1. Recuerdos.

951 27 5
                                    

¿Me extrañaron? ¿no? Pues... yo si. He extrañado tener que subir capítulos cada semana. Pero ya volví, por un rato.

¡¡¡GRAN ESTRENO!!!

Saludos. Este es un adelanto de lo que verán el 19 de diciembre.
----------------------------------------------------------

La vida cambia drásticamente en tan sólo una semana. Hace siete días estaba planeando lo que haría cuando entrara otra vez a clases, pensé en ir de compras con mis amigas para entrar con un vestuario diferente este año, pero... algo pasó. Mi padre fue ascendido a un puesto mayor en su trabajo, eso estaba muy bien, pero la parte mala radicaba en que debíamos cambiar de País, de Montebello (California) a San Salvador (El Salvador), o sea, una distancia de más de cinco horas en avión.

No podré ver a mis amigos, a menos que reúna el dinero suficiente para un boleto de avión. Por suerte encontré un trabajo de medio tiempo en una pizzería cerca de mi nueva casa, en donde dejaban trabajar a menores de edad. Creí que sería imposible a mis trece años, pero la encontré. El dueño del local respondía por el nombre de Byron Walker, y parecía ser un hombre decente, educado y un tanto hablador, pero me parecía buena persona. Ya tenía tres días trabajando allá y me iba muy bien.

Para salir un poco del estrés de estar en un lugar que no conozco, salí de mi casa para buscar una biblioteca y poder leer con tranquilidad antes de que llegara la hora de irme a trabajar. Estuve caminando por unos veinte minutos hasta que encontré una a cuatro cuadras de donde vivía. Entré al lugar y fue como entrar al paraíso, todos los estantes llenos de libros conocidos y desconocidos para poder perderme en ellos. La bibliotecaria me hizo señas para que fuera hasta su escritorio.

- ¿Qué pasa? - Pregunté aun mirando los estantes.

- ¿Eres nueva por aquí? - Preguntó. Ahora que la miraba pude notar que era como las típicas bibliotecarias, morena, con cabello trenzado y lentes grandes. ¿Era un requisito ser así?

- Si. - Contesté.

- Entonces... te explico. - Comenzó. - Para estar aquí necesitas siempre llevar un carné que diga que eres visitante de lectura o en busca de un libro para llevar. ¿A cuál de los grupos pertenece señorita?

- Hoy. Visitante de lectura.

- Bien. Toma. - Me pasó un carné con las letras: VDL. Lo tomé y me fui a buscar un libro.

Caminé por casi todos los pasillos hasta que visualice uno con una portada interesante, lo tomé y me fui a un sillón en el área de lectura. El titulo era prometedor: ¿Somos como el agua y el fuego? Leí varias páginas y pude ver de que iba la historia, trataba de dos personas que eran totalmente diferentes, hacían que el nombre del libro tenga coherencia, bueno, eran muy distintos pero el tan calmado y sereno estaba enamorado de ella, que era impulsiva y fiestera, parecía una bomba de tiempo. Era hermoso leer como él hacía un bien en su vida y ella le daba color a la él.

Noté que un chico se sentó frente a mi y no dejaba de mirarme. Sé que no lo conozco por dos razones, una: soy nueva en este lugar, y dos: se notaba bajo esa gorra y esos lentes negros que era un chico muy guapo y de rasgos finos, y estoy totalmente segura que un chico así no me miraba porque si. Intenté continuar con mi lectura, pero tener unos ojos fijamente en mí, me desconcentraba un poco.

Bajé el libro, lo miré y respire hondo.

- ¿Te conozco de algún sitio? - Pregunté.

- No lo creo. Si conociera a alguien tan lindo la hubiera recordado. - Respondió con una voz melodiosa.

Amor al Descubierto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora