Fuimos de vuelta hasta la Cabaña para terminar los deberes del día, caminaba a su lado y cada tanto lo observaba. Estaba tranquilo, relajado, como si nada hubiera pasado minutos atrás en el bosque. Mientras yo, obviamente, era todo lo contrario. Me encontraba nervioso (típico de cuando estoy con él) y había un lío dentro de mí cabeza, tanto que ni me di cuenta que ya estábamos frente a la puerta de entrada.
Miré a Bill y este estaba a mi lado mirándome como: "Vamos, entra de una vez" reaccioné y abrí la puerta entrando, el rubio detrás de mí y cerrando la puerta tras estar ya los dos dentro
-¿Ya han terminado?- preguntó el Tío Stan acercándose a nosotros mientras que se acomodaba el fez que descansaba en su cabeza.
-Sí, ya hemos colgado todos los carteles- le respondió Bill antes de que yo pudiera formular una palabra y le entregó la bolsa ahora vacía y los materiales. Stan los recibió esbozando una sonrisa de satisfacción.
-¿Estas bien, Dipper?-me miró Stan, un poco extrañado-Estás pálido-.
-¿Eh? Ah, sí sí, estoy genial- Stan me miró dudando, suspiró y se fue con un grupo de turistas que ya estaban tomando fotos de las criaturas raras que, según el Tío, "eran totalmente reales". Y la gente obviamente le creía. Fijé nuevamente la mirada en Bill, que estaba mirando una de las ya mencionadas criaturas. De repente Mabel entró y se lanzó a abrazarme, sin darme tiempo de abrazarla yo también, me soltó y sonrío exageradamente
-¿Te divertiste colgando carteles, hermanito?-preguntó sin borrar esa sonrisa. Un color rojizo se apoderó de mis mejillas al recordar la escena del bosque, a lo que reaccioné tapándome un poco la mejilla.
-Me vas a tener que devolver el favor luego, ya que era tu trabajo en primer lugar-.
-Si si, luego te devuelvo el favor. Pero dime, ¿que hicieron?- preguntó sin borrar la anterior sonrisa, saben, siempre dudé si esa chica tenía algún problema en la comisura de los labios o que.
-Mabel, e-estuvimos colgando carteles, n-nada más- contesté ya cansado de sus preguntas frunciendo el ceño levemente
-Claro, ajá, colgando carteles.. solo eso- respondió esta poniendo una mirada un tanto perversa. Le pegué levemente en el brazo, obviamente sin hacerle daño, ya que sabía que significaba esa mirada junto a ese tono de voz-Las marcas en tu cuello dicen otra cosa-me susurró al oído pasando a mí lado chocando su brazo con el mío. Abrí los ojos "como platos" y corrí subiendo las escaleras hasta el baño de arriba, pasando también por en frente de Bill a la velocidad de un rayo. Abrí (más bien, azoté) la puerta y cerrándola una vez estando yo adentro del cuarto, fui apurado a mirarme al espejo y pude ver lo que mí hermana decía.
-Bill, ve preparando tu tumba-. Sonreí de manera asesina cerrando mis ojos. Cuando levanté la mirada al espejo nuevamente, me percaté de que no estaba solo en el baño. Me volteé borrando la sonrisa encontrándome al anteriormente nombrado, Bill Cipher.- ¿C-como rayos entraste aquí? n-no escuché la puerta-.
-Recuerda que me puedo teletransportar, no tengo necesidad de entrar por la puerta, aveces- comentó mostrando una pequeña sonrisa-Cambiando de tema, ¿por qué tendría que ir preparando mí tumba?-antes de que pudiera quejarme, desapareció y volvió a aparecer frente a mí, a una distancia que, si diera un paso más, se juntarían nuestros cuerpos. ¿Acaso este tipo no sabía el concepto de "Espacio personal"? Parece que no.
-B-bueno... era una metáfora, jeje-reí nervioso-¡No me mates!- Luego de mí ridícula suplica, largó una carcajada para volver a mirarme luciendo la brillante sonrisa de siempre
-No te mataré, lindura-mis mejillas se volvieron de un rojo mas intenso que la última vez, provocando así otra risa del rubio. Me sacó la gorra de la cabeza y revolvió mis cabellos, colocó de nuevo el objeto en su lugar para después ir hacía la salida del baño.-Vamos, creo que hay más cosas que hacer-.
