Todo va de mal en peor

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Desperté bruscamente por el sonido de la alarma para ir a la escuela, del otro lado de la puerta de mi habitación se encontraba mi madre diciendome que me apure que ella no iba a poder llevarme hoy.
"Genial", dije para mí mismo refregando mis ojos que se estaban acostumbrando a la luz.
Cuando terminé de prepararme bajé para desayunar huevos revueltos con jugo de naranja.
Cuando subi al colectivo se encontraba Madison con su estúpido novio Jacob quien me miró mal ni bien subí, fui a buscar asiento al fondo cuando sentí que algo me trabó mis pies cayendo al suelo, si, había sido Jacob que junto sus amigos se reían de mi. Madison regaño a Jacob por hacer eso aunque a mi no me dio mucha importancia.
Llegamos a la escuela, tocaba gimnasia, mi punto débil. Nunca fui un chico de deportes ni nada de eso.
Entrenador- ¿Usted es el señor johnson?- preguntó mirandome fijamente.
Edward- Si- le contesté quitandome la capucha
Entrenador- Por ser tu primer día en este gimnasio te tendré compasión.
Ese comentario no me había parecido nada agradable, menos viniendo de un adulto.
Hoy jugamos soccer y como siempre al "tonto" lo mandan al arco. No trataba de evitar los goles ni siquiera me importaba la clase de gimnasia.
Al terminar saqué la ropa de mi casillero y me fui a duchar. Había tardado como 20 minutos en bañarme y no se porque me sorprendí al ver que mis cosas ya no estaban, tuve que salir en ropa interior por toda la secundaria siendo el ridículo de la escuela.
Pedi al director llamar a casa para que vengan a retirarme.
Mamá vino a buscarme y me subi al auto en silencio y rápido, al llegar a casa me encerré en mi habitación a llorar tirado en la cama.
"Que les habré hecho yo" me decía una y otra vez tratando de convencerme que no era para tanto, pero si lo era, tenía una amiga extranjera que se cortaba las venas y chateando con ella decidí preguntarle porque lo hacía.
Emi- hola Edward, ¿Como te ha ido en tu nueva secundaria?
Edward- pésimo, soy el juguete de la escuela
Emi- Lamento mucho tener que oír eso Edward
Edward- ¿podría hacerte una pregunta?
Emi- Claro que si, ¿que ocurre?
Edward- ¿que sientes cuando te cortas?
Ella se había quedado un momento sin responder.
Edward- ¿todavía estas?
Emi- si, sigo aquí, es una sensación de descarga, sientes que tus problemas se van por un instante, pero las marcas te recuerdan esas penas.
Edward- gracias por decirmelo, debo irme a comer, hasta luego.
Emi- adiós Edward
Sin pensarlo dos veces bajé a la cocina y tome un cuchillo a escondidas de mamá y le dije que esa noche no iba a cenar, fui rápidamente a mi habitación y cerre con llave la puerta, me sente en mi cama y saque el cuchillo mirando su filo. Tomé aire y cerrando los ojos deslicé el filo sobre mi muñeca recordando lo que me dijo Emi, "se van por un momento", me acosté con lágrimas en los ojos y me dormi profundamente.

Diario de un chico suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora