Delia parpadeó, y aunque sus ojos aún brillaban con ese violeta intenso que no le pertenecía, comenzaron a enfocar lentamente. Las pupilas, dilatadas y rodeadas de un negro antinatural, se contrajeron apenas.
Sus dedos, que antes temblaban descontroladamente, se cerraron sobre la muñeca de Nova, como si necesitara un punto físico para no desvanecerse.
El aire a su alrededor, que antes parecía vibrar de forma densa y opresiva, empezó a perder fuerza.
La piel de Delia, enrojecida por el calor que había emanado desde el centro de su pecho —donde el collar aún brillaba tenuemente—, empezó a recuperar su tono habitual.
Nova no desvió la mirada ni un segundo.
Su expresión era dura, preocupada, pero no asustada. Sabía lo que estaba haciendo: estaba guiando a su hermana de regreso.
— Estás aquí, conmigo. No pasa nada. Solo respira. Lo estás haciendo bien — murmuró, manteniendo la presión de sus manos lo justo como para que Delia no se desmoronara, pero tampoco se sintiera atrapada.
Delia cerró los ojos con fuerza, una sola lágrima descendió por su mejilla. Luego otra. El temblor en su mandíbula disminuyó, y por fin exhaló. Lenta. Consciente.
Miró de reojo a Zed. Él estaba de rodillas, los brazos apoyados
en el suelo, sudor cayendo de su frente. Su piel parecía pálida, casi sin energía. A él le estaba afectando aún más.
La piedra que colgaba en el pecho de Delia aún emitía un resplandor sordo, pero no pulsaba con la misma violencia de antes.
— Estoy bien — susurró Delia al fin, con la voz quebrada pero clara.
Nova asintió una sola vez, su mirada todavía alerta. Las marcas negras en el rostro de Delia se habían retraído poco a poco hasta desaparecer por completo, y sus ojos, aunque aún tenían un leve tinte violeta, habían recuperado el control.
Su cuerpo se estabilizaba. Respiraba con regularidad. Su energía volvía a ser suya.
— Llevémoslos a ambos al campamento — ordenó Vera, volviéndose hacia Victor.
Él asintió sin dudar.
— Nova, ve con Zed... — dijo Delia, con la voz apenas un susurro, debilitada.
— No me apartaré de ti — negó Nova de inmediato, aferrándose a su brazo.
— Estaré bien. No te quiero aquí, ahora - insistió Delia, con suavidad pero firmeza.
Nova dudó por unos segundos, mirándola como si pudiera romperse. Finalmente, accedió, y fue detrás de Zed y los demás, echando una última mirada por encima del hombro.
El silencio que quedó cuando se marcharon fue denso. Delia se tambaleó un poco, sus piernas flaqueaban.
Victor dio un paso al frente y la sostuvo por los brazos, firme pero delicado.
— ¿Estás bien? — preguntó con voz baja, analizando su rostro, su respiración, el temblor leve en sus manos.
Delia asintió, aunque no con convicción.
—Solo... dame un momento — murmuró. Cerró los ojos, respiró profundo, buscando equilibrio. Sus hombros se movían al compás de sus inhalaciones, tratando de regular el caos dentro de su pecho.
Victor no la soltó. Al contrario, la ayudó a sentarse sobre una roca cercana, aún sujetándola con cuidado.
— ¿Seguro que no quieres que llame a alguien más? — insistió él, aún inclinado frente a ella.
— No — negó con la cabeza, sin abrir los ojos — Quiero que te quedes tú.
Hubo un pequeño silencio. Victor bajó un poco la mirada, como si dudara en hablar. Luego sus ojos se clavaron en el cuello de Delia.
— Ese collar... — dijo de pronto, bajando la voz como si temiera romper algo invisible — ¿Qué tiene de especial? ¿Por qué parece tan... importante?
YOU ARE READING
Invisible String. 𝒇𝒕 victor | zombies 4: the dawn of the vampires
Fanfiction── 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 𝐒𝐓𝐑𝐈𝐍𝐆 .ᐟ ➤ ❛Delia lo reconoció antes de que siquiera dijera una palabra. No porque lo conociera, sino porque ya lo había visto. En sueños. En destellos. En visiones que no le pertenecían❜ ❛Victor también se detuvo al ver...
𝐜𝐡𝐚𝐩𝐩𝐞𝐫 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧 ❝the pulse❞
Start from the beginning
