Un amor de calle.

A SU LADO TODO ES DIFERENTE

PROTAGONISTA: AARON

Notó su mano rozar con la mía, y cómo nuestros dedos encajan a la perfección. Pensaba que sabia más de drogas que de amor, pero ella me hace cambiar de opinión. Empieza a córrer cojida de mi mano, y la intento seguir y observarla a la vez. Las luces de la calle le iluminan el pelo, que se mueve de lado a lado, cómo mi paranoia por ella.

+Bien, hemos llegado.

Saca una llave de su mochila y la introduce. Pensaba que haría alguna locura. Menos mal. Siempre que las hago, las tengo pensadas y preparadas, sinó no salgo de casa.
Entra en la tienda, y me quedo sólo delante de la tienda. Al cabo de 2 minutos sale con la mochila cargada.

+Me voy a teñir el pelo de negro. ¿Y sabés quién me lo hará? Tú, sin duda.
-Qu... ¡¿Qué!?
+Sí, lo que escuchas.

Veo que empieza a sacar una caja de su mochila y saca los productos para teñirse encima de la cera. Se sienta y me da un toque para que la ayude.
No resumiré los 45 minutos que me pasé repartiendole el tinte por esa cascada rubia que me volvia loco.

+Voy al lavabo público a lavarme.
-No tardes.

Empieza a tardar y todos saben que no me gusta esperar. Me levanto, y voy mirando dónde pueden estar esos lavabos públicos. Al girarme me quedó impresionado.
Lleva el pelo negro, y se lo a cortado por los hombros. La cara le resalta perfectamente sea de noche o de día, y los ojos se le marcan más, le dan un efecto de chica madura y mala.

+¿Qué miras? Vamos, no te entretengas.

Al cabo de 30min caminando llegamos a su destino.

+Está es la querida casa de mi ex.
-¿Y?
+Una de las cosas que me identifican es la venganza.
-¿Qué tienes en mente hacer?

Saca un tinte rosa para ropa, y seguidamente entramos por la ventana de la habitación de su ex. Cosa que no me hace mucha gracia.
Veo que empieza a cojer ropa de su armario y la empieza a teñir.

+Oye Kristina, esta camiseta me gusta mucho. ¿Se la puedo cojer prestada?
-Oye, estoy en su habitación coloreandole la ropa de un precioso rosa para no verlo nunca más con la ropa que se solia poner para verme, ¿y me vienes con si puedes cojerla para ponertela? Jajaja ayudáme anda.

Se me escapa una pequeña sonrisa y me agacho para ayudarla.
Al acabar, le repartimos la ropa teñida a su alrededor, y parece que haya salido de un cuento de hadas.

+Vámonos.

Al cerrar la ventana de su habitación, nos empezamos a reír sin poder parar. Nos vamos relajando y ella se monta en la moto de su ex.

+Es tan tonto que deja la moto encendida. Súbete.
-Jajaja ¿Me va a llevar una chica en una moto?
-Deja de hacer preguntas y súbete pequeño mongolo.

Su insulto hacia mi no me molesta para nada, sinó que me hace hasta reír y que se me remueva el estómago de nuevo. Es mi primer día sin resaca, y puedo observar decentemente el paisaje lleno de luces, con el aire frío que me causa sentirme increíble a su lado.