Capítulo 1: "El primer día"

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-De acuerdo -contestó él asintiendo con la cabeza y caminando hacia el banco que estaba junto al mio.

Cuando se sentó a mi lado pude verlo más de cerca, lo cual me acelero los latidos del corazón por alguna razón, además sentía las miradas de odio de todas las chicas del salón...

[...]

Luego de esa extraña escena la maestra prosiguió con la clase y yo no paraba de observar a Ittoki, su nombre daba vueltas por mi cabeza: "Ittoki Otoya... Ittoki Otoya..." , por lo que empecé a darme unos golpecitos en la cabeza para sacar esas dos palabras de mi mente, lo que provocó que Ittoki dejara de mirar a la pizarra y plasmara sus hermosos ojos en mi, mientras soltaba una risita al ver lo que hacía. Qué vergüenza...

En ese instante lo ví sacar una hoja de su cuaderno y escribir algo en ella, luego me dejo el papelito en el que escribió sobre mi mesa y lo tome para ver que decía.

"Gracias por defenderme hoy jeje ^__^"

Al ver aquel mensaje me sorprendí y lo miré con una sonrisa inconsciente, luego respondí con mi lapiz en el papelito y se lo mande:

"No hay problema, de verdad creo que llegaste tarde ayudando a un pequeñito que se cayó de la bicicleta. Pareces un buen tipo ¿sabes?"

Ittoki me miró y sonrió después de leer el papel, no se si me habré sonrojado a tal bella sonrisa, pero de verdad me dió mucha vergüenza todo esto.

[...]

Ya a la hora de salida tome mis cosas y me levanté de mi pupitre caminando hacia la puerta, donde choqué por accidente con ese tal Yamada.

-Ve por donde caminas, idiota -me dijo apoyando su dedo indice en mi nariz y empujandome hacia atrás ligeramente con solo ese dedo.

Me sobé la nariz y le saqué la lengua a ese tipo tan vulgar, a lo que él respondió con una mirada de odio total. Realmente que asco de persona... seguí caminando como si nada hasta que algo, mas bien alguien, me detuvo.

-Oye, boba -me dijo Yamada hablandome otra vez y agarrandome del brazo con fuerza sin dejarme caminar- ten cuidado conmigo ¿entendiste?

-Sueltame o te mueres -le dije con la cara más seria que he usado en mi vida- lo mismo va para ti, tonto.

-Ya veras a ese tal Ittoki... -dijo Yamada soltandome- él consigue todo lo que quiere por ser de cara bonita, pero de verdad no entiendo como las chicas tontas como tú caen tan bajo en enamorarse de un tipo como él.

-¡¿De qué hablas?! ¡Yo no soy así! -le grité a Yamada golpeandolo fuertemente en la cara.

-¡Tsk! no eres ni honesta contigo misma, en clase tu cara de enamorada te delataba -dijo Yamada.

-¿Enamorada? debes de estar loco, no voy a caer en esa tontería del amor -le dije cruzandome de brazos.

-Eso dicen todas -dijo una chica de cabello verde y muy esbelta y bella acercandose a nosotros- Todas aman a Ittoki, aunque admito que contigo hace linda pareja...

-¡Lo conocí hoy! -exclamé nerviosa- no soy muy sociable con los chicos, de hecho lo más probable es que no le hable nunca más.

-Es tu compañero de banco -me dijo la chica de cabello verde con una mirada intelectual.

-Neh dejala sola con sus cosas, amor -le dijo Yamada a aquella muchacha bonita.

-¿A-Amor? -pregunté mirando como ambos se empezaron a abrazar de manera ultra cariñosa.

-Olvide presentarme -dijo la chica de pelo verde sonriendome, mientras envolvía sus brazos alrededor de Yamada- mi nombre es Tora Ryugazaki y soy la novia de este idiota.

-Un gusto -respondí con una sonrisa incómoda... ¿Cómo ese tipo tan pesado tiene una novia tan linda y simpática?

-Bueno, ojala nos llevemos bien -dijo Tora agarrando la mano de Yamada de forma muy tierna- ¿Te gustaria comer en el almuerzo con nosotros mañana?

-Claro -dije despidiendome de Tora de manera muy amigable y mirando feo a Yamada.

