Capítulo 1 Mi Jaula de Cristal

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CAPITULO 1 MI JAULA DE CRISTAL

Las cosas no iban nada bien para Swan Corporation, aunque no lo supe por boca de mi querido padre. Por mucho que mi padre pudiera llegar a pensar lo contrario no era tonta; sabía perfectamente que las cosas no iban como deberían de ir. Me encontraba mirando por el ventanal del piso dieciocho de la Whasington Mutual Tower, un edificio monstruosamente alto y moderno. Desde el piso en que me encontraba podía ver gran parte del distrito financiero de Seattle. Hombres y mujeres de negocios, poderosos e importantes y asquerosamente ricos se movían por las calles a nuestros pies, aunque eso a mí me daba lo mismo. Mi padre estaba en algún lugar indeterminado de la planta chillando y ladrando órdenes a algún pobre subordinado. A Charlie Swan, no le gustaba llamar a la gente que trabajaba para él trabajadores o empleados. No. Él tenía que llamarles subordinados dejando así más que clara su posición en la pirámide social de la empresa. En el mundo de mi padre el dinero era el que te abría las puertas o el que hacía que te dieran con ellas en las narices. Sí, ya... era asquerosamente triste, pero así era este mundo en el que vivía.

Nunca vi a mi padre ni relajado ni feliz. Cada recuerdo que tenía de él siempre le visualizaba enfrascado en su trabajo con el teléfono pegado a la oreja. Nunca se separaba de su teléfono. No se molestó en desconectar el maldito aparato ni siquiera durante el funeral de mi madre. De hecho, ese día no fue capaz de darme una sola palabra de apoyo; de todos modos no me pilló de sorpresa ya que sabía exactamente como era. Mi padre nunca me besó, nunca me ayudó a hacer los deberes, nunca jugó conmigo. Y ese día tampoco fue capaz de estar a mi lado a pesar de estar penando esa repentina gran pérdida para mí, aunque dudaba que él lo sintiese. Cuando murió mi madre se fue la última persona en este mundo que realmente se preocupaba por mí, a excepción de mi tío Phil. Me sentí perdida y vacía... Con apenas dieciséis años me quedé sin la persona que más falta me hacía en el mundo. Y lamentablemente comenzó mi calvario.

La vida al lado de mi padre sin mi querida madre no fue fácil. Sabía perfectamente de su carencia de afecto o sentimientos hacia mí.

En otras palabras, mi padre no me quería.

O al menos eso había sentido yo durante los veintiún años de mi vida, y eso se acusó aún más a partir de la muerte de mi madre; sin ella a mi lado para protegerme y escudarme mi padre me usó a su antojo en sus negocios. Cuando cumplí los diecisiete descubrió que yo era una clave muy importante para sus negociaciones. Según él, lo único que yo tenía de valor era mi físico, aunque a mí no me resultaba especialmente llamativo...pelo marrón, ojos marrones, piel pálida... tan insustancial como mi propia pasar la pubertad y adentrarme de lleno en la adolescencia, mi cambio de niña a mujer le vino muy bien al hombre de negocios que tenía por padre. Él usaba mi físico a su antojo para engatusar a sus clientes; tenía que asistir a las cenas de negocios con ellos, a las galas, me obligaba a entretener a los hijos de sus clientes simplemente para tenerlos contentos... eso no me gustaba. Y todo fue a peor desde que pasó... aquello. Esa tarde fue un antes y un después en mi vida haciendo que mi mente y mi forma de ser cambiaran de manera radical. Era consciente de que la prensa tenía una imagen muy distorsionada de mi; esos eran los inconvenientes de ser la hija de un importante empresario, todo el mundo sabe lo que haces y con quien en cada momento de tu vida. No quería ese estilo de vida y menos desde que me pasó aquello: mi mente y mi corazón estaban muy lejos de donde yo me encontraba.

No. Quería. Eso.

Pero a Charlie Swan no se le podía llevar la contraria porque sabía acorralarte como nadie, así que no me quedaba otra opción que acatar sus normas, sus reglas y sus "peticiones" para con los demás. Porque él, el hombre sin escrúpulos dentro y fuera de los negocios me tenía atada de pies y manos desde que pasó aquello. Me tenía entre la maldita espada y la pared de la peor manera posible... a veces sentía que el filo de esa espada se podía hundir en mi cuerpo en cualquier momento...

Suavemente, me matas (+18) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora