Los pies de Jungkook parecían anclados al suelo, como si cada uno pesara cientos de kilos. El aire dentro de la cabaña estaba denso, cargado de un aroma dulce, cálido, casi eléctrico que se deslizaba por su garganta hasta instalarse en su pecho. Su lobo avanzaba en empuje, rascando, gruñendo, exigiendo movimiento.
Ahí.
En esa habitación entreabierta.
Los jadeos suaves, irregulares, llamaban a un instinto demasiado profundo como para ignorarlo.
Debes entrar. Nuestro omega está ahí. —la voz de su lobo vibró en su pecho, desesperada y ávida.
Jungkook parpadeó, intentando recuperar claridad, pero cada respiración lo desarmaba un poco más. Aquel aroma lo envolvía con manos invisibles, empujándolo hacia adelante, obligándolo a sentir, a reconocer.
Volvió a inhalar… y su corazón se desbocó.
Entra —rugió su lobo de nuevo, impaciente.
Con un esfuerzo que no sabía si era propio o impuesto por su lobo, Jungkook dio dos pasos hacia el interior de la cabaña y cerró la puerta detrás de él. El clic de la cerradura resonó suavemente.
Sus pulsaciones iban a mil por hora. Se pasó una mano por el cuello intentando aliviar la tensión que lo recorría en oleadas.
—Ho-hola… —logró murmurar, con voz quebrada, casi ajena. No quería permitir que su lobo tomara por completo el control, aunque sentía la presión constante en su pecho, queriendo salir.
Ve a él. —ordenó su lobo, esta vez más bajo, más grave, casi un ronroneo impaciente.
Jungkook negó apenas con la cabeza, tragando duro.
—No puedo —susurró—. No me conoce y no lo conozco. No sé cómo va a reaccionar al verme…
Su respiración temblaba, tratando de no perderse en el aroma que aumentaba cada vez más, que lo llamaba por su nombre sin pronunciarlo. Su lobo, sin embargo, no compartía la duda; su lobo ya había elegido, ya había reconocido.
Su lobo ya sabe que estoy aquí. —insistió con convicción—. No somos desconocidos.
Un escalofrío recorrió la espalda de Jungkook. Sus ojos se desviaron de nuevo hacia el pasillo iluminado tenuemente por la luz cálida de una lámpara interior. La puerta estaba entreabierta, apenas unos centímetros, los suficientes para que la fragancia del omega escapara como un susurro irresistible…
Su garganta se cerró por un instante.
¿Cómo había llegado ahí?
¿Cómo era posible que su omega estuviera justo en la misma cabaña en medio del bosque y... en celo?
Apretó los puños a los costados, temblando. Su pecho subía y bajaba con respiraciones desordenadas, como si hubiese corrido kilómetros. Su lobo seguía empujando desde adentro, arañando, rogando, exigiendo acercarse, proteger, calmar, reclamar… pero Jungkook no se movía. No aún.
Sus pasos tambaleantes avanzaron apenas un par de centímetros. La madera crujió bajo su peso.
Dentro de la habitación resono, otro jadeo suave… más necesitado… más tembloroso.
El cuerpo de Jungkook respondió de inmediato, tensándose, su lobo rugiendo con un hambre antigua, una certeza absoluta.
El omega que estaba ahí dentro no era cualquiera.
Era el suyo.
Avanzó por el pasillo con pasos cortos, casi torpes, como si cada uno fuera una batalla contra su propio cuerpo. Sus manos temblaban a los costados. No sabía si por el instinto o por el miedo a romper algo… algo que ni siquiera había empezado, pero que ya sentía sagrado.
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💛🍼MY LITTLE SECRET🍼💜
FanfictionJimin es un omega que tiene todo lo que siempre soñó: una vida estable, un buen trabajo y paz consigo mismo... excepto lo más importante: una familia. Tras varios fracasos amorosos y el deseo de ser padre, decide recurrir a la inseminación artificia...
