𝒯𝒽ℯ 𝐸𝓃𝒾ℊ𝓂𝒶 𝒢𝒶𝓂ℯ

Chapter 14 - Recognizing the environment

Quien dice que esta todo perdido
Si yo aun creo en ti...

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Capitulo 14 - Reconociendo el entorno

El estadio estaba envuelto en un murmullo vibrante. Las gradas se extendían a lo largo de la cancha como olas de color, donde magos y brujas de todas partes observaban el partido de exhibición internacional de Quidditch. Harry Riddle y Draco Malfoy avanzaban por el pasillo lateral, con Blaise y Pansy detrás, ajustándose los uniformes de espectador y evitando llamar demasiado la atención.

—Nunca había visto un estadio con tanta gente—susurró Draco, con los ojos brillando ante la magnitud del lugar—. Todo es enorme… y se siente diferente al ambiente de Hogwarts.

—Es impresionante —dijo Harry, observando cómo los jugadores realizaban acrobacias en el aire—. Si tan solo pudiéramos entrenar así…
—Tranquilo Harry —replicó Draco con una media sonrisa—. Ya tendremos nuestras oportunidades.

Mientras avanzaban, Theo Nott se movía con paso seguro por la grada VIP, saludando discretamente a algunas figuras influyentes que ya conocía de eventos anteriores de la alta sociedad mágica. Su mirada se detuvo en un joven corpulento con cabello oscuro y trenzado que descendía velozmente en la escoba: Victor Krum.

—Ah, ese es el famoso Krum —murmuró Blaise, cruzando los brazos—. No cabe duda de por qué lo llaman el mejor de Bulgaria.

Theo sonrió y, con cortesía, se acercó a él en cuanto tuvo oportunidad, presentándose y comentando sobre la estrategia del equipo:

—Excelente técnica de anticipación en las curvas cerradas. Es casi imposible ganarle al buscador contrario con ese tipo de vuelo —dijo Theo, mostrando su conocimiento de Quidditch de alto nivel.

Victor lo miró con curiosidad y sonrió, aceptando la charla, con su singular acento—Gracias, no muchos se fijan en esos detalles. Eres Nott, ¿verdad? He oído hablar de tus conexiones en el mundo mágico inglés. Siempre es bueno encontrar a alguien que entienda la estrategia de verdad.

Theo aprovechó para entablar un vínculo amistoso, intercambiando palabras sobre entrenamiento y contactos en el mundo mágico internacional. Mientras tanto, Harry y Draco se habían acomodado en sus asientos, fascinados por las jugadas vertiginosas y el vuelo acrobático de los jugadores.

—Mira eso, Riddle —dijo Draco, señalando a Krum mientras interceptaba la snitch en pleno vuelo—. Eso sí es habilidad. Nada que ver con nuestras prácticas en Hogwarts.

Harry asintió, impresionado, pero no pudo evitar sentir una punzada de celos sutil hacia la facilidad con que Krum se movía y la admiración que todo el estadio le daba. Aun así, su atención regresó a Draco, compartiendo risas y comentarios sobre cómo podrían mejorar sus propias estrategias de Quidditch.

Blaise y Pansy observaban a los chicos desde atrás, comentando entre ellos:

—Mira a Theo —dijo Pansy—. Siempre encuentra la manera de estar con los influyentes.
—Sí —asintió Blaise—. Ese chico no pierde oportunidades… pero todavía se mantiene distante de todo.

El partido continuó, con el sonido de las escobas surcando el aire, los gritos de los espectadores y el brillo del Sol reflejado en el campo. Harry y Draco no podían quitarse los ojos del juego, intercambiando teorías sobre el movimiento de los jugadores y la mejor manera de anticipar a los rivales.

Para Theo, era más que un partido: era una oportunidad de afianzar contactos, aprender de los mejores y asegurar su lugar en la sociedad mágica. Para Harry y Draco, era la primera vez que veían a un jugador internacional en acción y, sin darse cuenta, estaban fortaleciendo su amistad a través de discusiones estratégicas, risas compartidas y el simple disfrute de un espectáculo que nunca olvidarían.