—Admito que Mark no es genial. Bien, lo sé. Pero no tenías que hacerle eso. Ojalá no lo hubieras hecho, porque realmente no quiero ir a casa esta noche.
Un escalofrío levanta el vello de mis brazos cuando pienso en ver a mi madre.
—¿Por qué te estresas? Sabes que puedes venir a quedarte conmigo. Ni siquiera tienes que pedirlo—. Lo dice como si fuera la cosa más sencilla del mundo, pero en realidad no lo es.
Ni siquiera recuerdo la última vez que estuvimos juntos a solas porque me he propuesto no hacerlo. No puedo arriesgarme a que me descubra, y cada vez es más difícil ocultar mis reacciones ante él.
Sacudo la cabeza. —Me iré a casa, no es para tanto.
Su cara se tuerce. —¿Prefieres irte tu casa que quedarte una noche en mi casa? Estoy harto de esta mierda. Tienes que decirme qué está pasando. Sé que me estás ocultando cosas—. Se levanta de la mesa como un rayo. —Vamos. No vas a volver allí, y tampoco vas a ir a la casa de Mark.
Agarra sus cigarrillos del bolsillo y enciende uno. —Nos vamos a mi casa—, informa a los chicos. Todos se despiden, pero noto que Renjun me mira con preocupación. Es la única persona a la que le he dicho que estoy enamorado en secreto de Jisung, mi mejor amigo. Le hago un gesto con la cabeza para asegurarle que estoy bien, aunque no lo estoy.
—Mi longboard 5 está en casa de Mark—, le digo, sintiéndome como un idiota.
—De acuerdo, te acompañaré. No lo sabes porque no has venido, pero no está tan lejos de aquí
Es entonces cuando me doy cuenta de que está herido. No pensé que el que no hubiera ido a su casa le molestara tanto. Qué bien. Ahora me siento aún más mal. Acaba de darle un puñetazo a un tipo en mi honor, y ni siquiera he ido a su nueva casa porque tengo miedo de que se me pare.
Sigue sin camisa, como siempre. Jisung casi nunca lleva camiseta porque suda mucho, pero lleva una encima la mayor parte del tiempo, por si tiene que entrar en una tienda o algo así. Empezó a tatuarse en el instituto, así que ahora su torso, sus brazos y sus manos están cubiertos de remolinos de tinta negra.
Sus vaqueros ajustados le llegan hasta las caderas y muestran sus calzoncillos negros. Siempre lleva unos negros, nunca de colores ni con dibujos divertidos como los que llevo yo.
Hoy lleva las rastas sueltas, que fluyen a la altura de los omóplatos.
Dejo de mirarlo, lo cual es mucho más difícil de lo que debería ser. Podría mirarlo eternamente, siempre lo he hecho. Desde el día en que vi cómo intentaba enseñarse a sí mismo a patinar, mis ojos están clavados en él. En nadie más. Al principio, pensé que estaba tan obsesionado con él porque nunca había tenido un amigo de verdad. Especialmente no uno tan genial como él. Era todo lo que yo quería ser: valiente, alto y fuerte, y nadie jodía con él.
En algún momento del instituto, empecé a notar otras cosas en él. Como que sus brazos empezaron a abultarse con la definición de sus músculos y la red de venas que los envolvían. Su firme estómago se definió con un six pack, y su mandíbula se hizo imposiblemente más ancha y afilada.
Noté estos cambios en muchos chicos mientras crecía, pero no me afectaron como los de Jisung. Por otra parte, no dormía junto a ellos la mayoría de las noches, como lo hacía con él. No pude verlos recién salidos de la ducha con la toalla colgada en las caderas.
El camino hacia el hotel es tenso y silencioso. Jisung está enfadado, más de lo habitual. Siempre tiene una compostura ligeramente molesta, pero esto parece diferente. Supongo que nunca he sido el motivo de su desprecio hasta ahora.
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H&H - JaemSung
FanfictionHe intentado poner distancia entre nosotros, pero nunca funciona. Jisung nunca me dejará alejarme demasiado de él. Todo lo que puedo hacer es mantenerme lo suficientemente drogado como para olvidar la desesperanza de todo esto. adp
Jaemin
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