𝐜𝐡𝐚𝐩𝐩𝐞𝐫 𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭 ❝the eternal night ❞

Start from the beginning
                                        

Cuando llegué al claro detrás de las cabañas, Victor ya estaba ahí. Apoyado contra un árbol, con las manos en los bolsillos y esa mirada suya que parecía saberlo todo sin necesidad de decir nada.

Se enderezó al verme y me sonrió. Esa sonrisa suya que hacía que se me aflojara todo por dentro.

— Llegaste rápido — dijo él, caminando hacia mí. Lo esperé firme, pero apenas estuvo cerca, mis piernas se aflojaron un poco.

— Dijiste diez minutos. Soy puntual — le respondí, con una sonrisita de costado.

— Podría acostumbrarme a eso. — tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Sin esperar, sin preguntar, solo lo hizo. Y yo... yo no me resistí.

El beso fue distinto esta vez. No fue dulce ni suave. Fue hambre. Fue rabia contenida, ganas acumuladas. Mis dedos se aferraron a su camisa mientras sus brazos rodeaban mi cintura, atrayéndome más cerca.

— Ven — murmuró, su voz ronca. Me tomó de la mano y me guió detrás de unos árboles, donde no había linternas ni luces, solo sombras y el sonido de nuestras respiraciones entrecortadas.

Me empujó suavemente contra un tronco grueso, y volvió a besarme. Mis piernas temblaban, mi corazón latía a un ritmo que dolía.

Me alzó con facilidad, como si no pesara nada, y me sentó sobre una roca plana que sobresalía de la tierra. Su cuerpo entre el mío y el aire.

— No sabes cuánto te pensé — susurró contra mi cuello. Sentí el calor subirme por la espalda.

— Y yo no sé qué estoy haciendo — confesé, apenas audible.

Pero no me detuve. Lo atraje hacia mí otra vez, sintiendo su pecho contra el mío, su respiración acelerada.

Mi culpa gritaba, pero mi cuerpo tenía otra voz. Y era más fuerte. Mucho más fuerte.

Sentí su calor envolverme mientras nuestras respiraciones se mezclaban. Victor me sujetó con más firmeza, rozando mi espalda con la palma de la mano, y succionó despacio justo debajo de mi oreja.

— Dime que lo quieres — susurró.

No tuve que pensarlo. Con un leve empujón lo pegué más a mí, sintiendo su cuerpo tensarse. Sus labios bajaron hasta mi clavícula y luego volvieron al cuello, dejándome un pequeño moretón.

Mis dedos se enredaron en su camiseta, tirando de ella. Quise decir algo, pero solo salieron suspiros.

Su mano derecha ascendió por mi costado, deslizó los dedos por debajo de mi ropa interior y rozó mi piel con delicadeza antes de empezar a ejercer presión.

Fue un movimiento lento, exploratorio, que hizo que mi pecho se elevara con un jadeo.

— ¿Te gusta? — preguntó entre gemidos contenidos.

— Mmh... — conteste, casi sin voz

— Quieres que sigamos...

Me besó de nuevo, más urgente. Sentí cómo entraba en mí, rozando la tela que me cubría, y supe, sin pensarlo, que quería más. Quería hacerlo en este momento, hacerlo contar, sin preocupaciones. Sin pensar en ser líder.

Bajó la mano un poco más, apartó la tela y volvió a rozar con los dedos, arrancándome un gemido claro esta vez.

Lo empujé suave, pidiendo más. Y él no se detuvo: me estimuló con ritmos variados, a veces lento, a veces rápido, hasta que sentí la tensión crecer dentro mío.

El frío del tronco contrastaba con el calor entre nuestras piernas. Me senté más erguidamente para poder mirarlo. Sus ojos oscuros reflejaban mi cara, mi respiración agitada.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 22 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Invisible String. 𝒇𝒕 victor | zombies 4: the dawn of the vampires Where stories live. Discover now