Capítulo 1

45.3K 1.2K 75
                                    

—¡Hola, mi amor! —corrí hacia sus brazos y besé su mejilla.

—Hola, corazón —sonrió y me abrazó.

—¿Cómo estás? —comenzamos a caminar.

—Bien, ¿y tú?

—Bien, cansada y con hambre.

Seguimos caminando hasta llegar a su casa, en realidad era un piso en un departamento. Me invitó a un refresco y algo de comer. Al llegar, Rocío y Camila estaban esperándonos fuera. Julián preparó unos sándwiches de jamón serrano con jugo de naranja exprimido, ¡me encantaba! Nos sentamos en el balcón y nos dedicamos a comer, estaba delicioso.

Desde la primaria él gustaba de mí, pero yo no de él; en muchas oportunidades me había pedido que sea su novia, pero me negaba completamente, yo lo quería muchísimo, pero como amigo, no como algo más.

Acabamos nuestra merienda, teníamos que hacer una tarea que nos habían dejado de literatura. Como el día estaba hermoso la hicimos en el balcón. Cuando acabamos con la tarea ya era de noche, sin creerlo, el tiempo pasaba volando.

—Ya me iré a mi casa —dije mirando a mis amigos.

—Nosotras también nos iremos, te acompañamos.

—Está bien.

Terminé de juntar mis cosas y junto a las chicas nos marchamos de la casa de Julián. A ellas les quedaba de pasada mi casa, por eso me acompañaron.
Mi madre me estaba esperando con la cena lista, había hecho pastas, me encantaban. Me senté con ella a comer y luego nos fuimos a dormir, porque al día siguiente teníamos que madrugar, ella trabajaba y yo tenía que ir al colegio.

En la mañana me levanté, me coloqué el uniforme del instituto, fui al baño, cepillé mi ondulado cabello, me maquillé un poco y me dirigí a la cocina en busca del desayuno.

—Buen día, mamá —le di un beso en la mejilla a mi madre.

—Buen día, cariño, ¿qué quieres desayunar?

—Mm, ¿tortitas?

Asintió y preparó unas tortitas, me fascinaba untarlas con jalea de frutilla. Terminé de alistarme y de comer, cepillé mis dientes, Julián me pasó a buscar, nos fuimos juntos. Él tenía coche, sus padres se lo habían regalado.

Llegamos al colegio y me senté en mi banco, Rocío aún no estaba. El timbre sonó, el profesor entró, teníamos geografía en la primera hora.

—Buenos días, chicos —saludó el profesor.

—Buenos días —dijimos todos.

La hora transcurrió de lo más normal, e incluso me gustaba geografía. Luego de esa hora, teníamos matemáticas, de nuevo tenía que ver al nuevo profesor.

Entró y saludó a todos. Me miró de reojo, puse mis ojos en blanco y miré a otro lugar. Entregó las actividades, las cuales, no me dispuse a hacerlas. Mi nota era un uno, ya lo sabía, esa era mi típica nota en esa asignatura desde hace años, y mucho no me importaba. Pablo al terminar la hora me citó en dirección, ¿¡por qué!? Era un idiota, es la primera vez que deseaba que regrese Carlos.

Entré a la dirección, allí estaba Manuela, la directora.

—Hola.

—Hola, adelante, toma asiento Nohemí —me senté—. ¿Qué es lo que sucede en las clases de matemática?

Miré a Pablo fijamente, juro que en su mirada podía notar felicidad por hacerme caer. Miré hacia ella, era obvia la respuesta, ¿no?

—No entiendo nada sobre matemáticas, además, no me gusta.

Sexo con mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora