El expreso a Hogwarts

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P.O.V

El primero de Septiembre llegó sin mayores complicaciones. Hasta ese momento ambos chicos habían olvidado su encuentro en la librería.

Por su parte, Draco tenía todo listo. Quería llegar lo antes posible a la estación y no sabía el por qué. Bajó a desayunar como de costumbre y una vez que terminara se iría a la estación.

Hermione por otro lado se encontraba en la madriguera junto con sus amigos, hacía una semana que estaba allí. Aquel día había despertado temprano, ya que tenía que empacar sus cosas antes de irse a la estación King's Cross para cursar su penúltimo año en Hogwarts.

En eso que estaba guardando sus cosas, alguien golpeó la puerta, cuando la abrió vio a Ginny que aún estaba en pijama. La pelirroja entró y se sentó en la cama, su mirada estaba extraña por lo que la castaña decidió preguntar qué pasaba.

—Ginny, ¿qué sucede? –preguntó.

—¡Es Harry! –exclamó la pelirroja– Últimamente anda muy extraño y... –la voz se le quebró– me temo lo peor. Hermy, ¿y si quiere terminar nuestra relación?

—Ginny... –la castaña no sabía qué decir– tal vez, solo sea tu imaginación. Harry te ama mucho y no sería capaz de dejarte. Sabes muy bien lo importante que eres para él, te lo ha demostrado millones de veces –terminó de decir Hermione.

—Lo sé, tal vez todo esto de volver a Hogwarts tiene a Harry estresado.

—Quizás deberías hablar con él. –antes de que Ginny dijera algo continuó– Pero si piensas hacerlo debes hablarle de manera calmada, nada de gritos y pataletas. ¿De acuerdo?

—Está bien. –dijo Ginny– Iré a terminar de empacar mis cosas, nos vemos en el desayuno y, gracias por aconsejarme.

—Sabes que siempre estaré para ti, ahora ve o se te hará tarde.

Hermione terminó de guardar las últimas cosas y bajó a desayunar. Cuando llegó a la cocina ya todos estaban en la mesa y la señora Weasley estaba terminando de preparar el desayuno.

—Hermione querida, siéntate. –dijo con voz dulce– Una vez que terminen nos iremos.

Hermione asintió y desayuno de prisa, lo único que quería era llegar lo antes posible a Hogwarts. Era su penúltimo año, así que lo quería disfrutar al máximo. Tener nuevas aventuras y tener mayores conocimientos. Solo un año y se enfrentaría al mundo y, más que asustarle le provocaba curiosidad lo que sería tener que responder ante la sociedad como una persona adulta.

Pasó una hora y Hermione se encontraba echando sus cosas en el maletero del auto; se subió y esperó a que Harry y los demás Weasley's estuvieran listos. Cuando partieron una enorme sonrisa se dibujó en los labios de la castaña. Ansiosa; así se sentía la castaña.

**
Llegaron a la estación y todos bajaron sus baúles y se dirigieron al andén 9¾. De apoco los Weasley empezaron a entrar: primero Molly y Arthur seguidos de Ginny, después Harry y por último Hermione y Ron. Al ingresar se dieron cuenta que la estación estaba llena con niños de primer año. A lo lejos divisaron a sus amigos, entre ellos se destacaban Luna, Neville, Seamus, Padma y Parvati Patil. Se fueron a donde estaban ellos y saludaron.

—Hola chicos –dijo Luna con su peculiar tono soñador.

—¡Lunaaa! –exclamó Hermione mientras se lanzaba en los brazos de su amiga– Te extrañé mucho –dijo en tono melancólico.

—Hermione, también te extrañé... pero... me estas ahogando –dijo la rubia con dificultad.

—Lo siento –dijo algo apenada– ¿Qué tal si subimos al tren? Hay que buscar algún compartimiento vacío.

La profecía (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora