-Sólo una condición

-¿Cuál?

-Déjame observarte aquí, te prometo que no tocaré nada -Sonríe de nuevo. La sonrisa de Poncho es cómo una bebida muy, muy refrescante en un día caluroso.

-Ok

Va y se siente sobre el taburete y me observa, yo me dispongo a cocinar para los dos, el sólo se limita a observarme y platicamos de cosas triviales, nada de gran importancia.

Luego de desayunar fui a darme un baño, el fue aún más amable conmigo al lavar y secar mi ropa mientras lo hacía así que cuando salí del baño, tenía ropa limpia, seca sobre la cama. Me vestí y me arreglé un poco... tal vez ya era hora de irme a casa así que salí de allí, lo busqué en la otra habitación y no estaba, así que salí por el pasillo y al llegar a la sala escuché murmullos, entre los cuales pude diferenciar una voz femenina. Fruncí el ceño y me acerqué para encontrarme con la sorpresa menos agradable. Zoraida.

Poncho está de espaldas a mí hablando con ella pero la expresión de sorpresa de Zoraida lo alerta de mi presencia así que se da la vuelta y me mira. Su cabello mojado me indica que acaba de darse un baño al igual que yo, tiene una camiseta gris y unos jeans y sus ojos penetrantes están mirándome.

-Lo siento -Fue lo único que dije y me aparté para dejarlos solos cuanto me voy, reanudan su conversación y no pude evitar quedarme esuchando detrás de la pared que da a la sala.

-Te estuve llamando pero no contestas tu celular. - Comenta ella

-Es que... lo perdí ayer. Perdona, es por eso. Pero cómo está tu padre ¿Ya está mejor? -Pregunta

-Sí. Claro, fue sólo un pequeño susto, el ya está bien, está en casa. Siento mucho haber tenido que cancelar nuestra cena anoche

-Descuida, es perfectamente entendible. Además yo ayer también estaba un poco ocupado

-Con tu ex? -Afino más el oído para escuchar mejor. Siento que mi corazón cae a mi estomago golpeándose tan fuerte que se quiebra

-Por ella no te preocupes. Nos encontramos de casualidad ayer y hubo un pequeño imprevisto así que la traje pero nada más, no es nada de lo que estás pensando, es más creo que en un rato la llevaré a casa

-No estoy pensando nada malo -Ríe. Cómo si la idea de que Poncho vuelva conmigo le parece graciosa. ¿Qué tendría de gracioso? -Está bien, te entiendo. Sé que eres bondadoso. Entonces ¿Nos vemos esta noche?

-Paso por ti

Mie*rda...

-Bien. Hasta luego -Se despide de un beso en la mejilla. Lo escucho. Luego escucho la puerta cerrarse y es cuando salgo a su encuentro, conteniendo mis ganas por reclamarle y preguntarle qué demonios tiene que ir a hacer con esa tipa. Ya no tengo ese derecho.

-Siento haber interrumpido -Intento tragarme la frustración -No sabía que esperabas visita

-En realidad no la esperaba -Se rasca la cabeza relajado, pero hace un pequeño mohín. Parece no querer entrar en ese tema

-Tienes planes con ella ¿Verdad? -Fue más que nada una afirmación, ayer lo escuché hablando por teléfono cuando seguíamos en el cementerio; pero esfuerzos por ocultar que la presencia de esa tipa me ha caído en la punta del hígado son vanos. Porqué creo que mi tono acaba de delatarme

-Sí. Si tengo planes con ella. Pues... habíamos quedado en salir a cenar

-Ah bueno debiste decírmelo, así no te interrumpía -Estoy molesta -De todas formas deberías llamarla y pedirle que vuelva y se quede contigo, yo ya me iba -Camino en dirección a la puerta pero el me toma del brazo deteniéndome

La Memoria Del CorazónWhere stories live. Discover now