-Invitaré a Ittoki kun para que no andes tocando el violín ¿eh? -me dijo Tora guiñiendo un ojo, mientras se alejaba con una sonrisa pícara.

-¡¿Eh?! -exclamé totalmente roja comenzando a correr a mi casa por la vergüen... espera... ¡¿Vergüenza?! ¿Por qué? no deberia darme esta sensación, pues no me gusta ese tipo y no quiero tener una relación, aunque he usado la palabra "vergüenza" muchas veces hoy...

[...]

Cuando llegué a mi casa mi cabeza me comenzó a doler, pues al entrar a mi hogar vi como habian muchos alimentos en el suelo, como si alguien hubiera tratado de poner toda esa comida en la licuadora, aunque por lógica sabia quienes habian hecho este desorden, mis hermanos pequeños... Momo y Kazuki.

Desde siempre he odiado cuidar de ellos, pues siempre terminan haciendo cosas que me sacan de quicio totalmente y digamos que no soy del todo cariñosa y paciente...

Al llegar a la cocina los divisé a ambos, los dos al verme parecian un tanto asustados de que me enojara con ellos. Momo me miraba con sus ojos café claro y cabello del mismo color, mientras que Kazuki me observaba con una mirada más traviesa, mientras por nerviosismo comenzó a jugar con su cabello rubio.

-¿Quién provocó este desorden? -pregunté con tono autoritario.

-Fuimos nosotros, onee-chan -dijeron ambos revoltosos enanitos mirandome con ojitos de perrito triste.

-Fue culpa de Momo -se defendió Kazuki- digamos que... tratamos de cocinar.

-¡¿Los dos solos?! ¡Eso es muy peligroso, par de lentejitas! -les grité un tanto enojada y preocupada.

-No fue mi culpa del todo, onee-chan -dijo Momo con las mejillas coloradas- es que queriamos cocinarte algo por tu primer día de escuela y ...

-Entiendo- les dije. Tener que cuidarlos no era tan difícil, pero pierdo la paciencia de manera muy rápida la verdad.

-¿Quieres que limpiemos esto? -me preguntó Momo sintiendose culpable.

-No se preocupen -dije besando la colorada mejilla de Momo entre un suspiro- suban a sus camas y traten de dormir temprano.

-De acuerdo -dijeron ambos al unísono, mientras subian las escaleras- buenas noches, onee-chan.

-Buenas noches -les sonreí, mientras me puse a ordenar todo aquel desastre que dejaron.

En eso alguien tocó la puerta y yo la abrí, era mi madre que venía totalmente cansada de vuelta de su trabajo, llevaba su ondulado y rubio cabello amarrado en una coleta acompañado de un traje realmente elegante.

-Hola, (t/n) -me saludó con cansancio- ¿Como se portaron los pequeños?

-Bienvenida, mamá. Bueno, cuando llegue a casa tenian este desorden para variar -le expliqué señalando todo el desorden del suelo- estuvieron tratando de cocinar los dos solos.

Mi madre expandió sus ojos de manera muy notoria, se veia preocupada, pero muy cansada para decir algún comentario en ese momento.

-Dios mio... tal vez deberia pedir algún cambio de turno en el trabajo ¿no lo crees? -me preguntó- no podemos dejar a los pequeños solos más de la mitad del día. Piensa que tu tienes la escuela y yo mi trabajo.

-No hagas eso -le dije de inmediato- podrian descontarte el sueldo o despedirte por reclamar acerca de tus horarios.

-Pero si no hago eso ¿Qué quieres que haga? -me preguntó entre un suspiro muy largo- les podria pasar algo si se quedan solos todo el tiempo... solo tienen cuatro y cinco años.

-Bueno... Momo es el mayor y podria entrar a una especie de jardín o algo -opiné- y Kazuki ... tal vez pueda ir también, quien sabe.

-No lo sé -dijo mi madre ayudandome a limpiar- estaré pensando acerca de ello... mañana te dire que decidí hacer ¿entendido, mi nenita?

-Entendido -le dije ya terminando de limpiar aquel desorden- vamos a dormir, mañana será un día largo.

-Tienes razón -dijo mi madre subiendo las escaleras junto a mi, para ir a nuestras respectivas habitaciones y dormir para prepararnos para el siguiente día.

Enamorada del niñero [[Ittoki y tú]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora