El aire es puro...

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Al abrir los ojos, el sol inunda mis ojos, me cuesta un poco acostumbrarme a la luz.

-Ulises, despierta- lo llamo al sentir como el barco o se sacude. -Hemos pasado la tormenta- le aviso al sentirlo medio despierto.

-Buenos días amor- dice y me da un beso. -Recogeré esto, ve y habla con tu padre- dice y me pasa la bata para cubrirme mejor.

Camino con cuidado, los colchones están en el suelo y debo ver por donde piso.

-Buen día papá- digo al entrar en la cabina con cuidado, papá está viendo un mapa con mucho detenimiento. -Que tal paso la tormenta- pregunto acariciando mi vientre.

-Bien, el barco no sufrio daños- dice y se pone a al altura de mi vientre. -Hola bebé, no te muevas mucho o lastimarás a mamá- dice y le da un beso por sobre mi ombligo.

-Se ha levantado inquieto- comento con felicidad. -Se mueve constante- digo asustada por lo que siento. -Papá- digo asustada.

-Es normal- susurra. -Llamaré a Julia- se acerca al comunicador.

Papá me ayuda a sentarme sobre una silla y Ulises aparece por la puerta, se arrodilla a mi lado y lo calmo poniendo mi mano sobre su rostro.

-Estoy aquí, que pasa- pregunta Julia con calma.

-Se mueve constante- digo asustada al sentir como mi bebé se mueve rápidamente. -Parece que estuviese saltando- pongo mi mano sobre.

-Es incomodo- cuestiona y niego, pone el estetoscopio bajo mi ombligo y respira aliviada. -Tu bebé tiene hipo, se te pasará en un rato- comenta y guarda todo.

-Tremendo susto- dice Ulises y me abraza.

-Iré a ducharme- me pongo en pie y sostengo mi vientre, en el cual mi bebé está.

Luego de ducharme, me recuesto en la cama y me pongo a pensar en cuanto daría por tenr a mamá aquí y me enseñara a cuidar de mi bebé, tal y como ella lo hizo conmigo y Valeria.

Son tantas las cosas que están pasando, no hay tierra en el mundo y si la hay no la encontraremos en un gran tiempo, si no sabemos por donde navegamos, será muy difícil criar a un bebé aquí dentro. No es como cuando tienes uno en tierra, vas al hospital, le das a luz y luego vuelves a casa. Tu esposo llega tarde todos los días para poder sacarlos adelante.

Tener cuidado con todas las cosas que puedan caerse sobre él si no camina con cuidado, llevarlo al parque. Comprarle un perro, cuidar de él y luego tener más hijos a los cuales malcriar.

Tener una casa con amplio jardín, hacer la cena e ir a por los niños en el instituto, lidear con ellos cuando son adolescentes, enseñarles ha usar un tampón.

Nada de esto sucederá aquí dentro, o la mayoría e las cosas como parirle en un hospital. Creo que lo que más miedo me da es eso, dar a luz aquí dentro.

-Ya se ha calmado- pregunta Ulises desde la puerta.

-Si, creo que está quieto- le comento y me pongo en pie, saco de la gaveta donde están las cosas del bebé absolutamente todo y vuelvo a organizarlo con sumo cariño.

-Me encanta ver lo encariñada que estás con esto- dice y me abraza desde atrás. -Saber que tienes está ilusión junto a mi- habla y acaricia mi tripa.

-Estoy tan feliz de tener al bebé contigo- me doy vuelta y le doy un beso. -Pero puedes ayudarme si pones los biberones en otra caja- se los entrego en el pecho.

-Creo que es más sano que le des pecho, es algo concentrado de ti para él. Recuerdas que aquí dentro o podemos darnos el lujo de darle fórmula a nuestro bebé- pregunta y yo asiento.

-Pero me han dicho que eso duele- me quejo.

-Te darás el lujo de hacer morir a nuestro bebé de hambre- se burla y niego.

-Aún me duela tendré que hacerlo- admito y él asiente y me da un beso.

-Me encanta lo grandes que se te han puesto los senos- dice y me los toca sobre la camiseta.

-A mi también, a mi también- digo y me aparto.

En cubierta el aire es puro y me encanta todo lo que se siente cuando el viento te golpea el rostro...

Dentro del BarcoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang