Siseo en la Oscuridad (Tom Riddle X Oc )

Capítulo 22: Yuu Britt

Cinco años después de haber aprobado los exámenes mágicos bajo en consentimiento del auror, Mina Vans había adquirido una personalidad cerrada y un gran dominio de sus emociones. Tuvo que contarles tanto a Matthews como Alastor lo que había sucedido con Tom,con la maldición letal y con el secuestro en la guarida de Ezekiah. 

Llegaron a la conclusión de que el padre podía tener respuestas para todas las preguntas y los callejones sin salida que se habían formado en todo ese asunto. Pero esto conllevó la llegada de nuevas discusiones que pusieron la relación del auror y de la joven bruja en tela de juicio. Mina no quería reconocer tan dura realidad, pero se le hacía insoportable tener una nueva figura paternal. Ella había sobrellevado su pasado sin la necesidad de padres, a excepción del escaso periodo que pasó con la familia de los Potter y ahora que alguien se ocupaba por ella económica y emocionalmente, le resultaba raro tener que estrechar lazos con su reciente benefactor. Por esa razón era con la única persona que perdía los papeles y no podía dominarle, si no contaba con el misterioso chico del cual aún seguía enamorada.

Sí, Mina Vans aún sentía algo por el joven que había estado haciéndole la vida imposible desde su estancia en el orfanato. Sus sentimientos eran confusos como los de cualquier persona cuyo amor verdadero condena su vida para luego salvarla. ¡Era de locos pensar en lo retorcido de los planes de Tom Riddle y ni siquiera Mina conocía nada de lo que estaba tramando! Y sobre todo, ¿dónde se encontraba en aquellos momentos? ¿Pensaría él en ella como lo hacía la joven muchacha todas las noches que no podía conciliar el sueño y rompía a llorar silenciosamente? 

Lo único que no le había hecho caer en una depresión sin retorno era la esperanza de poder encontrar a su padre vivo y preguntarle por qué tenía tanto interés el Profesor fantasma en reencontrarse con él. Esa esperanza se había visto renovada con la llegada por radio mágica del discurso del Primer Ministro caído por el horror Snaker.

Esa mañana había tomado la determinación de salir en su busca. Sentía que no había hecho lo suficiente por encontrarle y concluyó que tendría que recorrer ese camino sola, sin necesidad de Alastor y Matthews como sus acompañantes de aventuras. Aunque, caminando sola en dirección al pulmón de la ciudad, sin protección mágica y sin tener ni idea de que iba a encontrar, comenzó a pensar que había sido una muy mala idea.

–Bueno...–dijo para sí, tratando de darse la seguridad que había perdido paulatinamente–. He vivido durante parte de mi vida sin la ayuda de la magia en un tugurio peor que Azkaban. Creo que me las arreglaré sola.

Uno nunca echa de manos algo hasta que lo ha perdido para siempre. Ese era el caso de las amistades de la joven , pues en realidad, echaba mucho en falta a sus antiguos compañeros de Gryffindor. Jake, Minerva, Hagrid, su hermano Charlus... Ni siquiera esa pegadiza melodía que tarareaba en esos instantes le facilitaba enterrar en lo más profundo de su alma, el recuerdo de que uno vez estuvo rodeada de gente que la quería y que no valoró en su momento.

–Love, love me do...You know I love you... –cantó queda de forma inconsciente para sí, esa melodía procedente del otro lado del charco–. Charlus...¿Dónde estarás ahora? Sé que tuvimos nuestras diferencias... pero me gustaría volver a verte una vez más y no recordarte por tu último gesto de terror y desprecio hacia mí.

De repente, escuchó un sonido que no había oído desde hacía cinco años. Un ruido que solo pudo escuchar una vez pero que significó la llegada de un trágico cambio a su vida: el graznido de un cuervo.

–¡Mina! –gritó de pronto una voz gatuna superponiéndose con la llamada del ave. La joven quien se encontraba escudriñando en todas direcciones, se dio la vuelta y avistó a un gato grande de negro pelaje corto–. ¿Es que te has vuelto loca? No puedes irte de casa si no sabemos a dónde te vas. ¡A Alastor casi le da un ataque tu falta de precaución!