Invisible String. 𝒇𝒕 victor | zombies 4: the dawn of the vampires

𝐜𝐡𝐚𝐩𝐩𝐞𝐫 𝐟𝐢𝐯𝐞 ❝ the girl from the sunny-side ❞

'𝚍𝚎𝚕𝚒𝚊 𝚋𝚛𝚒𝚐𝚑𝚝'

LA LUZ DEL SOL ME DESPERTÓ, algo abrumada y sin entender mucho me levante. Me di cuenta que no estaba en mi habitación.

El campamento... lo había olvidado completamente, quería dormir en mi linda cama. ¿será que los vampiros realmente duermen en ataúdes? bostecé y me puse mis pantuflas y agarre algo de ropa para ir al baño. Extrañaba mis celular. Necesitaba hablar con mis amigas.

Ver algo en las redes.

Salgo de la cabaña cuidadosamente sin querer despertar a ningunos de los Daywalkers. Baje las escaleras de la cabaña y fui directamente a los baños.

Algo perdida para decir verdad. Rogaba que no allá ningún bicho o algún animal salvaje. Aunque ahora estamos al cuidado de una mujer lobo.

— Necesito una ducha — Dije en voz alta. Rogaba encontrar el baño y las duchas.

Camine por unos diez o quince minutos. Sonreí como si estuviera en un cumpleaños y corrí a las duchas. Rogando que allá agua potable.

Abrí la puerta de las duchas con algo de miedo, como si en cualquier momento me fuera a saltar encima un murciélago, o peor... un desconocido.

Por suerte, no había nadie. Solo un poco de vapor colgando en el aire como una niebla suave.

Me quedé quieta unos segundos, mirando los cubículos. Eran de madera vieja, con cortinas beige algo rotas en los bordes. No era lo más limpio del mundo, pero si había agua potable, me conformaba.

Cerré la puerta detrás de mí (rogándole a los dioses del sol que me protejan con su alma), dejé la ropa a un costado en un banco húmedo y comencé a sacarme el pijama.

Me sentía un poco tonta, temblando de frío y también de nervios. Era el primer día. Ni siquiera había pasado un día completo y ya había visto cosas raras, cosas que no entiendo... y a Victor.

Abrí la ducha y puse la mano debajo para tantear la temperatura. El agua salió tibia al principio, luego caliente, con ese vapor que empañaba todo.

Me metí debajo con un suspiro largo, dejando que el agua me cayera encima como si pudiera lavarme todo lo que estaba sintiendo.

Me pasé las manos por la cara con cierto placer. El agua seguía cayendo, pero sentía un escalofrío en el pecho. Victor.
Ese tipo tiene una mirada que parece clavarse. Y encima, no ayuda que sea lindo. O peor... que me haya mirado como si me conociera de antes.

Me apoyé contra la pared de la ducha, cerrando los ojos. No quería pensar, pero mi cabeza no paraba.
Encima estoy toda despeinada. Con cara de muerta.
Y sin mi teléfono.

— Necesito sobrevivir a este maldito campamento — murmuré, más para mí que otra cosa.

Seguí enjabonándome lentamente, tratando de calmarme. Tal vez hoy solo sea otro día más. Tal vez no tenga otra visión. Tal vez. O tal vez no. O tal vez si. O tal vez no. O si

Salí de la ducha con el cuerpo aún mojado y el pelo goteando. Me sequé rápido porque ya hacía frío, y empecé a vestirme ahí mismo.

Primero me puse esa remera roja ajustada sin mangas. Me marcaba todo, pero ya estaba acostumbrada. Encima, el saquito blanco que cruzaba adelante, aunque dejaba el escote bastante visible.

Ni me lo tapé. La verdad, ni ganas. Después la falda, blanca con estampado dorado, que era corta. Más corta de lo que pensaba, pero tampoco me importó. Me la acomodé con una mano y listo.

Me hice dos trenzas rápidas mientras caminaba hacia la salida. El pelo, mojado y pesado, me colgaba por los hombros.
Entre los mechones rubios se notaban bien los reflejos dorados. Me miré de reojo en el vidrio de una ventana y medio me sonreí sola.