Equilibrio roto

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POV — Por

El silencio del hospital se me clava en los oídos como un eco constante. Todo aquí parece detenido en el tiempo: los relojes no avanzan, las luces blancas no parpadean, los pasos suenan igual, día y noche.

Pero lo que más duele… es ver que Auau tampoco se mueve.

Han pasado cinco días desde que lo trajeron. Su respiración sigue irregular, débil, sostenida por esas máquinas que emiten pitidos monótonos, como si su corazón necesitara que alguien le recordara cuándo seguir latiendo.

Yo lo miro y no sé si estoy viendo a un amigo, a un desconocido… o a alguien que cargó con más de lo que cualquier cuerpo puede soportar.

—No ha abierto los ojos desde entonces, ¿verdad? —pregunta Kong, apoyado en la pared con los brazos cruzados.

Niego lentamente, sin despegar la vista de Auau.

—A veces parece que se mueve… pero no es él. Son reflejos.

Thomas suspira, agotado. Tiene los ojos rojos, igual que Kong. Ninguno ha dormido bien desde que el dueño del departamento los llamó aquella madrugada.

“Lo encontraron desmayado”, les dijo con voz quebrada. “Llamé a una ambulancia, pero… no sé si va a resistir.”

Desde entonces, el hospital se convirtió en nuestra segunda casa.

La doctora que lo atiende, mi madre, me explicó todo con voz baja, como si temiera que el aire pudiera herirlo más.

—Colapso por estrés físico y emocional —dijo—. Su cuerpo no resistió la tensión acumulada. Está muy deshidratado y con signos de fatiga crónica. Su mente lo desconectó todo para sobrevivir.

Miro su rostro.

Está tan quieto, tan frágil, que parece que con solo tocarlo podría romperlo. Su piel perdió color, sus labios están resecos, y las manos… esas manos que alguna vez sostuvieron tantas cosas con fuerza, ahora reposan inertes sobre la sábana.

—¿Sabías que mi mamá lo atendió cuando era más pequeño? —rompo el silencio.

Thomas me mira, confundido. —¿Tu mamá…?

—Sí. Ella lo cuidó hace años, cuando tuvo su primer problema de memoria. No me había dado cuenta hasta que vi su expediente.

Kong frunce el ceño. —¿Y nunca lo mencionó?

—No creo que lo recordara —respondo, bajando la mirada—. Mi mamá dijo que perdió parte de sus recuerdos… que a veces, las personas que despiertan de ese tipo de colapsos olvidan fragmentos enteros de su vida.

La frase queda flotando, pesada. Todos sabemos qué significa. Todos tememos lo mismo: que cuando despierte, no sepa quiénes somos.

 Todos tememos lo mismo: que cuando despierte, no sepa quiénes somos

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⏰ Last updated: Nov 12 ⏰

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