Capítulo 12

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—Ay... no puede ser.—pongo mis manos en la isla de la cocina.

—Te ves muy mal.—dice el bajando las escaleras y arreglando el cuello de su traje.

—Estoy en perfectas condiciones —mentí.

—Sí claro.—se pone su reloj.—Tienes gripe

—Sip.—le afirmó ya que no estoy bien.—Pero no te importa. Sé cuidarme.

—Como sea.—entra a la cocina y toca mi frente y luego mi cuello.— Estas ardiendo, ¿cómo puedes decir que estás bien?

—Sí, bueno ya haré algo.— reí un poco y retrocedo.—Tienes que irte.

—¿Estas echándo de mi casa?.—alza una ceja y entrecierra un poco los ojos

—Sip.....ay.—me quejo, me duele todo.—Iré a descansar.

Iba a subir las escaleras pero en ese momento la vi muy extensa por lo que caminé al sofá y ahí me acosté.

—¿Quieres que me quede?.—lo veo caminar a mi.—No estaré tranquilo al sabes que estas enferma.

—No te necesito así que puedes hacer irte.—digo como puedo para después dormirme.

***
Siento como mi cuerpo duele y también tiembla debido al frío que tengo y que alguien con mucho cuidado me carga y comienza a caminar.

—Te llevaré a tu habitación.—no dije nada.—Tienes mucha fiebre.

—No me siento bien.—me quejo media dormida.—Mi cuerpo, duele.

—Lo sé.—sigue caminando.—Ya te sentirás mejor, te lo prometo.

Y por alguna extraña razón sonreí con mucho cuidado me deja en la cama y cubre mi cuerpo.

—Vendré en un momento.— se sienta a mi lado y le tomo la mano.

—No me dejes.. sola.—siento demasiado frío.

—Iré a ver que tengo para calmar tu fiebre.—su mano acaricia mi cabello—¿Bien?

—Bien.

Me senté en la cama e iba a ponerme de pie hasta que lo veo entrar a mi habitación.

—¿Que haces?

—Tratando en ponerme de pie.—pero el me vuelve acostar.

—Encontré esto.—me muestra unas pastillas.—Calmará tu fiebre y los dolores musculares.

—¿Desde cuando eres gentil?—sonreí.—Me agrada el Chris gentil.

Me pone dos pastillas en mis manos y me pasa un vaso de agua, me lo tomo sin pensarlo.

—Gentil.—me reí.—Que graciosa es esa palabra... Gentil.

—¿Como que estas hablando mucho, no crees?—hago un puchero tierno.—Bien, ahora descansas.

—¿Descalza? ¿Quien es descalza?

—¿Qué?—dice confundido.

—¿Qué?—digo yo más confundida.

—Estas loca.—me acuesta en mi cama y me acomoda.—El medicamento no tardará en hacer efecto por lo que te dará sueño ¿Bien?

—Si, señor.—hago como si fuese militar.

—Dios, dame paciencia.—susurra.

Por un momento me mantuve tranquila pero despierta aunque no sabia exactamente que era lo que estaba haciendo o diciendo.

—Oye..—el me pone atención sentado a mi lado.—¿Quieres besarme?

—No.—lo escucho reír y fue hermoso.—No voy a besarte.

AMOR POR CONTRATO (Editando)Where stories live. Discover now