvil! Olvidé que lo había dejado tirado en el recibidor la noche anterior, cuando Oliver apareció inesperadamente diciendo que era mi primo.

-No quise responderle por no arruinar lo que sea que ustedes están teniendo-finaliza girándose para darme la espalda.

Los fragmentos de mi corazón se dividen en más pedazos. Nunca ha sido así de indiferente conmigo y todo dentro de mí lo está resintiendo. Éste no es él, me rehuso a pensar que se convertirá en esta persona.

Por favor, por favor devuélvanme a mi Matt.

-Es contigo con quien tengo algo-avanzo dos pasos.

Detiene la marcha, pero no se interesa en mirarme.

-Con quien tenías algo.

Acto seguido, desaparece a través del pasillo junto con nuestro perro, quien está ansioso por salir.

Bajo la cabeza, sintiendo que las lágrimas se avecinan dentro de poco. Quiero pensar que esto es una pesadilla, la más terrorífica de mi vida. Que despertaré dentro de poco. Que abandonaré el limbo, en el cual las palabras de Matt son lanzas que me apuñalan despiadadamente.

Jane aprieta mi hombro con una mano.

-Estarán bien-me ofrece calidez.

Un temblor se apodera de mí. ¿Qué es esto que siento? Es auténtico dolor. Uno más punzante que aquel provocado por Oliver hace cuatro años. Ni siquiera hay ira de por medio, es solo tristeza.

-Emma, debes...

Pero no permito que termine. Las lágrimas brotan de mis ojos una a una advirtiéndome que se convertirán en un nuevo llanto.

Sin querer, vuelvo a demostrar mi tormento a la hermana de la persona que más me importa en mi pequeño universo.

-No fue mi intención, Jane-me cuesta hablar entre sollozos-. Juro que es la última persona a la que lastimaría.

Finalmente rompo en llanto. Pero qué Magdalena ando estos días.

Jane me abraza. Enreda su mano en mi cabello, acariciándolo con tanta suavidad que me hace sentir como parte de su familia.

-¿Por qué esto duele tanto?-recurro a la retórica.

Jane no lo comprende de aquel manera. Me aleja de ella para conectar sus oceánicos ojos con los míos, que están llenos de agonía.

-Querida Emma...-su rostro se enternece-. Te has enamorado de mi hermano.

Asiento, porque ya no se trata de algo que quiera ocultar.

Jane retorna al abrazo, permitiéndome reflexionar sobre mis sentimientos. Nunca me había detenido a pensar realmente sobre ellos.

Estoy loca y profundamente enamorada de Matthew Allan Sinclair, me digo firmemente en mi interior citando su épica frase. Ni siquiera se trata de una atracción física, no porque él no sea extremadamente sensual.

Factura al corazón © DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora