interview with the vampire

Part 2

LOUIS (susurrando):
Pero ella...
ella parecía feliz.

CORTE A NEGRO.

[EXT. CALLES DE NUEVA ORLEANS — NOCHE]
Plano general.
Las farolas parpadean sobre adoquines húmedos.
La niebla de la ciudad se arremolina alrededor de los tres vampiros: Louis, Lestat y Claudia.

Claudia camina delante de ellos, las manos temblando, la mirada fija en cada sombra.
Su respiración es intensa, más rápida que la de un humano.

CLAUDIA:
Tengo... hambre otra vez.

Louis se detiene, con el corazón encogido.

LOUIS:
No... otra vez, Claudia.
No necesitamos... no podemos...

LESTAT (sonriente, burlón):
Ah, Louis.
No entiendes, ¿verdad?
Su metabolismo... el de una niña... eterno.
Lo que comiste una vez no basta.
Y lo que ella siente ahora...
será así para siempre.

Claudia lo mira, los ojos dorados iluminados por la luz de la farola.

CLAUDIA (con impaciencia, casi un susurro):
No puedo esperar más...

[PLANO MEDIO — CALLE SOLITARIA]
Un policía patrulla solo, con la linterna temblando en la niebla.
Claudia lo huele antes de que Louis o Lestat puedan reaccionar.

CLAUDIA (V.O., del diario)
"El hambre me devoraba más rápido que cualquier fuego.
No era miedo, era necesidad... pura, urgente."

Sin pensarlo, Claudia se abalanza sobre el policía.
Su movimiento es tan rápido que apenas hay tiempo para reaccionar.
El policía intenta gritar, pero su voz se ahoga mientras ella lo sostiene firmemente y hunde los colmillos.

[PLANO DETALLE — ROSTRO DE CLAUDIA]
Su expresión mezcla placer, horror y fascinación.
La sangre caliente corre sobre sus labios, pero sus ojos siguen siendo los de una niña.
Se estremece al sentir cómo la energía de la víctima fluye en ella.

[PLANO LARGO — LOUIS Y LESTAT]
Louis corre hacia ella, desesperado:

LOUIS:
¡Claudia, basta! ¡No mientras siga vivo!

Lestat se acerca con calma, sin urgencia, evaluando la escena como un maestro observando a su obra.

LESTAT:
Non, non...
Debe aprender, Louis.
Cada gota es lección.
Cada muerte... práctica.

Louis la aparta suavemente del policía, que aún respira, débil y aterrorizado.
Claudia retrocede, respirando con dificultad, las manos temblorosas, el rostro pálido y empapado de sudor.

CLAUDIA (jadeando):
No... puedo... parar...

LOUIS (susurrando, con tristeza):
Yo... tampoco.
Lo sé. Lo entiendo.

Lestat, divertido, aplaude suavemente.

LESTAT:
Bienvenida al mundo de los inmortales, ma petite.
Aquí la sed nunca se apaga.

[INT. ÁTICO DE LOUIS — PRESENTE]
Daniel baja el diario.
Su rostro está tenso, los ojos brillando con una mezcla de horror y fascinación.

DANIEL (en voz baja, murmurando para sí mismo):
Catorce años... y ya matando de nuevo.
No hay vuelta atrás.

Louis, desde la penumbra del ático, lo observa en silencio.
Su voz, apenas audible: